Diabinese 250 mg 30 comprimidos
Acción y mecanismo
– [ANTIDIABETICO ORAL], [HIPOGLUCEMIANTE], [BLOQUEANTE DE LOS CANALES DE POTASIO], [SULFONILUREA (GRUPO)]. La clorpropamida, al igual que otras sulfonilureas, es capaz de estimular la producción de insulina en la célula beta pancreática de los islotes de Langerhans, de forma similar a como lo hacen la glucosa y otros sustratos energéticos. La clorpropamida se une a un receptor específico acoplado al canal de potasio dependiente de ATP, produciendo su cierre y disminuyendo la permeabilidad de la membrana a dicho ion. Esto desencadena la aparición de un potencial de membrana que estimula la apertura de canales de calcio dependientes de voltaje, que aumentan los niveles de calcio intracitoplasmáticos, los cuales a su vez, activan una cascada de kinasas que dan lugar a la liberación de insulina.
Además, podrían presentar unos efectos extrapancreáticos, mejorando la sensibilidad de la insulina en los tejidos. Se desconoce si este efecto se debe a una acción sobre los receptores de insulina o sobre los mecanismos efectores de la misma.
Finalmente, se ha podido comprobar que las sulfonilureas son capaces de inhibir la gluconeogénesis hepática.
– [ANTIDIURETICO]. Potencia los efectos de la hormona antidiurética ADH, produciendo retención de orina.
Farmacocinética
Vía oral:
– Absorción: Es absorbida rápidamente, alcanzándose la Cmax a las 2-4 horas. Los efectos aparecen al cabo de una hora y son máximos a las 3-6 horas. Es la sulfonilurea con efectos más prolongados, llegando a durar 24 horas, y en ocasiones hasta 72 horas.
– Distribución: La clorpropamida se une fuertemente a proteínas plasmáticas (88-96%). La clorpropamida atraviesa la placenta.
– Metabolismo: Hasta el 80% de la dosis administrada se metaboliza en el hígado, dando lugar a metabolitos activos e inactivos como la 2-hidroxi-clorpropamida y la p-cloro-benceno-sulfonilurea, y en menor medida 3-hidroxi-clorpropamida y p-cloro-bencenosulfonamida.
– Eliminación: La clorpropamida aparece en orina en forma inalterada (20%) o como metabolitos (80%). Esta eliminación urinaria parece ser pH dependiente, siendo aumentada a pH básico y disminuida a pH ácido. La semivida de eliminación es de unas 36 horas, aunque existen variaciones interindividuales que pueden hacer que esté comprendida entre 25-60 horas.
Farmacocinética en situaciones especiales:
– Insuficiencia renal: Se produce un aumento de la semivida plasmática de la clorpropamida.
Indicaciones
– [DIABETES MELLITUS TIPO 2]. Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2, de leve a moderadamente severa, cuando las medidas higiénico-dietéticas no sean suficientes para lograr un buen control de la glucemia. Se puede emplear sola o combinada con insulina.
– [DIABETES INSIPIDA]. Tratamiento de la diabetes insípida, debido a la sensibilización de los túbulos renales distales a la ADH.
Posología
DOSIFICACIÓN:
– Adultos, oral:
* Diabetes mellitus de tipo 2: Se iniciará el tratamiento con una dosis de 250 mg/24 horas. Tras 5-7 días de tratamiento, se ajustará la dosis en función de la glucemia, a razón de 125 mg a intervalos semanales. La dosis de mantenimiento recomendada es de 500 mg/24 horas.
* Diabetes insípida: Se recomienda administrar inicialmente una dosis de 100 mg/24 horas, para evitar el posible riesgo de hipoglucemia. En caso necesario, se reajustará la dosis a razón de 50-125 mg cada 3-5 días, hasta un máximo de 350 mg/24 horas.
– Niños, oral: No se ha evaluado la seguridad y eficacia en niños y menores de 18 años.
– Ancianos, oral: Se recomienda administrar 100-125 mg/24 horas.
Posología en situaciones especiales:
– Insuficiencia renal: Se recomienda no sobrepasar las dosis de 100-125 mg/24 horas.
NORMAS PARA LA CORRECTA ADMINISTRACIÓN:
Los comprimidos deben ingerirse con un vaso de agua, en una única toma por la mañana, con el desayuno. Se puede dividir la dosis en dos tomas si aparecen trastornos digestivos.
Si el paciente olvida tomar el medicamento, debe hacerlo cuanto antes, a menos que esté próxima la dosis siguiente. Nunca se debe doblar la dosis.
Contraindicaciones
– [ALERGIA A SULFONILUREAS] o hipersensibilidad a cualquier otro componente del medicamento. Podrían aparecer reacciones cruzadas con otros medicamentos estructuralmente similares, por lo que tampoco se recomienda administrarla en caso de [ALERGIA A SULFAMIDAS] o [ALERGIA A TIAZIDAS].
– [PORFIRIA]. La utilización de sulfonilureas se ha asociado con la aparición de crisis agudas de porfiria, por lo que se recomienda no utilizar en estos pacientes.
– Insuficiencia renal grave (CLcr inferior a 30 ml/minuto). Se podría producir una acumulación del fármaco y sus metabolitos en sangre, aumentando sus efectos, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. No se ha evaluado su seguridad y eficacia en estos pacientes, por lo que no se recomienda su uso.
– Insuficiencia hepática grave. Se podría producir una disminución del metabolismo de la clorpropamida, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. No se ha evaluado la seguridad y eficacia en estos pacientes, por lo que no se recomienda su utilización.
Precauciones
– [INSUFICIENCIA RENAL]. La clorpropamida se elimina por orina, por lo que en caso de insuficiencia renal podría producirse una disminución del aclaramiento renal, con la consiguiente riesgo de hipoglucemia grave. Se recomienda monitorizar frecuentemente la glucemia en pacientes con insuficiencia renal leve o moderada (CLcr entre 30-90 ml/minuto) y no utilizar la clorpropamida en pacientes con insuficiencia renal grave (CLcr menor a 30 ml/minuto) (Véase Contraindicaciones).
– [INSUFICIENCIA HEPATICA]. La clorpropamida se metaboliza en el hígado, por lo que en caso de una insuficiencia hepática podría producirse una retención del fármaco, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia grave. Se recomienda monitorizar frecuentemente la glucemia en pacientes con insuficiencia hepática moderada o leve, y no utilizarla en pacientes con insuficiencia hepática severa (Véase Contraindicaciones).
– [CETOACIDOSIS DIABETICA] con o sin [COMA DIABETICO], y en pacientes hiperglucémicos sometidos a intervenciones quirúrgicas o en los que aparezca infección severa o traumatismo grave. En estos pacientes, es poco probable que la administración de clorpropamida pueda controlar la hiperglucemia, por lo que se recomienda tratarlos previamente con insulina antes de utilizar la clorpropamida.
– Pacientes en los que exista tendencia a la hipoglucemia, como en caso de [ENFERMEDAD DE ADDISON], [HIPOPITUITARISMO] o en pacientes debilitados o desnutridos. En estos pacientes, las sulfonilureas de semivida prolongada pueden dar lugar a casos de hipoglucemia, por lo que se recomienda controlar periódicamente los niveles de glucemia o sustituir la clorpropamida por otras sulfonilureas de semivida corta, como la gliclazida, la glipizida o la gliquidona.
– [HIPOTIROIDISMO]. Existen datos contradictorios acerca de los efectos de la clorpropamida sobre la función tiroidea, pero según algunos estudios, podría empeorarla. Se recomienda monitorizar los niveles de hormonas tiroideas T3 y T4, y suspender la administración de la clorpropamida en caso de una disminución de las mismas.
– [CARDIOPATIA]. En un estudio multicéntrico realizado por el University Group Diabetes Program, se observó un aumento de la incidencia de mortalidad por complicaciones cardiovasculares en pacientes tratados con sulfonilureas o fenformina. Aunque los datos obtenidos en el United Kingdom Prospective Diabetes Study no mostraron esta mayor incidencia, el bloqueo de los canales de potasio podría inhibir los mecanismos adaptativos del miocardio frente a una isquemia, por lo que se recomienda valorar el tratamiento en estos pacientes.
– Diabetes mellitus tipo 1 o cuadros en los que exista un déficit de insulina. La clorpropamida precisa de la insulina para ejercer sus efectos, por lo que en caso de una ausencia de síntesis insulínica, sus efectos serían nulos. La clorpropamida no está indicada por tanto en la diabetes mellitus tipo 1.
– Fracaso secundario. La clorpropamida, al igual que otros antidiabéticos, puede perder eficacia terapéutica al cabo del tiempo, debido a una progresión de la enfermedad, interacciones medicamentosas, enfermedades asociadas, a incumplimientos de la dieta o del ejercicio o a una disminución de la efectividad de la clorpropamida. El porcentaje de fracaso secundario ronda el 10% anual. En caso de aparición de un fracaso terapéutico, podría ser útil la combinación de la clorpropamida con metformina. Si tras un período de tratamiento de 1-3 meses con la mezcla, empleando las dosis máximas, no se pueden mantener los niveles de glucemia dentro de la normalidad, se deben considerar otras alternativas terapéuticas tales como la administración de insulina.
ADVERTENCIAS SOBRE EXCIPIENTES:
– Este medicamento contiene manitol. Dosis diarias superiores a 10 g pueden producir cierto efecto laxante leve.
Advertencias/consejos
CONSEJOS AL PACIENTE:
– Los pacientes deben continuar con su dieta habitual, con una distribución regular de la ingesta de glúcidos. En caso de sobrepeso, se debe continuar la dieta de restricción calórica.
– Se aconseja realizar ejercicio de forma moderada pero frecuente.
– Se debe acudir al médico si el paciente presenta síntomas de hiperglucemia (visión borrosa, cansancio, exceso de orina, náuseas) o de hipoglucemia (sudoración, nerviosismo, hambre, palpitaciones, alteraciones visuales).
– Si se apreciasen síntomas de hipoglucemia, se aconseja administrar glucosa por vía oral.
– Se recomienda administrar este medicamento en una sola toma con el desayuno, procurando hacerlo siempre a la misma hora.
– Si aparece intolerancia gástrica, puede dividirse la dosis en dos tomas, administradas con el desayuno y la cena.
– Se aconseja no consumir bebidas alcohólicas, debido al riesgo de reacciones adversas.
– Se debe advertir al médico de la toma de cualquier otro medicamento.
CONSIDERACIONES ESPECIALES:
– Se deben controlar periódicamente los niveles de glucemia y de hemoglobina glicosilada para determinar la eficacia del tratamiento y su posible interacción con otros tratamientos del paciente.
– Se aconseja vigilar la funcionalidad hepática, renal y tiroidea periódicamente.
– Si apareciese hipoglucemia al administrar clorpropamida, se reajustará la posología de la misma y se vigilará la glucemia durante 3-5 días, debido a los prolongados efectos de este fármaco.
– Si se sospecha un coma hipoglucémico, deberá tratarse de inmediato con glucosa al 50%, seguida de infusión de glucosa al 10%, manteniendo los niveles de glucosa por encima de 100 mg/dl.
– Se recomienda sustituir en ancianos las sulfonilureas de efectos prolongados por otras con menor semivida, como la gliclazida, glipizida o gliquidona.
– En pacientes en los que se sustituya insulina por una sulfonilurea, se recomienda controlar tres veces al día los niveles de glucosa y cetonas en sangre y orina, para prevenir una cetosis.
Interacciones
– Acidificantes urinarios (cloruro de amonio). El cloruro amónico puede producir un aumento del 38% de la semivida y del 41% del AUC, así como un descenso del 28% en el aclaramiento, con el consiguiente riesgo de acumulación, debido a la acidificación de la orina. Se recomienda controlar la glucemia, y si fuera necesario, reajustar la dosificación de la clorpropamida.
– Alcalinizantes urinarios (bicarbonato sódico). Al administrar bicarbonato sódico a pacientes tratados con clorpropamida, se apreció una disminución de la semivida de eliminación de hasta el 74.2% y un aumento del aclaramiento de hasta el 400%, con el consiguiente riesgo de fracaso terapéutico. Se aconseja monitorizar los niveles de glucemia y ajustar la dosis de clorpropamida si fuera necesario.
