Aspirina 500 mg 10 comprimidos efervescentes
Acción y mecanismo
– [ANALGESICO], [ANTIPIRETICO], [ANTIINFLAMATORIO] y [ANTIAGREGANTE PLAQUETARIO].
* Acción analgésica: produce analgesia al actuar a nivel central sobre el hipotálamo y a nivel periférico bloqueando la generación de impulsos dolorosos, mediante el bloqueo de la síntesis de prostaglandinas mediada por la inhibición de la ciclooxigenasa.
* Acción antiinflamatoria: inhibe la síntesis de prostaglandinas y otros mediadores de la inflamación.
* Acción antipirética: reduce la temperatura anormalmente elevada al actuar sobre el centro termorregulador del hipotálamo y producir vasodilatación periférica. La vasodilatación aumenta la sudoración y por tanto la pérdida de calor.
* Acción antiagregante plaquetaria: Origina inhibición irreversible (acetilación) del enzima ciclooxigenasa, que interviene en la síntesis de precursores comunes de tromboxanos (proagregantes) y prostaciclina, PGI2 (antiagregante). El predominio de la acción antiagregante se debe a que la prostaciclina es sintetizada por células endoletiales vasculares, capaces de producir nuevas moléculas de ciclooxigenasa tras la inactivación inicial por el ácido acetilsalicílico. Por el contrario, las plaquetas (que son fracciones celulares y, que por tanto, carecen de núcleo), son incapaces de producir nuevas moléculas de ciclooxigenasa, con lo que no se sintetizan precursores de los tromboxanos.
Farmacocinética
Vía oral:
– Absorción: Tras la administración oral de ácido acetilsalicílico, la absorción es rápida y completa (la absorción de la forma microencapsulada se retrasa, pero continúa hasta ser completada). La absorción es menor en los estadios iniciales de la enfermedad de Kawasaki, para retornar después a valores normales. La Cmax se alcanza, generalmente al cabo de 1-2 horas con dosis únicas. Puede ser más rápida con las formas farmacéuticas líquidas.
El acetilsalicilato de lisina es un profármaco del ácido acetilsalicílico, con mejor solubilidad que éste. Permite alcanzar concentraciones plasmáticas con mayor rapidez que con las formas convencionales de ácido acetilsalicílico.
Alimentos: Los alimentos disminuyen la velocidad de absorción, pero no la cantidad final absorbida.
– Distribución: El ácido acetilsalicílico y el ácido salicílico se unen parcialmente con las proteínas séricas, y principalmente con la albúmina. El grado de unión a proteínas plasmáticas es del 80-90%. El ácido acetilsalicílico y el ácido salicílico se distribuyen en el fluido sinovial, el sistema nervioso central y la saliva. El ácido salicílico cruza fácilmente la placenta, y a dosis altas, pasa a la leche materna.
– Metabolismo: Sufre amplio metabolismo hepático.
– Eliminación: La vida media del ácido acetilsalicílico es muy corta (15-20 minutos) puesto que se transforma rápidamente en la mucosa digestiva, hígado y plasma en ácido salicílico por desacetilación, siendo la semivida de este de 2-3 horas. El ácido salicílico procedente de la hidrólisis del ácido acetilsalicílico o de los salicilatos, se elimina con la orina, parte metabolizado como ácido salicilúrico (80%) y parte en forma de conjugados con glucurónidos (15%) y glicina. La tasa de formación de los metabolitos de la glicina y del ácido glucurónico es saturable. La proporción que se excreta inalterada es pH-dependiente (orina ácida: 5%; orina alcalina: hasta un 85%).
Diálisis: los salicilatos y su metabolitos son rápidamente aclarados por hemodiálisis (hay datos de aclaramiento de salicilatos de 35-100 ml/minutos). El aclaramiento por diálisis peritoneal es menor y más lento.
Indicaciones
– [FIEBRE]. Tratamiento sintomático de estados febriles de cualquier naturaleza.
– [DOLOR]. Tratamiento del dolor de intensidad leve a moderado, como [CEFALEA], [ODONTALGIA], [DISMENORREA], [CONTRACTURA] muscular o [LUMBALGIA].
Posología
DOSIFICACIÓN:
500 mg de ácido acetilsalicílico corresponden a 900 mg de acetilsalicilato de lisina.
