El cáncer de mama es el tumor más frecuente y que mayor mortalidad produce en la mujer. Su desarrollo se ha relacionado con la presencia elevada de estrógenos, lo que se asocia fundamentalmente al tratamiento hormonal sustitutivo en la menopausia. La realización de mamografías bianuales desde los cuarenta años y anuales desde los cincuenta ha demostrado ser un método de detección precoz eficaz.
También, en un 5-10% de mujeres puede existir un componente hereditario, de forma que la presencia de los genes BRCA 1 y 2 obliga a un seguimiento a edades más tempranas, habitualmente mediante resonancia de mama, y medidas de tratamiento preventivo.
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