– Alcohol etílico. El alcohol puede dar lugar a variaciones impredecibles de la glucemia, siendo especialmente peligrosa la hipoglucemia. Además, se han descrito casos de reacciones tipo antabús, probablemente debidas a una respuesta anormal de los vasos sanguíneos pequeños inducida por la clorpropamida, no estando relacionada esta respuesta con la acumulación de acetaldehído. Se aconseja evitar la asociación.
– Alopurinol. En un estudio se ha observado que el alopurinol podría aumentar la semivida de la clorpropamida hasta más de 200 horas, debido probablemente a una competición en la eliminación renal. Existe riesgo de hipoglucemia, por lo que se aconseja monitorizar los niveles de glucemia y reajustar la dosis de clorpropamida si fuera necesario.
– Anabolizantes hormonales. Los anabolizantes hormonales podrían potenciar los efectos hipoglucemiantes de las sulfonilureas. Aunque se desconoce su mecanismo, podría deberse a una estimulación del metabolismo celular, con el consiguiente aumento del consumo de glucosa. Puede ser necesaria la disminución de la dosis de la clorpropamida.
– Antagonistas de los canales de calcio. Se han dado casos de hiperglucemia en pacientes tratados con antagonistas del calcio, debidos probablemente al bloqueo de la liberación de la insulina. Estos fármacos podrían disminuir los efectos de las sulfonilureas, por lo que se recomienda monitorizar periódicamente la glucemia y reajustar la dosis del antidiabético si fuera necesario.
– Anticoagulantes orales (acenocumarol, warfarina). Los anticoagulantes orales podrían potenciar los efectos de las sulfonilureas debido probablemente a un desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios de unión a proteínas plasmáticas. No parece necesario tomar ninguna medida farmacológica.
– Anticonceptivos orales estrogénicos. Se han descrito casos clínicos en los que la administración de un anticonceptivo estrogénico disminuye los efectos de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hiperglucemia, sobre todo con etinilestradiol. Se recomienda controlar la glucemia y reajustar las dosis de clorpropamida si fuera necesario.
– Antidepresivos tricíclicos. Se han descrito casos en los que los antidepresivos podrían potenciar los efectos de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. No se conoce el mecanismo.
– Antidiabéticos (biguanidas, inhibidores de las alfa-glucosidasas, glitazonas). La administración conjunta de un antidiabético oral junto con clorpropamida, podría aumentar el riesgo de aparecer hipoglucemia. Puede ser necesario reajustar las dosis de clorpropamida.
– Antifúngicos azólicos (fluconazol, ketoconazol). La administración de antifúngicos azólicos podría aumentar el AUC de las sulfonilureas, dándose en ocasiones algunos casos de hipoglucemia. El efecto podría deberse a una inhibición del metabolismo de la sulfonilurea. Podría ser necesario un reajuste posológico del antidiabético.
– Azúcares (glucosa, fructosa, sacarosa). La administración de glucosa o azúcares susceptibles de ser transformados metabólicamente en glucosa, a pacientes tratados con sulfonilureas podría dar lugar a una reducción del efecto de estas.
– Barbitúricos. En estudios con animales se ha podido comprobar que la clorpropamida podría prolongar los efectos de los barbitúricos, por lo que se recomienda extremar las precauciones en caso de que ambos fármacos se combinasen.
– Beta-bloqueantes. Se han descrito casos en los que los beta-bloqueantes daban lugar a hipoglucemia, y en ocasiones hiperglucemia, cuando se administraban con sulfonilureas. El efecto podría deberse a la interferencia con el mecanismo regulador de la glucemia mediado por catecolaminas y por la inhibición de la glucogenolisis estimulada por la hipoglucemia. También se han descrito casos de hipertensión arterial, debido a la estimulación de la liberación de catecolaminas asociada a la hipoglucemia inducida por sulfonilureas. Se aconseja por lo tanto evitar la asociación, y si fuera imprescindible, vigilar la glucemia y controlar la presión arterial, o utilizar un beta-bloqueante cardioselectivo.
– Carbón activado. Se han observado en estudios farmacocinéticos que la administración de carbón activado a altas dosis (50 g) junto con una sulfonilurea podría producir una adsorción de la misma, con disminuciones de la absorción oral de hasta el 90%. Sin embargo, debido al riesgo importante de ausencia de efectos terapéuticos se recomienda evitar la asociación o distanciar la toma de ambos medicamentos al menos dos horas.
– Ciclosporina. La administración de sulfonilureas aumentaba los niveles séricos de ciclosporina, con el consiguiente riesgo de nefrotoxicidad. El efecto podría ser debido a la inhibición del metabolismo hepático de la ciclosporina. Se recomienda disminuir las dosis de ciclosporina un 25%.
– Cimetidina. Se han descrito casos clínicos en los que la administración de cimetidina con sulfonilureas daba lugar a una potenciación de los efectos farmacológicos, con riesgo de hipoglucemia, debido a la inhibición enzimática del citocromo P450. No parece probable que la sustitución de cimetidina por otro antagonista histamínico H2 anule la interacción, por lo que se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Clofibrato. Se han descrito casos en los que la administración de clofibrato con sulfonilureas dio lugar a fenómenos de hipoglucemia. Se desconoce cuál es el mecanismo de la interacción, pero podría deberse a un desplazamiento de la unión a proteínas de la sulfonilurea por parte del clofibrato, a una disminución a la resistencia a la acción de la insulina o a una competición con la eliminación renal. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Cloranfenicol. La administración de cloranfenicol a pacientes en tratamiento con sulfonilureas dio lugar a un aumento de la semivida plasmática de éstas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. El efecto podría deberse a la inhibición del metabolismo hepático de la sulfonilurea. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Corticoides. Se han descrito casos de falta de efectos terapéuticos en pacientes tratados con corticoides y sulfonilureas. Los corticoides presentan efectos diabetógenos, por lo que podrían disminuir los efectos de las sulfonilureas. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea o del corticoide si fuera necesario.
– Diazóxido. Al administrar diazóxido a pacientes en tratamiento con una sulfonilurea podría producirse una disminución de los efectos de los antidiabéticos, debido al parecer al efecto diabetógeno del diazóxido, que inhibe la secreción pancreática de insulina. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar su posología si fuera necesario.
– Diuréticos tiazídicos. La administración conjunta de una sulfonilurea junto con un diurético tiazídico podría dar lugar a una pérdida del control glucémico. Los diuréticos tiazídicos parecen inhibir la producción de insulina por un mecanismo desconocido, aunque podría ser debido a la depleción de los niveles de potasio. Se recomienda vigilar la glucemia y en caso de aparecer una hipoglucemia, suspender la administración del diurético, reajustar la posología de la sulfonilurea o administrar suplementos de potasio.
– Eritromicina. Se ha publicado un estudio en el que se ha registrado una potenciación de la toxicidad hepática, por un mecanismo desconocido.
– Fenfluramina. La fenfluramina parece aumentar la captación de glucosa por parte del músculo esquelético, por lo que podría presentar acción hipoglucemiante intrínseca. Existe riesgo de potenciar por tanto los efectos terapéuticos de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia, por lo que se aconseja evitar la asociación.
– Fenitoína. La fenitoína a altas dosis parece disminuir la liberación de insulina al disminuir los niveles de sodio por estimulación de la bomba sodio-potasio. Podría dar lugar a una disminución de los efectos terapéuticos de las sulfonilureas, con el riesgo de pérdida del control de la diabetes. Podría ser necesario disminuir las dosis de la fenitoína o aumentar la de las sulfonilureas.
– Fenotiazina. La administración de fenotiazina se ha asociado con una disminución de la liberación de insulina, por lo que existe un riesgo teórico de que se produzca una disminución en la eficacia de las sulfonilureas.
– Glucosamina. Hay cierta controversia respecto al posible efecto de la glucosamina sobre el control de la glucemia y los hipoglucemiantes. Mientras que unos estudios afirman que la glucosamina podría reducir el efecto antidiabético (especialmente en pacientes que no presentan un buen control de la glucosa o en los que reciben insulina), otros afirman que no habría ninguna alteración clínicamente significativa. Se recomienda precaución y monitorizar la glucemia más frecuentemente de lo habitual.
– Heparina. Se han descrito casos de hipoglucemia en pacientes tratados con sulfonilureas y heparina, debidos probablemente al desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios de unión a proteínas. Se recomienda evaluar la glucemia y si fuera necesario, reajustar la posología.
– Gemfibrozilo. Hay algún estudio en el que se ha registrado una posible potenciación de la acción y/o toxicidad de la clorpropamida.
– IECAs. Se han descrito casos de hipoglucemia en pacientes tratados con antihipertensivos del tipo de los IECAs y sulfonilureas, por un mecanismo desconocido. Se recomienda evaluar los niveles de glucemia, sobre todo al inicio del tratamiento.
– IMAOs. Aunque se desconoce el mecanismo exacto, parece ser que los IMAOs podrían potenciar los efectos de los antidiabéticos, favoreciendo la aparición de hipoglucemia. Se recomienda extremar las precauciones cuando se administren conjuntamente ambos fármacos, y disminuir la dosis de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Isoniazida. La isoniazida parece afectar a la formación de glucógeno, reduciendo la utilización de la glucosa, y podría disminuir la producción de insulina, con el consiguiente riesgo de disminuir la eficacia de las sulfonilureas. Se recomienda controlar periódicamente la glucemia y reajustar la posología si fuera necesaria.
– Pirazolonas (fenilbutazona, oxifenbutazona). Hay estudios en los que se ha registrado una posible potenciación del efecto de la sulfonilurea por inhibición de su aclaramiento renal, así como por desplazamiento de su unión a proteínas plasmáticas. Se recomienda controlar la glucemia y reajustar la dosis de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Probenecid. La administración de probenecid ha dado lugar a aumentos de la semivida plasmática de hasta el 40%, debidos probablemente a la competición de ambos fármacos por su eliminación renal. Se recomienda evitar la combinación.
– Rifampicina. La rifampicina podría inducir el metabolismo hepático de las sulfonilureas, con la posibilidad de una disminución de los efectos del antidiabético. Se aconseja monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Sales de magnesio. Se han descrito casos de hipoglucemia en pacientes tratados con sulfonilureas y antiácidos con magnesio, debidos probablemente a variaciones del pH gástrico.
– Salicilatos. Se han descrito casos clínicos de hipoglucemia, al administrar una sulfonilurea junto con un salicilato, sobre todo a altas dosis. La interacción parece deberse al desplazamiento de la unión a proteínas plasmáticas de la sulfonilurea. Se aconseja monitorizar la glucemia y reajustar la posología si fuera necesario. Se puede sustituir el salicilato por ibuprofeno, que no parece afectar tanto a la farmacocinética de las sulfonilureas.
– Sulfamidas. Se han descrito multitud de casos en los que los efectos de las sulfonilureas podrían ser potenciados por las sulfamidas. La interacción podría deberse al desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios de unión a las proteínas plasmáticas, a la inhibición del metabolismo de la sulfonilurea y/o a la competición por la eliminación renal entre ambos fármacos. Existe un mayor riesgo de hipoglucemia, por lo que se aconseja controlar la glucemia y reajustar la dosis de sulfonilurea si fuera necesario.
– Tetraciclinas. Las tetraciclinas han dado lugar a potenciación de los efectos de los antidiabéticos, debido probablemente a un efecto hipoglucemiante intrínseco de las tetraciclinas al bloquear el efecto hiperglucemiante de las catecolaminas. Además podrían aumentar la semivida de los antidiabéticos.
Análisis clínicos
– Creatinina. Aumento en sangre.
– Fosfatasa alcalina. Aumento fisiológico.
– Lactato-deshidrogenasa. Incremento moderado en sangre.
– Lípidos. Mejora del perfil lipídico, con aumento del HDL-colesterol y reducción del LDL-colesterol y de los triglicéridos.
– Nitrógeno ureico. Ocasionalmente pueden aparecer elevaciones moderadas del nitrógeno ureico.
– Transaminasas. Incremento moderado en sangre.
