El cáncer es una excepción a la interacción coordinada entre las células de los diferentes tejidos y órganos. En general, las células de un organismo pluricelular están programadas para una estrecha, leal y beneficiosa colaboración entre ellas.

En el cáncer, no solo hay un fallo de la célula transformada en tumoral para realizar sus funciones especiales, sino que también se establece la invasión de otros tejidos a distancia (metástasis) y una competencia por la supervivencia con las células normales del entorno, que se basa en el aprovechamiento de cambios mutacionales rápidos y continuos, favorables a sus propósitos, y en la selección natural.

Las células que componen el cáncer han perdido su capacidad de compromiso con el resto y, paradójicamente, su traicionera lucha por una supervivencia aislada origina su propia destrucción al conducir a la muerte al huésped que parasitan.

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