Embarazo
Categoría C de la FDA. La clorpropamida es teratogénica en animales. Los posibles defectos atribuidos a la clorpropamida administrada durante el primer trimestre en mujeres embarazadas son anomalías faciales, auriculares (no comunes en la embriopatía diabética), vertebrales y ventriculares. También se ha observado en recién nacidos un aumento de la incidencia de hiperbilirrubinemia, policitemia e hiperviscosidad sanguínea con requerimiento de transfusiones parciales. La clorpropamida atraviesa la placenta cuando se administra cerca del parto y puede persistir en el suero neonatal durante varios días, pudiendo dar lugar a hipoglucemia secundaria en recién nacidos durante 4-6 días. Se recomienda interrumpir la administración al menos un mes antes del parto.
Debido a los datos actuales que sugieren una relación entre los niveles anormales de glucosa y la aparición de malformaciones congénitas, se recomienda controlar los niveles séricos maternos de glucosa. El agente de elección para normalizar dichos niveles en estas pacientes es la insulina.
Lactancia
La clorpropamida se excreta con la leche materna en cantidades de hasta 5 µg/ml. Se desconoce si estos niveles pudieran tener efectos en el lactante, aunque existe el riesgo de producir hipoglucemia. Se recomienda suspender la lactancia materna o evitar la administración de este medicamento.
Niños
No se ha evaluado la seguridad y eficacia en niños y adolescentes menores de 18 años, por lo que no se recomienda su utilización.
Ancianos
Los pacientes geriátricos suelen presentar una reducción del metabolismo y la excreción de estos fármacos, por lo que son más sensibles a los efectos adversos de las sulfonilureas. Es más frecuente la aparición de hipoglucemia y de síndrome de insuficiencia de hormona diurética, caracterizado por confusión mental, náuseas, anorexia, mareo, depresión, hiponatremia, hipoosmolaridad sanguínea e hiperosmolaridad urinaria.
Se recomienda evitar las sulfonilureas de larga duración de efectos en pacientes ancianos, y si se utilizasen, comenzar con dosis menores y ajustar la posología con precisión.
Efectos sobre la conducción
La clorpropamida puede dar lugar en ocasiones a hipoglucemia, afectando sustancialmente a la capacidad para conducir y/o manejar maquinaria. Los pacientes deberán evitar manejar maquinaria peligrosa, incluyendo automóviles, hasta que tengan la certeza razonable de que el tratamiento farmacológico no les afecta de forma adversa.
Se aconseja detener el vehículo tan pronto como se detecten los primeros síntomas de hipoglucemia y tomar sacarosa inmediatamente. Los pacientes que sufran pérdidas del estado de alerta asociadas a hipoglucemia o los que presenten crisis frecuentes de hipoglucemia, no deberían conducir.
Reacciones adversas
Los efectos adversos de clorpropamida suelen ser infrecuentes aunque moderadamente importantes. El perfil de seguridad de este fármaco es similar al del resto de sulfonilureas, aunque de forma más acentuada, y los efectos aparecen con más frecuencia. En la mayor parte de los casos, las reacciones adversas son una prolongación de la acción farmacológica y afectan principalmente a los sistemas endocrino y gastrointestinal. Suelen ser dosis dependientes, y disminuyen con la reducción de la posología. Las reacciones adversas más características son:
– Digestivas. Son frecuentes (1-9%) las [NAUSEAS], [VOMITOS], [HIPERACIDEZ GASTRICA], [DOLOR EPIGASTRICO], [ANOREXIA], [ESTREÑIMIENTO] o [DIARREA]. Se puede reducir la incidencia de estas reacciones adversas dividiendo la dosis diaria en dos tomas.
– Hepáticas. Se han descrito casos de [INCREMENTO DE LOS VALORES DE TRANSAMINASAS]. En ocasiones puntuales (<<1%) puede aparecer [ICTERICIA COLESTATICA], debiéndose suspender el tratamiento.
– Neurológicas/psicológicas. Es frecuente (1-9%) la presencia de [CEFALEA], [MAREO] y [PARESTESIA].
– Hematológicas. En raras ocasiones se ha descrito [DISCRASIA SANGUINEA] como [ANEMIA] ([ANEMIA HEMOLITICA], [ANEMIA APLASICA]), [LEUCOPENIA] con o sin [AGRANULOCITOSIS]¸ [LINFOCITOSIS] o [TROMBOPENIA]. Estas discrasias suelen aparecer en las 6 primeras semanas de tratamiento y revierten al suspender la administración de clorpropamida. Puede aparecer en algunas ocasiones crisis de [PORFIRIA].
– Metabólicas. Es rara (<1%) la aparición de [HIPOGLUCEMIA] intensa y prolongada. Puede aparecer sobre todo al iniciar el tratamiento, y especialmente en pacientes ancianos, con insuficiencia hepática o renal o tratados con altas dosis de clorpropamida u otros hipoglucemiantes orales. La hipoglucemia cursa con cefalea, [SENSACION DE HAMBRE] intensa, náuseas, vómitos, [SOMNOLENCIA], [NERVIOSISMO], [AGRESIVIDAD], [REDUCCION DE LA CONCENTRACION], [DEPRESION SISTEMA NERVIOSO CENTRAL], [CONFUSION], [TRASTORNOS DE LA VISION], [TEMBLOR], vértigos, [EXCESO DE SUDORACION], [TAQUICARDIA], [ANSIEDAD], [HIPERTENSION ARTERIAL], [PALPITACIONES], [ARRITMIA CARDIACA], [DELIRIO], [CONVULSIONES] y [BRADICARDIA].
– Endocrinológicas. Es rara (<1%) la presencia de un [SINDROME DE SECRECION INADECUADA DE ADH] reversible, que cursa con [EDEMA], [HIPONATREMIA], confusión mental, mareos, náuseas y vómitos.
– Alérgicas/dermatológicas. Es rara (<1%) la aparición de [REACCIONES HIPERSENSIBILIDAD], con [PRURITO], [DERMATITIS], [ERUPCIONES EXANTEMATICAS]. En ocasiones se han descrito casos de [INTOLERANCIA AL ALCOHOL], que cursa con un efecto tipo disulfiram (Véase Interacciones). Se han descrito casos de [REACCIONES DE FOTOSENSIBILIDAD]. Es excepcional la presencia de [ERITEMA MULTIFORME], [SINDROME DE STEVENS-JOHNSON], [ERITEMA NUDOSO] o [DERMATITIS EXFOLIATIVA].
– Analíticas. Se pueden producir un importante y progresivo [INCREMENTO DE LOS VALORES DE FOSFATASA ALCALINA].
– Generales. Es frecuente el [AUMENTO DE PESO] de varios kilos, debido probablemente a un aumento de la liberación de insulina, con la consiguiente activación de la lipogénesis.
Sobredosis
Síntomas: La sobredosis con clorpropamida da lugar a fenómenos de hipoglucemia. Se puede apreciar la aparición de hormigueo en los labios y la lengua, náuseas, vómitos, dolor epigástrico de intensidad moderada, letargia, confusión, agitación o nerviosismo. Puede aparecer un incremento de la actividad simpática, con taquicardia, sudoración, sensación intensa de hambre y temblores. En los casos más graves se han descrito convulsiones, estupor, coma y muerte.
Tratamiento: La hipoglucemia leve o moderada, en la que no existe pérdida de la conciencia se trata con la administración de glucosa por vía oral y el reajuste posológico de la sulfonilurea. Se aconseja monitorizar al paciente hasta lograr una estabilización de su glucemia.
La hipoglucemia severa, aunque es rara, requiere hospitalización. Si aparece coma hipoglucémico, se recurrirá a la administración intravenosa en bolus de glucosa concentrada al 50%, y posteriormente al mantenimiento de los niveles de glucemia con una infusión de glucosa al 10%, de forma que se alcance una glucemia alrededor de 100 mg/dl. Se debe monitorizar al paciente durante 3-5 días, debido a la gran semivida de la clorpropamida y a que la hipoglucemia podría recurrir.
La administración de charcoal activado puede reducir la absorción de las sulfonilureas.
Referencias bibliográficas
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– British National Formulary. British Medical Association, London. 44th Edition, 2002.
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– Micromedex.
– PDR. Thomson, Montvale. 57th Edition, 2003.
– United States Pharmacopoeia, Dispensation Information. 14th Edition, 1994.
Fecha de aprobación/revisión de la ficha
Diciembre, 2004.
Acción y mecanismo
– [ANTIDIABETICO ORAL], [HIPOGLUCEMIANTE], [BLOQUEANTE DE LOS CANALES DE POTASIO], [SULFONILUREA (GRUPO)]. La clorpropamida, al igual que otras sulfonilureas, es capaz de estimular la producción de insulina en la célula beta pancreática de los islotes de Langerhans, de forma similar a como lo hacen la glucosa y otros sustratos energéticos. La clorpropamida se une a un receptor específico acoplado al canal de potasio dependiente de ATP, produciendo su cierre y disminuyendo la permeabilidad de la membrana a dicho ion. Esto desencadena la aparición de un potencial de membrana que estimula la apertura de canales de calcio dependientes de voltaje, que aumentan los niveles de calcio intracitoplasmáticos, los cuales a su vez, activan una cascada de kinasas que dan lugar a la liberación de insulina.
Además, podrían presentar unos efectos extrapancreáticos, mejorando la sensibilidad de la insulina en los tejidos. Se desconoce si este efecto se debe a una acción sobre los receptores de insulina o sobre los mecanismos efectores de la misma.
Finalmente, se ha podido comprobar que las sulfonilureas son capaces de inhibir la gluconeogénesis hepática.
– [ANTIDIURETICO]. Potencia los efectos de la hormona antidiurética ADH, produciendo retención de orina.
Farmacocinética
Vía oral:
– Absorción: Es absorbida rápidamente, alcanzándose la Cmax a las 2-4 horas. Los efectos aparecen al cabo de una hora y son máximos a las 3-6 horas. Es la sulfonilurea con efectos más prolongados, llegando a durar 24 horas, y en ocasiones hasta 72 horas.
– Distribución: La clorpropamida se une fuertemente a proteínas plasmáticas (88-96%). La clorpropamida atraviesa la placenta.
– Metabolismo: Hasta el 80% de la dosis administrada se metaboliza en el hígado, dando lugar a metabolitos activos e inactivos como la 2-hidroxi-clorpropamida y la p-cloro-benceno-sulfonilurea, y en menor medida 3-hidroxi-clorpropamida y p-cloro-bencenosulfonamida.
– Eliminación: La clorpropamida aparece en orina en forma inalterada (20%) o como metabolitos (80%). Esta eliminación urinaria parece ser pH dependiente, siendo aumentada a pH básico y disminuida a pH ácido. La semivida de eliminación es de unas 36 horas, aunque existen variaciones interindividuales que pueden hacer que esté comprendida entre 25-60 horas.
Farmacocinética en situaciones especiales:
– Insuficiencia renal: Se produce un aumento de la semivida plasmática de la clorpropamida.
Indicaciones
– [DIABETES MELLITUS TIPO 2]. Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2, de leve a moderadamente severa, cuando las medidas higiénico-dietéticas no sean suficientes para lograr un buen control de la glucemia. Se puede emplear sola o combinada con insulina.
– [DIABETES INSIPIDA]. Tratamiento de la diabetes insípida, debido a la sensibilización de los túbulos renales distales a la ADH.
Posología
DOSIFICACIÓN:
– Adultos, oral:
* Diabetes mellitus de tipo 2: Se iniciará el tratamiento con una dosis de 250 mg/24 horas. Tras 5-7 días de tratamiento, se ajustará la dosis en función de la glucemia, a razón de 125 mg a intervalos semanales. La dosis de mantenimiento recomendada es de 500 mg/24 horas.
* Diabetes insípida: Se recomienda administrar inicialmente una dosis de 100 mg/24 horas, para evitar el posible riesgo de hipoglucemia. En caso necesario, se reajustará la dosis a razón de 50-125 mg cada 3-5 días, hasta un máximo de 350 mg/24 horas.
– Niños, oral: No se ha evaluado la seguridad y eficacia en niños y menores de 18 años.
– Ancianos, oral: Se recomienda administrar 100-125 mg/24 horas.
Posología en situaciones especiales:
– Insuficiencia renal: Se recomienda no sobrepasar las dosis de 100-125 mg/24 horas.
NORMAS PARA LA CORRECTA ADMINISTRACIÓN:
Los comprimidos deben ingerirse con un vaso de agua, en una única toma por la mañana, con el desayuno. Se puede dividir la dosis en dos tomas si aparecen trastornos digestivos.
Si el paciente olvida tomar el medicamento, debe hacerlo cuanto antes, a menos que esté próxima la dosis siguiente. Nunca se debe doblar la dosis.
Contraindicaciones
– [ALERGIA A SULFONILUREAS] o hipersensibilidad a cualquier otro componente del medicamento. Podrían aparecer reacciones cruzadas con otros medicamentos estructuralmente similares, por lo que tampoco se recomienda administrarla en caso de [ALERGIA A SULFAMIDAS] o [ALERGIA A TIAZIDAS].
– [PORFIRIA]. La utilización de sulfonilureas se ha asociado con la aparición de crisis agudas de porfiria, por lo que se recomienda no utilizar en estos pacientes.
– Insuficiencia renal grave (CLcr inferior a 30 ml/minuto). Se podría producir una acumulación del fármaco y sus metabolitos en sangre, aumentando sus efectos, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. No se ha evaluado su seguridad y eficacia en estos pacientes, por lo que no se recomienda su uso.
– Insuficiencia hepática grave. Se podría producir una disminución del metabolismo de la clorpropamida, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. No se ha evaluado la seguridad y eficacia en estos pacientes, por lo que no se recomienda su utilización.
Precauciones
– [INSUFICIENCIA RENAL]. La clorpropamida se elimina por orina, por lo que en caso de insuficiencia renal podría producirse una disminución del aclaramiento renal, con la consiguiente riesgo de hipoglucemia grave. Se recomienda monitorizar frecuentemente la glucemia en pacientes con insuficiencia renal leve o moderada (CLcr entre 30-90 ml/minuto) y no utilizar la clorpropamida en pacientes con insuficiencia renal grave (CLcr menor a 30 ml/minuto) (Véase Contraindicaciones).
– [INSUFICIENCIA HEPATICA]. La clorpropamida se metaboliza en el hígado, por lo que en caso de una insuficiencia hepática podría producirse una retención del fármaco, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia grave. Se recomienda monitorizar frecuentemente la glucemia en pacientes con insuficiencia hepática moderada o leve, y no utilizarla en pacientes con insuficiencia hepática severa (Véase Contraindicaciones).
– [CETOACIDOSIS DIABETICA] con o sin [COMA DIABETICO], y en pacientes hiperglucémicos sometidos a intervenciones quirúrgicas o en los que aparezca infección severa o traumatismo grave. En estos pacientes, es poco probable que la administración de clorpropamida pueda controlar la hiperglucemia, por lo que se recomienda tratarlos previamente con insulina antes de utilizar la clorpropamida.
– Pacientes en los que exista tendencia a la hipoglucemia, como en caso de [ENFERMEDAD DE ADDISON], [HIPOPITUITARISMO] o en pacientes debilitados o desnutridos. En estos pacientes, las sulfonilureas de semivida prolongada pueden dar lugar a casos de hipoglucemia, por lo que se recomienda controlar periódicamente los niveles de glucemia o sustituir la clorpropamida por otras sulfonilureas de semivida corta, como la gliclazida, la glipizida o la gliquidona.
– [HIPOTIROIDISMO]. Existen datos contradictorios acerca de los efectos de la clorpropamida sobre la función tiroidea, pero según algunos estudios, podría empeorarla. Se recomienda monitorizar los niveles de hormonas tiroideas T3 y T4, y suspender la administración de la clorpropamida en caso de una disminución de las mismas.
– [CARDIOPATIA]. En un estudio multicéntrico realizado por el University Group Diabetes Program, se observó un aumento de la incidencia de mortalidad por complicaciones cardiovasculares en pacientes tratados con sulfonilureas o fenformina. Aunque los datos obtenidos en el United Kingdom Prospective Diabetes Study no mostraron esta mayor incidencia, el bloqueo de los canales de potasio podría inhibir los mecanismos adaptativos del miocardio frente a una isquemia, por lo que se recomienda valorar el tratamiento en estos pacientes.
– Diabetes mellitus tipo 1 o cuadros en los que exista un déficit de insulina. La clorpropamida precisa de la insulina para ejercer sus efectos, por lo que en caso de una ausencia de síntesis insulínica, sus efectos serían nulos. La clorpropamida no está indicada por tanto en la diabetes mellitus tipo 1.
– Fracaso secundario. La clorpropamida, al igual que otros antidiabéticos, puede perder eficacia terapéutica al cabo del tiempo, debido a una progresión de la enfermedad, interacciones medicamentosas, enfermedades asociadas, a incumplimientos de la dieta o del ejercicio o a una disminución de la efectividad de la clorpropamida. El porcentaje de fracaso secundario ronda el 10% anual. En caso de aparición de un fracaso terapéutico, podría ser útil la combinación de la clorpropamida con metformina. Si tras un período de tratamiento de 1-3 meses con la mezcla, empleando las dosis máximas, no se pueden mantener los niveles de glucemia dentro de la normalidad, se deben considerar otras alternativas terapéuticas tales como la administración de insulina.
ADVERTENCIAS SOBRE EXCIPIENTES:
– Este medicamento contiene manitol. Dosis diarias superiores a 10 g pueden producir cierto efecto laxante leve.
Advertencias/consejos
CONSEJOS AL PACIENTE:
– Los pacientes deben continuar con su dieta habitual, con una distribución regular de la ingesta de glúcidos. En caso de sobrepeso, se debe continuar la dieta de restricción calórica.
– Se aconseja realizar ejercicio de forma moderada pero frecuente.
– Se debe acudir al médico si el paciente presenta síntomas de hiperglucemia (visión borrosa, cansancio, exceso de orina, náuseas) o de hipoglucemia (sudoración, nerviosismo, hambre, palpitaciones, alteraciones visuales).
– Si se apreciasen síntomas de hipoglucemia, se aconseja administrar glucosa por vía oral.
– Se recomienda administrar este medicamento en una sola toma con el desayuno, procurando hacerlo siempre a la misma hora.
– Si aparece intolerancia gástrica, puede dividirse la dosis en dos tomas, administradas con el desayuno y la cena.
– Se aconseja no consumir bebidas alcohólicas, debido al riesgo de reacciones adversas.
– Se debe advertir al médico de la toma de cualquier otro medicamento.
CONSIDERACIONES ESPECIALES:
– Se deben controlar periódicamente los niveles de glucemia y de hemoglobina glicosilada para determinar la eficacia del tratamiento y su posible interacción con otros tratamientos del paciente.
– Se aconseja vigilar la funcionalidad hepática, renal y tiroidea periódicamente.
– Si apareciese hipoglucemia al administrar clorpropamida, se reajustará la posología de la misma y se vigilará la glucemia durante 3-5 días, debido a los prolongados efectos de este fármaco.
– Si se sospecha un coma hipoglucémico, deberá tratarse de inmediato con glucosa al 50%, seguida de infusión de glucosa al 10%, manteniendo los niveles de glucosa por encima de 100 mg/dl.
– Se recomienda sustituir en ancianos las sulfonilureas de efectos prolongados por otras con menor semivida, como la gliclazida, glipizida o gliquidona.
– En pacientes en los que se sustituya insulina por una sulfonilurea, se recomienda controlar tres veces al día los niveles de glucosa y cetonas en sangre y orina, para prevenir una cetosis.
Interacciones
– Acidificantes urinarios (cloruro de amonio). El cloruro amónico puede producir un aumento del 38% de la semivida y del 41% del AUC, así como un descenso del 28% en el aclaramiento, con el consiguiente riesgo de acumulación, debido a la acidificación de la orina. Se recomienda controlar la glucemia, y si fuera necesario, reajustar la dosificación de la clorpropamida.
– Alcalinizantes urinarios (bicarbonato sódico). Al administrar bicarbonato sódico a pacientes tratados con clorpropamida, se apreció una disminución de la semivida de eliminación de hasta el 74.2% y un aumento del aclaramiento de hasta el 400%, con el consiguiente riesgo de fracaso terapéutico. Se aconseja monitorizar los niveles de glucemia y ajustar la dosis de clorpropamida si fuera necesario.
– Alcohol etílico. El alcohol puede dar lugar a variaciones impredecibles de la glucemia, siendo especialmente peligrosa la hipoglucemia. Además, se han descrito casos de reacciones tipo antabús, probablemente debidas a una respuesta anormal de los vasos sanguíneos pequeños inducida por la clorpropamida, no estando relacionada esta respuesta con la acumulación de acetaldehído. Se aconseja evitar la asociación.
– Alopurinol. En un estudio se ha observado que el alopurinol podría aumentar la semivida de la clorpropamida hasta más de 200 horas, debido probablemente a una competición en la eliminación renal. Existe riesgo de hipoglucemia, por lo que se aconseja monitorizar los niveles de glucemia y reajustar la dosis de clorpropamida si fuera necesario.
– Anabolizantes hormonales. Los anabolizantes hormonales podrían potenciar los efectos hipoglucemiantes de las sulfonilureas. Aunque se desconoce su mecanismo, podría deberse a una estimulación del metabolismo celular, con el consiguiente aumento del consumo de glucosa. Puede ser necesaria la disminución de la dosis de la clorpropamida.
– Antagonistas de los canales de calcio. Se han dado casos de hiperglucemia en pacientes tratados con antagonistas del calcio, debidos probablemente al bloqueo de la liberación de la insulina. Estos fármacos podrían disminuir los efectos de las sulfonilureas, por lo que se recomienda monitorizar periódicamente la glucemia y reajustar la dosis del antidiabético si fuera necesario.
– Anticoagulantes orales (acenocumarol, warfarina). Los anticoagulantes orales podrían potenciar los efectos de las sulfonilureas debido probablemente a un desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios de unión a proteínas plasmáticas. No parece necesario tomar ninguna medida farmacológica.
– Anticonceptivos orales estrogénicos. Se han descrito casos clínicos en los que la administración de un anticonceptivo estrogénico disminuye los efectos de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hiperglucemia, sobre todo con etinilestradiol. Se recomienda controlar la glucemia y reajustar las dosis de clorpropamida si fuera necesario.
– Antidepresivos tricíclicos. Se han descrito casos en los que los antidepresivos podrían potenciar los efectos de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. No se conoce el mecanismo.
– Antidiabéticos (biguanidas, inhibidores de las alfa-glucosidasas, glitazonas). La administración conjunta de un antidiabético oral junto con clorpropamida, podría aumentar el riesgo de aparecer hipoglucemia. Puede ser necesario reajustar las dosis de clorpropamida.
– Antifúngicos azólicos (fluconazol, ketoconazol). La administración de antifúngicos azólicos podría aumentar el AUC de las sulfonilureas, dándose en ocasiones algunos casos de hipoglucemia. El efecto podría deberse a una inhibición del metabolismo de la sulfonilurea. Podría ser necesario un reajuste posológico del antidiabético.
– Azúcares (glucosa, fructosa, sacarosa). La administración de glucosa o azúcares susceptibles de ser transformados metabólicamente en glucosa, a pacientes tratados con sulfonilureas podría dar lugar a una reducción del efecto de estas.
– Barbitúricos. En estudios con animales se ha podido comprobar que la clorpropamida podría prolongar los efectos de los barbitúricos, por lo que se recomienda extremar las precauciones en caso de que ambos fármacos se combinasen.
– Beta-bloqueantes. Se han descrito casos en los que los beta-bloqueantes daban lugar a hipoglucemia, y en ocasiones hiperglucemia, cuando se administraban con sulfonilureas. El efecto podría deberse a la interferencia con el mecanismo regulador de la glucemia mediado por catecolaminas y por la inhibición de la glucogenolisis estimulada por la hipoglucemia. También se han descrito casos de hipertensión arterial, debido a la estimulación de la liberación de catecolaminas asociada a la hipoglucemia inducida por sulfonilureas. Se aconseja por lo tanto evitar la asociación, y si fuera imprescindible, vigilar la glucemia y controlar la presión arterial, o utilizar un beta-bloqueante cardioselectivo.
– Carbón activado. Se han observado en estudios farmacocinéticos que la administración de carbón activado a altas dosis (50 g) junto con una sulfonilurea podría producir una adsorción de la misma, con disminuciones de la absorción oral de hasta el 90%. Sin embargo, debido al riesgo importante de ausencia de efectos terapéuticos se recomienda evitar la asociación o distanciar la toma de ambos medicamentos al menos dos horas.
– Ciclosporina. La administración de sulfonilureas aumentaba los niveles séricos de ciclosporina, con el consiguiente riesgo de nefrotoxicidad. El efecto podría ser debido a la inhibición del metabolismo hepático de la ciclosporina. Se recomienda disminuir las dosis de ciclosporina un 25%.
– Cimetidina. Se han descrito casos clínicos en los que la administración de cimetidina con sulfonilureas daba lugar a una potenciación de los efectos farmacológicos, con riesgo de hipoglucemia, debido a la inhibición enzimática del citocromo P450. No parece probable que la sustitución de cimetidina por otro antagonista histamínico H2 anule la interacción, por lo que se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Clofibrato. Se han descrito casos en los que la administración de clofibrato con sulfonilureas dio lugar a fenómenos de hipoglucemia. Se desconoce cuál es el mecanismo de la interacción, pero podría deberse a un desplazamiento de la unión a proteínas de la sulfonilurea por parte del clofibrato, a una disminución a la resistencia a la acción de la insulina o a una competición con la eliminación renal. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Cloranfenicol. La administración de cloranfenicol a pacientes en tratamiento con sulfonilureas dio lugar a un aumento de la semivida plasmática de éstas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. El efecto podría deberse a la inhibición del metabolismo hepático de la sulfonilurea. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Corticoides. Se han descrito casos de falta de efectos terapéuticos en pacientes tratados con corticoides y sulfonilureas. Los corticoides presentan efectos diabetógenos, por lo que podrían disminuir los efectos de las sulfonilureas. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea o del corticoide si fuera necesario.
– Diazóxido. Al administrar diazóxido a pacientes en tratamiento con una sulfonilurea podría producirse una disminución de los efectos de los antidiabéticos, debido al parecer al efecto diabetógeno del diazóxido, que inhibe la secreción pancreática de insulina. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar su posología si fuera necesario.
– Diuréticos tiazídicos. La administración conjunta de una sulfonilurea junto con un diurético tiazídico podría dar lugar a una pérdida del control glucémico. Los diuréticos tiazídicos parecen inhibir la producción de insulina por un mecanismo desconocido, aunque podría ser debido a la depleción de los niveles de potasio. Se recomienda vigilar la glucemia y en caso de aparecer una hipoglucemia, suspender la administración del diurético, reajustar la posología de la sulfonilurea o administrar suplementos de potasio.
– Eritromicina. Se ha publicado un estudio en el que se ha registrado una potenciación de la toxicidad hepática, por un mecanismo desconocido.
– Fenfluramina. La fenfluramina parece aumentar la captación de glucosa por parte del músculo esquelético, por lo que podría presentar acción hipoglucemiante intrínseca. Existe riesgo de potenciar por tanto los efectos terapéuticos de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia, por lo que se aconseja evitar la asociación.
– Fenitoína. La fenitoína a altas dosis parece disminuir la liberación de insulina al disminuir los niveles de sodio por estimulación de la bomba sodio-potasio. Podría dar lugar a una disminución de los efectos terapéuticos de las sulfonilureas, con el riesgo de pérdida del control de la diabetes. Podría ser necesario disminuir las dosis de la fenitoína o aumentar la de las sulfonilureas.
– Fenotiazina. La administración de fenotiazina se ha asociado con una disminución de la liberación de insulina, por lo que existe un riesgo teórico de que se produzca una disminución en la eficacia de las sulfonilureas.
– Glucosamina. Hay cierta controversia respecto al posible efecto de la glucosamina sobre el control de la glucemia y los hipoglucemiantes. Mientras que unos estudios afirman que la glucosamina podría reducir el efecto antidiabético (especialmente en pacientes que no presentan un buen control de la glucosa o en los que reciben insulina), otros afirman que no habría ninguna alteración clínicamente significativa. Se recomienda precaución y monitorizar la glucemia más frecuentemente de lo habitual.
– Heparina. Se han descrito casos de hipoglucemia en pacientes tratados con sulfonilureas y heparina, debidos probablemente al desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios de unión a proteínas. Se recomienda evaluar la glucemia y si fuera necesario, reajustar la posología.
– Gemfibrozilo. Hay algún estudio en el que se ha registrado una posible potenciación de la acción y/o toxicidad de la clorpropamida.
– IECAs. Se han descrito casos de hipoglucemia en pacientes tratados con antihipertensivos del tipo de los IECAs y sulfonilureas, por un mecanismo desconocido. Se recomienda evaluar los niveles de glucemia, sobre todo al inicio del tratamiento.
– IMAOs. Aunque se desconoce el mecanismo exacto, parece ser que los IMAOs podrían potenciar los efectos de los antidiabéticos, favoreciendo la aparición de hipoglucemia. Se recomienda extremar las precauciones cuando se administren conjuntamente ambos fármacos, y disminuir la dosis de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Isoniazida. La isoniazida parece afectar a la formación de glucógeno, reduciendo la utilización de la glucosa, y podría disminuir la producción de insulina, con el consiguiente riesgo de disminuir la eficacia de las sulfonilureas. Se recomienda controlar periódicamente la glucemia y reajustar la posología si fuera necesaria.
– Pirazolonas (fenilbutazona, oxifenbutazona). Hay estudios en los que se ha registrado una posible potenciación del efecto de la sulfonilurea por inhibición de su aclaramiento renal, así como por desplazamiento de su unión a proteínas plasmáticas. Se recomienda controlar la glucemia y reajustar la dosis de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Probenecid. La administración de probenecid ha dado lugar a aumentos de la semivida plasmática de hasta el 40%, debidos probablemente a la competición de ambos fármacos por su eliminación renal. Se recomienda evitar la combinación.
– Rifampicina. La rifampicina podría inducir el metabolismo hepático de las sulfonilureas, con la posibilidad de una disminución de los efectos del antidiabético. Se aconseja monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Sales de magnesio. Se han descrito casos de hipoglucemia en pacientes tratados con sulfonilureas y antiácidos con magnesio, debidos probablemente a variaciones del pH gástrico.
– Salicilatos. Se han descrito casos clínicos de hipoglucemia, al administrar una sulfonilurea junto con un salicilato, sobre todo a altas dosis. La interacción parece deberse al desplazamiento de la unión a proteínas plasmáticas de la sulfonilurea. Se aconseja monitorizar la glucemia y reajustar la posología si fuera necesario. Se puede sustituir el salicilato por ibuprofeno, que no parece afectar tanto a la farmacocinética de las sulfonilureas.
– Sulfamidas. Se han descrito multitud de casos en los que los efectos de las sulfonilureas podrían ser potenciados por las sulfamidas. La interacción podría deberse al desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios de unión a las proteínas plasmáticas, a la inhibición del metabolismo de la sulfonilurea y/o a la competición por la eliminación renal entre ambos fármacos. Existe un mayor riesgo de hipoglucemia, por lo que se aconseja controlar la glucemia y reajustar la dosis de sulfonilurea si fuera necesario.
– Tetraciclinas. Las tetraciclinas han dado lugar a potenciación de los efectos de los antidiabéticos, debido probablemente a un efecto hipoglucemiante intrínseco de las tetraciclinas al bloquear el efecto hiperglucemiante de las catecolaminas. Además podrían aumentar la semivida de los antidiabéticos.
Análisis clínicos
– Creatinina. Aumento en sangre.
– Fosfatasa alcalina. Aumento fisiológico.
– Lactato-deshidrogenasa. Incremento moderado en sangre.
– Lípidos. Mejora del perfil lipídico, con aumento del HDL-colesterol y reducción del LDL-colesterol y de los triglicéridos.
– Nitrógeno ureico. Ocasionalmente pueden aparecer elevaciones moderadas del nitrógeno ureico.
– Transaminasas. Incremento moderado en sangre.
Embarazo
Categoría C de la FDA. La clorpropamida es teratogénica en animales. Los posibles defectos atribuidos a la clorpropamida administrada durante el primer trimestre en mujeres embarazadas son anomalías faciales, auriculares (no comunes en la embriopatía diabética), vertebrales y ventriculares. También se ha observado en recién nacidos un aumento de la incidencia de hiperbilirrubinemia, policitemia e hiperviscosidad sanguínea con requerimiento de transfusiones parciales. La clorpropamida atraviesa la placenta cuando se administra cerca del parto y puede persistir en el suero neonatal durante varios días, pudiendo dar lugar a hipoglucemia secundaria en recién nacidos durante 4-6 días. Se recomienda interrumpir la administración al menos un mes antes del parto.
Debido a los datos actuales que sugieren una relación entre los niveles anormales de glucosa y la aparición de malformaciones congénitas, se recomienda controlar los niveles séricos maternos de glucosa. El agente de elección para normalizar dichos niveles en estas pacientes es la insulina.
Lactancia
La clorpropamida se excreta con la leche materna en cantidades de hasta 5 µg/ml. Se desconoce si estos niveles pudieran tener efectos en el lactante, aunque existe el riesgo de producir hipoglucemia. Se recomienda suspender la lactancia materna o evitar la administración de este medicamento.
Niños
No se ha evaluado la seguridad y eficacia en niños y adolescentes menores de 18 años, por lo que no se recomienda su utilización.
Ancianos
Los pacientes geriátricos suelen presentar una reducción del metabolismo y la excreción de estos fármacos, por lo que son más sensibles a los efectos adversos de las sulfonilureas. Es más frecuente la aparición de hipoglucemia y de síndrome de insuficiencia de hormona diurética, caracterizado por confusión mental, náuseas, anorexia, mareo, depresión, hiponatremia, hipoosmolaridad sanguínea e hiperosmolaridad urinaria.
Se recomienda evitar las sulfonilureas de larga duración de efectos en pacientes ancianos, y si se utilizasen, comenzar con dosis menores y ajustar la posología con precisión.
Efectos sobre la conducción
La clorpropamida puede dar lugar en ocasiones a hipoglucemia, afectando sustancialmente a la capacidad para conducir y/o manejar maquinaria. Los pacientes deberán evitar manejar maquinaria peligrosa, incluyendo automóviles, hasta que tengan la certeza razonable de que el tratamiento farmacológico no les afecta de forma adversa.
Se aconseja detener el vehículo tan pronto como se detecten los primeros síntomas de hipoglucemia y tomar sacarosa inmediatamente. Los pacientes que sufran pérdidas del estado de alerta asociadas a hipoglucemia o los que presenten crisis frecuentes de hipoglucemia, no deberían conducir.
Reacciones adversas
Los efectos adversos de clorpropamida suelen ser infrecuentes aunque moderadamente importantes. El perfil de seguridad de este fármaco es similar al del resto de sulfonilureas, aunque de forma más acentuada, y los efectos aparecen con más frecuencia. En la mayor parte de los casos, las reacciones adversas son una prolongación de la acción farmacológica y afectan principalmente a los sistemas endocrino y gastrointestinal. Suelen ser dosis dependientes, y disminuyen con la reducción de la posología. Las reacciones adversas más características son:
– Digestivas. Son frecuentes (1-9%) las [NAUSEAS], [VOMITOS], [HIPERACIDEZ GASTRICA], [DOLOR EPIGASTRICO], [ANOREXIA], [ESTREÑIMIENTO] o [DIARREA]. Se puede reducir la incidencia de estas reacciones adversas dividiendo la dosis diaria en dos tomas.
– Hepáticas. Se han descrito casos de [INCREMENTO DE LOS VALORES DE TRANSAMINASAS]. En ocasiones puntuales (<<1%) puede aparecer [ICTERICIA COLESTATICA], debiéndose suspender el tratamiento.
– Neurológicas/psicológicas. Es frecuente (1-9%) la presencia de [CEFALEA], [MAREO] y [PARESTESIA].
– Hematológicas. En raras ocasiones se ha descrito [DISCRASIA SANGUINEA] como [ANEMIA] ([ANEMIA HEMOLITICA], [ANEMIA APLASICA]), [LEUCOPENIA] con o sin [AGRANULOCITOSIS]¸ [LINFOCITOSIS] o [TROMBOPENIA]. Estas discrasias suelen aparecer en las 6 primeras semanas de tratamiento y revierten al suspender la administración de clorpropamida. Puede aparecer en algunas ocasiones crisis de [PORFIRIA].
– Metabólicas. Es rara (<1%) la aparición de [HIPOGLUCEMIA] intensa y prolongada. Puede aparecer sobre todo al iniciar el tratamiento, y especialmente en pacientes ancianos, con insuficiencia hepática o renal o tratados con altas dosis de clorpropamida u otros hipoglucemiantes orales. La hipoglucemia cursa con cefalea, [SENSACION DE HAMBRE] intensa, náuseas, vómitos, [SOMNOLENCIA], [NERVIOSISMO], [AGRESIVIDAD], [REDUCCION DE LA CONCENTRACION], [DEPRESION SISTEMA NERVIOSO CENTRAL], [CONFUSION], [TRASTORNOS DE LA VISION], [TEMBLOR], vértigos, [EXCESO DE SUDORACION], [TAQUICARDIA], [ANSIEDAD], [HIPERTENSION ARTERIAL], [PALPITACIONES], [ARRITMIA CARDIACA], [DELIRIO], [CONVULSIONES] y [BRADICARDIA].
– Endocrinológicas. Es rara (<1%) la presencia de un [SINDROME DE SECRECION INADECUADA DE ADH] reversible, que cursa con [EDEMA], [HIPONATREMIA], confusión mental, mareos, náuseas y vómitos.
– Alérgicas/dermatológicas. Es rara (<1%) la aparición de [REACCIONES HIPERSENSIBILIDAD], con [PRURITO], [DERMATITIS], [ERUPCIONES EXANTEMATICAS]. En ocasiones se han descrito casos de [INTOLERANCIA AL ALCOHOL], que cursa con un efecto tipo disulfiram (Véase Interacciones). Se han descrito casos de [REACCIONES DE FOTOSENSIBILIDAD]. Es excepcional la presencia de [ERITEMA MULTIFORME], [SINDROME DE STEVENS-JOHNSON], [ERITEMA NUDOSO] o [DERMATITIS EXFOLIATIVA].
– Analíticas. Se pueden producir un importante y progresivo [INCREMENTO DE LOS VALORES DE FOSFATASA ALCALINA].
– Generales. Es frecuente el [AUMENTO DE PESO] de varios kilos, debido probablemente a un aumento de la liberación de insulina, con la consiguiente activación de la lipogénesis.
Sobredosis
Síntomas: La sobredosis con clorpropamida da lugar a fenómenos de hipoglucemia. Se puede apreciar la aparición de hormigueo en los labios y la lengua, náuseas, vómitos, dolor epigástrico de intensidad moderada, letargia, confusión, agitación o nerviosismo. Puede aparecer un incremento de la actividad simpática, con taquicardia, sudoración, sensación intensa de hambre y temblores. En los casos más graves se han descrito convulsiones, estupor, coma y muerte.
Tratamiento: La hipoglucemia leve o moderada, en la que no existe pérdida de la conciencia se trata con la administración de glucosa por vía oral y el reajuste posológico de la sulfonilurea. Se aconseja monitorizar al paciente hasta lograr una estabilización de su glucemia.
La hipoglucemia severa, aunque es rara, requiere hospitalización. Si aparece coma hipoglucémico, se recurrirá a la administración intravenosa en bolus de glucosa concentrada al 50%, y posteriormente al mantenimiento de los niveles de glucemia con una infusión de glucosa al 10%, de forma que se alcance una glucemia alrededor de 100 mg/dl. Se debe monitorizar al paciente durante 3-5 días, debido a la gran semivida de la clorpropamida y a que la hipoglucemia podría recurrir.
La administración de charcoal activado puede reducir la absorción de las sulfonilureas.
Referencias bibliográficas
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– British National Formulary. British Medical Association, London. 44th Edition, 2002.
– Drug Facts and Comparisons. Facts and Comparison, Saint Louis. 57th Edition, 2003.
– Martindale. The Complete Drug Reference. Pharmaceutical Press, London. 33th Edition, 2002.
– Micromedex.
– PDR. Thomson, Montvale. 57th Edition, 2003.
– United States Pharmacopoeia, Dispensation Information. 14th Edition, 1994.
Fecha de aprobación/revisión de la ficha
Diciembre, 2004.
Acción y mecanismo
– [ANTIDIABETICO ORAL], [HIPOGLUCEMIANTE], [BLOQUEANTE DE LOS CANALES DE POTASIO], [SULFONILUREA (GRUPO)]. La clorpropamida, al igual que otras sulfonilureas, es capaz de estimular la producción de insulina en la célula beta pancreática de los islotes de Langerhans, de forma similar a como lo hacen la glucosa y otros sustratos energéticos. La clorpropamida se une a un receptor específico acoplado al canal de potasio dependiente de ATP, produciendo su cierre y disminuyendo la permeabilidad de la membrana a dicho ion. Esto desencadena la aparición de un potencial de membrana que estimula la apertura de canales de calcio dependientes de voltaje, que aumentan los niveles de calcio intracitoplasmáticos, los cuales a su vez, activan una cascada de kinasas que dan lugar a la liberación de insulina.
Además, podrían presentar unos efectos extrapancreáticos, mejorando la sensibilidad de la insulina en los tejidos. Se desconoce si este efecto se debe a una acción sobre los receptores de insulina o sobre los mecanismos efectores de la misma.
Finalmente, se ha podido comprobar que las sulfonilureas son capaces de inhibir la gluconeogénesis hepática.
– [ANTIDIURETICO]. Potencia los efectos de la hormona antidiurética ADH, produciendo retención de orina.
Farmacocinética
Vía oral:
– Absorción: Es absorbida rápidamente, alcanzándose la Cmax a las 2-4 horas. Los efectos aparecen al cabo de una hora y son máximos a las 3-6 horas. Es la sulfonilurea con efectos más prolongados, llegando a durar 24 horas, y en ocasiones hasta 72 horas.
– Distribución: La clorpropamida se une fuertemente a proteínas plasmáticas (88-96%). La clorpropamida atraviesa la placenta.
– Metabolismo: Hasta el 80% de la dosis administrada se metaboliza en el hígado, dando lugar a metabolitos activos e inactivos como la 2-hidroxi-clorpropamida y la p-cloro-benceno-sulfonilurea, y en menor medida 3-hidroxi-clorpropamida y p-cloro-bencenosulfonamida.
– Eliminación: La clorpropamida aparece en orina en forma inalterada (20%) o como metabolitos (80%). Esta eliminación urinaria parece ser pH dependiente, siendo aumentada a pH básico y disminuida a pH ácido. La semivida de eliminación es de unas 36 horas, aunque existen variaciones interindividuales que pueden hacer que esté comprendida entre 25-60 horas.
Farmacocinética en situaciones especiales:
– Insuficiencia renal: Se produce un aumento de la semivida plasmática de la clorpropamida.
Indicaciones
– [DIABETES MELLITUS TIPO 2]. Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2, de leve a moderadamente severa, cuando las medidas higiénico-dietéticas no sean suficientes para lograr un buen control de la glucemia. Se puede emplear sola o combinada con insulina.
– [DIABETES INSIPIDA]. Tratamiento de la diabetes insípida, debido a la sensibilización de los túbulos renales distales a la ADH.
Posología
DOSIFICACIÓN:
– Adultos, oral:
* Diabetes mellitus de tipo 2: Se iniciará el tratamiento con una dosis de 250 mg/24 horas. Tras 5-7 días de tratamiento, se ajustará la dosis en función de la glucemia, a razón de 125 mg a intervalos semanales. La dosis de mantenimiento recomendada es de 500 mg/24 horas.
* Diabetes insípida: Se recomienda administrar inicialmente una dosis de 100 mg/24 horas, para evitar el posible riesgo de hipoglucemia. En caso necesario, se reajustará la dosis a razón de 50-125 mg cada 3-5 días, hasta un máximo de 350 mg/24 horas.
– Niños, oral: No se ha evaluado la seguridad y eficacia en niños y menores de 18 años.
– Ancianos, oral: Se recomienda administrar 100-125 mg/24 horas.
Posología en situaciones especiales:
– Insuficiencia renal: Se recomienda no sobrepasar las dosis de 100-125 mg/24 horas.
NORMAS PARA LA CORRECTA ADMINISTRACIÓN:
Los comprimidos deben ingerirse con un vaso de agua, en una única toma por la mañana, con el desayuno. Se puede dividir la dosis en dos tomas si aparecen trastornos digestivos.
Si el paciente olvida tomar el medicamento, debe hacerlo cuanto antes, a menos que esté próxima la dosis siguiente. Nunca se debe doblar la dosis.
Contraindicaciones
– [ALERGIA A SULFONILUREAS] o hipersensibilidad a cualquier otro componente del medicamento. Podrían aparecer reacciones cruzadas con otros medicamentos estructuralmente similares, por lo que tampoco se recomienda administrarla en caso de [ALERGIA A SULFAMIDAS] o [ALERGIA A TIAZIDAS].
– [PORFIRIA]. La utilización de sulfonilureas se ha asociado con la aparición de crisis agudas de porfiria, por lo que se recomienda no utilizar en estos pacientes.
– Insuficiencia renal grave (CLcr inferior a 30 ml/minuto). Se podría producir una acumulación del fármaco y sus metabolitos en sangre, aumentando sus efectos, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. No se ha evaluado su seguridad y eficacia en estos pacientes, por lo que no se recomienda su uso.
– Insuficiencia hepática grave. Se podría producir una disminución del metabolismo de la clorpropamida, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. No se ha evaluado la seguridad y eficacia en estos pacientes, por lo que no se recomienda su utilización.
Precauciones
– [INSUFICIENCIA RENAL]. La clorpropamida se elimina por orina, por lo que en caso de insuficiencia renal podría producirse una disminución del aclaramiento renal, con la consiguiente riesgo de hipoglucemia grave. Se recomienda monitorizar frecuentemente la glucemia en pacientes con insuficiencia renal leve o moderada (CLcr entre 30-90 ml/minuto) y no utilizar la clorpropamida en pacientes con insuficiencia renal grave (CLcr menor a 30 ml/minuto) (Véase Contraindicaciones).
– [INSUFICIENCIA HEPATICA]. La clorpropamida se metaboliza en el hígado, por lo que en caso de una insuficiencia hepática podría producirse una retención del fármaco, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia grave. Se recomienda monitorizar frecuentemente la glucemia en pacientes con insuficiencia hepática moderada o leve, y no utilizarla en pacientes con insuficiencia hepática severa (Véase Contraindicaciones).
– [CETOACIDOSIS DIABETICA] con o sin [COMA DIABETICO], y en pacientes hiperglucémicos sometidos a intervenciones quirúrgicas o en los que aparezca infección severa o traumatismo grave. En estos pacientes, es poco probable que la administración de clorpropamida pueda controlar la hiperglucemia, por lo que se recomienda tratarlos previamente con insulina antes de utilizar la clorpropamida.
– Pacientes en los que exista tendencia a la hipoglucemia, como en caso de [ENFERMEDAD DE ADDISON], [HIPOPITUITARISMO] o en pacientes debilitados o desnutridos. En estos pacientes, las sulfonilureas de semivida prolongada pueden dar lugar a casos de hipoglucemia, por lo que se recomienda controlar periódicamente los niveles de glucemia o sustituir la clorpropamida por otras sulfonilureas de semivida corta, como la gliclazida, la glipizida o la gliquidona.
– [HIPOTIROIDISMO]. Existen datos contradictorios acerca de los efectos de la clorpropamida sobre la función tiroidea, pero según algunos estudios, podría empeorarla. Se recomienda monitorizar los niveles de hormonas tiroideas T3 y T4, y suspender la administración de la clorpropamida en caso de una disminución de las mismas.
– [CARDIOPATIA]. En un estudio multicéntrico realizado por el University Group Diabetes Program, se observó un aumento de la incidencia de mortalidad por complicaciones cardiovasculares en pacientes tratados con sulfonilureas o fenformina. Aunque los datos obtenidos en el United Kingdom Prospective Diabetes Study no mostraron esta mayor incidencia, el bloqueo de los canales de potasio podría inhibir los mecanismos adaptativos del miocardio frente a una isquemia, por lo que se recomienda valorar el tratamiento en estos pacientes.
– Diabetes mellitus tipo 1 o cuadros en los que exista un déficit de insulina. La clorpropamida precisa de la insulina para ejercer sus efectos, por lo que en caso de una ausencia de síntesis insulínica, sus efectos serían nulos. La clorpropamida no está indicada por tanto en la diabetes mellitus tipo 1.
– Fracaso secundario. La clorpropamida, al igual que otros antidiabéticos, puede perder eficacia terapéutica al cabo del tiempo, debido a una progresión de la enfermedad, interacciones medicamentosas, enfermedades asociadas, a incumplimientos de la dieta o del ejercicio o a una disminución de la efectividad de la clorpropamida. El porcentaje de fracaso secundario ronda el 10% anual. En caso de aparición de un fracaso terapéutico, podría ser útil la combinación de la clorpropamida con metformina. Si tras un período de tratamiento de 1-3 meses con la mezcla, empleando las dosis máximas, no se pueden mantener los niveles de glucemia dentro de la normalidad, se deben considerar otras alternativas terapéuticas tales como la administración de insulina.
ADVERTENCIAS SOBRE EXCIPIENTES:
– Este medicamento contiene manitol. Dosis diarias superiores a 10 g pueden producir cierto efecto laxante leve.
Advertencias/consejos
CONSEJOS AL PACIENTE:
– Los pacientes deben continuar con su dieta habitual, con una distribución regular de la ingesta de glúcidos. En caso de sobrepeso, se debe continuar la dieta de restricción calórica.
– Se aconseja realizar ejercicio de forma moderada pero frecuente.
– Se debe acudir al médico si el paciente presenta síntomas de hiperglucemia (visión borrosa, cansancio, exceso de orina, náuseas) o de hipoglucemia (sudoración, nerviosismo, hambre, palpitaciones, alteraciones visuales).
– Si se apreciasen síntomas de hipoglucemia, se aconseja administrar glucosa por vía oral.
– Se recomienda administrar este medicamento en una sola toma con el desayuno, procurando hacerlo siempre a la misma hora.
– Si aparece intolerancia gástrica, puede dividirse la dosis en dos tomas, administradas con el desayuno y la cena.
– Se aconseja no consumir bebidas alcohólicas, debido al riesgo de reacciones adversas.
– Se debe advertir al médico de la toma de cualquier otro medicamento.
CONSIDERACIONES ESPECIALES:
– Se deben controlar periódicamente los niveles de glucemia y de hemoglobina glicosilada para determinar la eficacia del tratamiento y su posible interacción con otros tratamientos del paciente.
– Se aconseja vigilar la funcionalidad hepática, renal y tiroidea periódicamente.
– Si apareciese hipoglucemia al administrar clorpropamida, se reajustará la posología de la misma y se vigilará la glucemia durante 3-5 días, debido a los prolongados efectos de este fármaco.
– Si se sospecha un coma hipoglucémico, deberá tratarse de inmediato con glucosa al 50%, seguida de infusión de glucosa al 10%, manteniendo los niveles de glucosa por encima de 100 mg/dl.
– Se recomienda sustituir en ancianos las sulfonilureas de efectos prolongados por otras con menor semivida, como la gliclazida, glipizida o gliquidona.
– En pacientes en los que se sustituya insulina por una sulfonilurea, se recomienda controlar tres veces al día los niveles de glucosa y cetonas en sangre y orina, para prevenir una cetosis.
Interacciones
– Acidificantes urinarios (cloruro de amonio). El cloruro amónico puede producir un aumento del 38% de la semivida y del 41% del AUC, así como un descenso del 28% en el aclaramiento, con el consiguiente riesgo de acumulación, debido a la acidificación de la orina. Se recomienda controlar la glucemia, y si fuera necesario, reajustar la dosificación de la clorpropamida.
– Alcalinizantes urinarios (bicarbonato sódico). Al administrar bicarbonato sódico a pacientes tratados con clorpropamida, se apreció una disminución de la semivida de eliminación de hasta el 74.2% y un aumento del aclaramiento de hasta el 400%, con el consiguiente riesgo de fracaso terapéutico. Se aconseja monitorizar los niveles de glucemia y ajustar la dosis de clorpropamida si fuera necesario.
– Alcohol etílico. El alcohol puede dar lugar a variaciones impredecibles de la glucemia, siendo especialmente peligrosa la hipoglucemia. Además, se han descrito casos de reacciones tipo antabús, probablemente debidas a una respuesta anormal de los vasos sanguíneos pequeños inducida por la clorpropamida, no estando relacionada esta respuesta con la acumulación de acetaldehído. Se aconseja evitar la asociación.
– Alopurinol. En un estudio se ha observado que el alopurinol podría aumentar la semivida de la clorpropamida hasta más de 200 horas, debido probablemente a una competición en la eliminación renal. Existe riesgo de hipoglucemia, por lo que se aconseja monitorizar los niveles de glucemia y reajustar la dosis de clorpropamida si fuera necesario.
– Anabolizantes hormonales. Los anabolizantes hormonales podrían potenciar los efectos hipoglucemiantes de las sulfonilureas. Aunque se desconoce su mecanismo, podría deberse a una estimulación del metabolismo celular, con el consiguiente aumento del consumo de glucosa. Puede ser necesaria la disminución de la dosis de la clorpropamida.
– Antagonistas de los canales de calcio. Se han dado casos de hiperglucemia en pacientes tratados con antagonistas del calcio, debidos probablemente al bloqueo de la liberación de la insulina. Estos fármacos podrían disminuir los efectos de las sulfonilureas, por lo que se recomienda monitorizar periódicamente la glucemia y reajustar la dosis del antidiabético si fuera necesario.
– Anticoagulantes orales (acenocumarol, warfarina). Los anticoagulantes orales podrían potenciar los efectos de las sulfonilureas debido probablemente a un desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios de unión a proteínas plasmáticas. No parece necesario tomar ninguna medida farmacológica.
– Anticonceptivos orales estrogénicos. Se han descrito casos clínicos en los que la administración de un anticonceptivo estrogénico disminuye los efectos de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hiperglucemia, sobre todo con etinilestradiol. Se recomienda controlar la glucemia y reajustar las dosis de clorpropamida si fuera necesario.
– Antidepresivos tricíclicos. Se han descrito casos en los que los antidepresivos podrían potenciar los efectos de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. No se conoce el mecanismo.
– Antidiabéticos (biguanidas, inhibidores de las alfa-glucosidasas, glitazonas). La administración conjunta de un antidiabético oral junto con clorpropamida, podría aumentar el riesgo de aparecer hipoglucemia. Puede ser necesario reajustar las dosis de clorpropamida.
– Antifúngicos azólicos (fluconazol, ketoconazol). La administración de antifúngicos azólicos podría aumentar el AUC de las sulfonilureas, dándose en ocasiones algunos casos de hipoglucemia. El efecto podría deberse a una inhibición del metabolismo de la sulfonilurea. Podría ser necesario un reajuste posológico del antidiabético.
– Azúcares (glucosa, fructosa, sacarosa). La administración de glucosa o azúcares susceptibles de ser transformados metabólicamente en glucosa, a pacientes tratados con sulfonilureas podría dar lugar a una reducción del efecto de estas.
– Barbitúricos. En estudios con animales se ha podido comprobar que la clorpropamida podría prolongar los efectos de los barbitúricos, por lo que se recomienda extremar las precauciones en caso de que ambos fármacos se combinasen.
– Beta-bloqueantes. Se han descrito casos en los que los beta-bloqueantes daban lugar a hipoglucemia, y en ocasiones hiperglucemia, cuando se administraban con sulfonilureas. El efecto podría deberse a la interferencia con el mecanismo regulador de la glucemia mediado por catecolaminas y por la inhibición de la glucogenolisis estimulada por la hipoglucemia. También se han descrito casos de hipertensión arterial, debido a la estimulación de la liberación de catecolaminas asociada a la hipoglucemia inducida por sulfonilureas. Se aconseja por lo tanto evitar la asociación, y si fuera imprescindible, vigilar la glucemia y controlar la presión arterial, o utilizar un beta-bloqueante cardioselectivo.
– Carbón activado. Se han observado en estudios farmacocinéticos que la administración de carbón activado a altas dosis (50 g) junto con una sulfonilurea podría producir una adsorción de la misma, con disminuciones de la absorción oral de hasta el 90%. Sin embargo, debido al riesgo importante de ausencia de efectos terapéuticos se recomienda evitar la asociación o distanciar la toma de ambos medicamentos al menos dos horas.
– Ciclosporina. La administración de sulfonilureas aumentaba los niveles séricos de ciclosporina, con el consiguiente riesgo de nefrotoxicidad. El efecto podría ser debido a la inhibición del metabolismo hepático de la ciclosporina. Se recomienda disminuir las dosis de ciclosporina un 25%.
– Cimetidina. Se han descrito casos clínicos en los que la administración de cimetidina con sulfonilureas daba lugar a una potenciación de los efectos farmacológicos, con riesgo de hipoglucemia, debido a la inhibición enzimática del citocromo P450. No parece probable que la sustitución de cimetidina por otro antagonista histamínico H2 anule la interacción, por lo que se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Clofibrato. Se han descrito casos en los que la administración de clofibrato con sulfonilureas dio lugar a fenómenos de hipoglucemia. Se desconoce cuál es el mecanismo de la interacción, pero podría deberse a un desplazamiento de la unión a proteínas de la sulfonilurea por parte del clofibrato, a una disminución a la resistencia a la acción de la insulina o a una competición con la eliminación renal. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Cloranfenicol. La administración de cloranfenicol a pacientes en tratamiento con sulfonilureas dio lugar a un aumento de la semivida plasmática de éstas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia. El efecto podría deberse a la inhibición del metabolismo hepático de la sulfonilurea. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Corticoides. Se han descrito casos de falta de efectos terapéuticos en pacientes tratados con corticoides y sulfonilureas. Los corticoides presentan efectos diabetógenos, por lo que podrían disminuir los efectos de las sulfonilureas. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea o del corticoide si fuera necesario.
– Diazóxido. Al administrar diazóxido a pacientes en tratamiento con una sulfonilurea podría producirse una disminución de los efectos de los antidiabéticos, debido al parecer al efecto diabetógeno del diazóxido, que inhibe la secreción pancreática de insulina. Se recomienda monitorizar la glucemia y reajustar su posología si fuera necesario.
– Diuréticos tiazídicos. La administración conjunta de una sulfonilurea junto con un diurético tiazídico podría dar lugar a una pérdida del control glucémico. Los diuréticos tiazídicos parecen inhibir la producción de insulina por un mecanismo desconocido, aunque podría ser debido a la depleción de los niveles de potasio. Se recomienda vigilar la glucemia y en caso de aparecer una hipoglucemia, suspender la administración del diurético, reajustar la posología de la sulfonilurea o administrar suplementos de potasio.
– Eritromicina. Se ha publicado un estudio en el que se ha registrado una potenciación de la toxicidad hepática, por un mecanismo desconocido.
– Fenfluramina. La fenfluramina parece aumentar la captación de glucosa por parte del músculo esquelético, por lo que podría presentar acción hipoglucemiante intrínseca. Existe riesgo de potenciar por tanto los efectos terapéuticos de las sulfonilureas, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia, por lo que se aconseja evitar la asociación.
– Fenitoína. La fenitoína a altas dosis parece disminuir la liberación de insulina al disminuir los niveles de sodio por estimulación de la bomba sodio-potasio. Podría dar lugar a una disminución de los efectos terapéuticos de las sulfonilureas, con el riesgo de pérdida del control de la diabetes. Podría ser necesario disminuir las dosis de la fenitoína o aumentar la de las sulfonilureas.
– Fenotiazina. La administración de fenotiazina se ha asociado con una disminución de la liberación de insulina, por lo que existe un riesgo teórico de que se produzca una disminución en la eficacia de las sulfonilureas.
– Glucosamina. Hay cierta controversia respecto al posible efecto de la glucosamina sobre el control de la glucemia y los hipoglucemiantes. Mientras que unos estudios afirman que la glucosamina podría reducir el efecto antidiabético (especialmente en pacientes que no presentan un buen control de la glucosa o en los que reciben insulina), otros afirman que no habría ninguna alteración clínicamente significativa. Se recomienda precaución y monitorizar la glucemia más frecuentemente de lo habitual.
– Heparina. Se han descrito casos de hipoglucemia en pacientes tratados con sulfonilureas y heparina, debidos probablemente al desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios de unión a proteínas. Se recomienda evaluar la glucemia y si fuera necesario, reajustar la posología.
– Gemfibrozilo. Hay algún estudio en el que se ha registrado una posible potenciación de la acción y/o toxicidad de la clorpropamida.
– IECAs. Se han descrito casos de hipoglucemia en pacientes tratados con antihipertensivos del tipo de los IECAs y sulfonilureas, por un mecanismo desconocido. Se recomienda evaluar los niveles de glucemia, sobre todo al inicio del tratamiento.
– IMAOs. Aunque se desconoce el mecanismo exacto, parece ser que los IMAOs podrían potenciar los efectos de los antidiabéticos, favoreciendo la aparición de hipoglucemia. Se recomienda extremar las precauciones cuando se administren conjuntamente ambos fármacos, y disminuir la dosis de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Isoniazida. La isoniazida parece afectar a la formación de glucógeno, reduciendo la utilización de la glucosa, y podría disminuir la producción de insulina, con el consiguiente riesgo de disminuir la eficacia de las sulfonilureas. Se recomienda controlar periódicamente la glucemia y reajustar la posología si fuera necesaria.
– Pirazolonas (fenilbutazona, oxifenbutazona). Hay estudios en los que se ha registrado una posible potenciación del efecto de la sulfonilurea por inhibición de su aclaramiento renal, así como por desplazamiento de su unión a proteínas plasmáticas. Se recomienda controlar la glucemia y reajustar la dosis de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Probenecid. La administración de probenecid ha dado lugar a aumentos de la semivida plasmática de hasta el 40%, debidos probablemente a la competición de ambos fármacos por su eliminación renal. Se recomienda evitar la combinación.
– Rifampicina. La rifampicina podría inducir el metabolismo hepático de las sulfonilureas, con la posibilidad de una disminución de los efectos del antidiabético. Se aconseja monitorizar la glucemia y reajustar la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Sales de magnesio. Se han descrito casos de hipoglucemia en pacientes tratados con sulfonilureas y antiácidos con magnesio, debidos probablemente a variaciones del pH gástrico.
– Salicilatos. Se han descrito casos clínicos de hipoglucemia, al administrar una sulfonilurea junto con un salicilato, sobre todo a altas dosis. La interacción parece deberse al desplazamiento de la unión a proteínas plasmáticas de la sulfonilurea. Se aconseja monitorizar la glucemia y reajustar la posología si fuera necesario. Se puede sustituir el salicilato por ibuprofeno, que no parece afectar tanto a la farmacocinética de las sulfonilureas.
– Sulfamidas. Se han descrito multitud de casos en los que los efectos de las sulfonilureas podrían ser potenciados por las sulfamidas. La interacción podría deberse al desplazamiento de la sulfonilurea de sus sitios de unión a las proteínas plasmáticas, a la inhibición del metabolismo de la sulfonilurea y/o a la competición por la eliminación renal entre ambos fármacos. Existe un mayor riesgo de hipoglucemia, por lo que se aconseja controlar la glucemia y reajustar la dosis de sulfonilurea si fuera necesario.
– Tetraciclinas. Las tetraciclinas han dado lugar a potenciación de los efectos de los antidiabéticos, debido probablemente a un efecto hipoglucemiante intrínseco de las tetraciclinas al bloquear el efecto hiperglucemiante de las catecolaminas. Además podrían aumentar la semivida de los antidiabéticos.
Análisis clínicos
– Creatinina. Aumento en sangre.
– Fosfatasa alcalina. Aumento fisiológico.
– Lactato-deshidrogenasa. Incremento moderado en sangre.
– Lípidos. Mejora del perfil lipídico, con aumento del HDL-colesterol y reducción del LDL-colesterol y de los triglicéridos.
– Nitrógeno ureico. Ocasionalmente pueden aparecer elevaciones moderadas del nitrógeno ureico.
– Transaminasas. Incremento moderado en sangre.
Embarazo
Categoría C de la FDA. La clorpropamida es teratogénica en animales. Los posibles defectos atribuidos a la clorpropamida administrada durante el primer trimestre en mujeres embarazadas son anomalías faciales, auriculares (no comunes en la embriopatía diabética), vertebrales y ventriculares. También se ha observado en recién nacidos un aumento de la incidencia de hiperbilirrubinemia, policitemia e hiperviscosidad sanguínea con requerimiento de transfusiones parciales. La clorpropamida atraviesa la placenta cuando se administra cerca del parto y puede persistir en el suero neonatal durante varios días, pudiendo dar lugar a hipoglucemia secundaria en recién nacidos durante 4-6 días. Se recomienda interrumpir la administración al menos un mes antes del parto.
Debido a los datos actuales que sugieren una relación entre los niveles anormales de glucosa y la aparición de malformaciones congénitas, se recomienda controlar los niveles séricos maternos de glucosa. El agente de elección para normalizar dichos niveles en estas pacientes es la insulina.
Lactancia
La clorpropamida se excreta con la leche materna en cantidades de hasta 5 µg/ml. Se desconoce si estos niveles pudieran tener efectos en el lactante, aunque existe el riesgo de producir hipoglucemia. Se recomienda suspender la lactancia materna o evitar la administración de este medicamento.
Niños
No se ha evaluado la seguridad y eficacia en niños y adolescentes menores de 18 años, por lo que no se recomienda su utilización.
Ancianos
Los pacientes geriátricos suelen presentar una reducción del metabolismo y la excreción de estos fármacos, por lo que son más sensibles a los efectos adversos de las sulfonilureas. Es más frecuente la aparición de hipoglucemia y de síndrome de insuficiencia de hormona diurética, caracterizado por confusión mental, náuseas, anorexia, mareo, depresión, hiponatremia, hipoosmolaridad sanguínea e hiperosmolaridad urinaria.
Se recomienda evitar las sulfonilureas de larga duración de efectos en pacientes ancianos, y si se utilizasen, comenzar con dosis menores y ajustar la posología con precisión.
Efectos sobre la conducción
La clorpropamida puede dar lugar en ocasiones a hipoglucemia, afectando sustancialmente a la capacidad para conducir y/o manejar maquinaria. Los pacientes deberán evitar manejar maquinaria peligrosa, incluyendo automóviles, hasta que tengan la certeza razonable de que el tratamiento farmacológico no les afecta de forma adversa.
Se aconseja detener el vehículo tan pronto como se detecten los primeros síntomas de hipoglucemia y tomar sacarosa inmediatamente. Los pacientes que sufran pérdidas del estado de alerta asociadas a hipoglucemia o los que presenten crisis frecuentes de hipoglucemia, no deberían conducir.
Reacciones adversas
Los efectos adversos de clorpropamida suelen ser infrecuentes aunque moderadamente importantes. El perfil de seguridad de este fármaco es similar al del resto de sulfonilureas, aunque de forma más acentuada, y los efectos aparecen con más frecuencia. En la mayor parte de los casos, las reacciones adversas son una prolongación de la acción farmacológica y afectan principalmente a los sistemas endocrino y gastrointestinal. Suelen ser dosis dependientes, y disminuyen con la reducción de la posología. Las reacciones adversas más características son:
– Digestivas. Son frecuentes (1-9%) las [NAUSEAS], [VOMITOS], [HIPERACIDEZ GASTRICA], [DOLOR EPIGASTRICO], [ANOREXIA], [ESTREÑIMIENTO] o [DIARREA]. Se puede reducir la incidencia de estas reacciones adversas dividiendo la dosis diaria en dos tomas.
– Hepáticas. Se han descrito casos de [INCREMENTO DE LOS VALORES DE TRANSAMINASAS]. En ocasiones puntuales (<<1%) puede aparecer [ICTERICIA COLESTATICA], debiéndose suspender el tratamiento.
– Neurológicas/psicológicas. Es frecuente (1-9%) la presencia de [CEFALEA], [MAREO] y [PARESTESIA].
– Hematológicas. En raras ocasiones se ha descrito [DISCRASIA SANGUINEA] como [ANEMIA] ([ANEMIA HEMOLITICA], [ANEMIA APLASICA]), [LEUCOPENIA] con o sin [AGRANULOCITOSIS]¸ [LINFOCITOSIS] o [TROMBOPENIA]. Estas discrasias suelen aparecer en las 6 primeras semanas de tratamiento y revierten al suspender la administración de clorpropamida. Puede aparecer en algunas ocasiones crisis de [PORFIRIA].
– Metabólicas. Es rara (<1%) la aparición de [HIPOGLUCEMIA] intensa y prolongada. Puede aparecer sobre todo al iniciar el tratamiento, y especialmente en pacientes ancianos, con insuficiencia hepática o renal o tratados con altas dosis de clorpropamida u otros hipoglucemiantes orales. La hipoglucemia cursa con cefalea, [SENSACION DE HAMBRE] intensa, náuseas, vómitos, [SOMNOLENCIA], [NERVIOSISMO], [AGRESIVIDAD], [REDUCCION DE LA CONCENTRACION], [DEPRESION SISTEMA NERVIOSO CENTRAL], [CONFUSION], [TRASTORNOS DE LA VISION], [TEMBLOR], vértigos, [EXCESO DE SUDORACION], [TAQUICARDIA], [ANSIEDAD], [HIPERTENSION ARTERIAL], [PALPITACIONES], [ARRITMIA CARDIACA], [DELIRIO], [CONVULSIONES] y [BRADICARDIA].
– Endocrinológicas. Es rara (<1%) la presencia de un [SINDROME DE SECRECION INADECUADA DE ADH] reversible, que cursa con [EDEMA], [HIPONATREMIA], confusión mental, mareos, náuseas y vómitos.
– Alérgicas/dermatológicas. Es rara (<1%) la aparición de [REACCIONES HIPERSENSIBILIDAD], con [PRURITO], [DERMATITIS], [ERUPCIONES EXANTEMATICAS]. En ocasiones se han descrito casos de [INTOLERANCIA AL ALCOHOL], que cursa con un efecto tipo disulfiram (Véase Interacciones). Se han descrito casos de [REACCIONES DE FOTOSENSIBILIDAD]. Es excepcional la presencia de [ERITEMA MULTIFORME], [SINDROME DE STEVENS-JOHNSON], [ERITEMA NUDOSO] o [DERMATITIS EXFOLIATIVA].
– Analíticas. Se pueden producir un importante y progresivo [INCREMENTO DE LOS VALORES DE FOSFATASA ALCALINA].
– Generales. Es frecuente el [AUMENTO DE PESO] de varios kilos, debido probablemente a un aumento de la liberación de insulina, con la consiguiente activación de la lipogénesis.
Sobredosis
Síntomas: La sobredosis con clorpropamida da lugar a fenómenos de hipoglucemia. Se puede apreciar la aparición de hormigueo en los labios y la lengua, náuseas, vómitos, dolor epigástrico de intensidad moderada, letargia, confusión, agitación o nerviosismo. Puede aparecer un incremento de la actividad simpática, con taquicardia, sudoración, sensación intensa de hambre y temblores. En los casos más graves se han descrito convulsiones, estupor, coma y muerte.
Tratamiento: La hipoglucemia leve o moderada, en la que no existe pérdida de la conciencia se trata con la administración de glucosa por vía oral y el reajuste posológico de la sulfonilurea. Se aconseja monitorizar al paciente hasta lograr una estabilización de su glucemia.
La hipoglucemia severa, aunque es rara, requiere hospitalización. Si aparece coma hipoglucémico, se recurrirá a la administración intravenosa en bolus de glucosa concentrada al 50%, y posteriormente al mantenimiento de los niveles de glucemia con una infusión de glucosa al 10%, de forma que se alcance una glucemia alrededor de 100 mg/dl. Se debe monitorizar al paciente durante 3-5 días, debido a la gran semivida de la clorpropamida y a que la hipoglucemia podría recurrir.
La administración de charcoal activado puede reducir la absorción de las sulfonilureas.
Referencias bibliográficas
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– British National Formulary. British Medical Association, London. 44th Edition, 2002.
– Drug Facts and Comparisons. Facts and Comparison, Saint Louis. 57th Edition, 2003.
– Martindale. The Complete Drug Reference. Pharmaceutical Press, London. 33th Edition, 2002.
– Micromedex.
– PDR. Thomson, Montvale. 57th Edition, 2003.
– United States Pharmacopoeia, Dispensation Information. 14th Edition, 1994.
Fecha de aprobación/revisión de la ficha
Diciembre, 2004.