1000 mg de ácido acetilsalicílico corresponden a 1800 mg de acetilsalicilato de lisina.
– Adultos y adolescentes mayores de 16 años, oral:
* Analgésico y antipirético: 500 mg/4-6 horas.
La utilización del ácido acetilsalicílico esta supeditada a la aparición de síntomas dolorosos o febriles, por lo que se suspenderá el tratamiento cuando estos desaparezcan.
La dosis máxima recomendada es de 4 g/24 horas.
– Niños y adolescentes menores de 16 años, oral: El ácido acetilsalicílico está contraindicado en estos pacientes ante el riesgo de síndrome de Reye.
NORMAS PARA LA CORRECTA ADMINISTRACIÓN:
Se recomienda administrar el ácido acetilsalicílico después de las comidas o con leche, especialmente si se observa daño gástrico o en tratamientos prolongados. En los pacientes tratados con dosis elevadas de forma crónica, se sugiere administrar la mayor parte de la dosis total diaria a la hora de acostarse, junto con algún alimento.
Los comprimidos masticables pueden tomarse con o sin bebidas.
Los comprimidos efervescentes se disolverán en medio vaso de agua.
Los sobres deben disolverse en agua, leche o zumos de frutas.
Si el dolor continúa o empeora tras 10 días de tratamiento, o si la fiebre lo hace después de 3 días, se recomienda suspender el tratamiento y acudir al médico.
Contraindicaciones
– Hipersensibilidad a cualquier componente del medicamento, tal como [ALERGIA A SALICILATOS]. Se han descrito reacciones cruzadas de hipersensibilidad con otros AINE o con tartrazina, por lo que tampoco se aconseja en caso de [ALERGIA A AINES (ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDES)] o a colorantes azoicos. Estas reacciones de hipersensibilidad son especialmente frecuentes en pacientes con [ASMA], [POLIPOS NASALES] o [URTICARIA CRONICA IDIOPATICA], por lo que ante su gravedad, potencialmente fatal, se recomienda evitar la utilización del ácido acetilsalicílico en estos pacientes.
– [ULCERA PEPTICA] activa, crónica o recurrente, o en cualquier otro proceso que aumente el riesgo de [HEMORRAGIA GASTROINTESTINAL], así como en pacientes con historial de hemorragia o [PERFORACION GASTRICA] asociada al tratamiento con ácido acetilsalicílico. El ácido acetilsalicílico presenta un efecto ulcerogénico, que aumenta el riesgo de hemorragia digestiva alta y perforación gástrica.
– [ALTERACIONES DE LA COAGULACION], especialmente [HEMOFILIA] o [HIPOPROTROMBINEMIA] , así como [DEFICIT DE VITAMINA K]. El ácido acetilsalicílico ejerce un efecto antiagregante plaquetario, por lo que aumenta el riesgo de hemorragia en estos pacientes.
– Insuficiencia renal grave (CLcr < 30 ml/minuto) o hepática grave (Child-Pugh C).
– Niños menores de 16 años con procesos febriles, gripe o varicela, ya que en estos casos la ingesta de ácido acetilsalicílico se ha asociado con la aparición del síndrome de Reye.
Precauciones
– [INSUFICIENCIA RENAL]. El AAS se elimina por orina, por lo que en caso de insuficiencia renal podría producirse acumulación, con riesgo de intoxicación. Además, el AAS ha dado lugar en ocasiones a disminución transitoria de la funcionalidad renal, y cuadros como nefritis intersticial y síndrome nefrótico. Puede ser necesario un reajuste posológico. Se recomienda evitar su utilización en pacientes con insuficiencia renal grave (CLcr < 30 ml/minuto), así como en pacientes con niveles de albúmina disminuidos (Véase Contraindicaciones).
– [INSUFICIENCIA HEPATICA]. Podría producirse la acumulación del AAS debido a que se metaboliza en el hígado. Además, en pacientes con insuficiencia hepática es más frecuente la aparición de hemorragias, debido a la disminución de la producción de factores de coagulación. Se recomienda evitar el empleo de ácido acetilsalicílico en pacientes con insuficiencia hepática grave (clase C de Child-Pugh) (Véase Contraindicaciones).
– [DIABETES]. El AAS podría dar lugar a hipoglucemia cuando se administra a dosis elevadas. Se recomienda controlar los niveles de glucemia antes y después de un tratamiento a altas dosis con AAS.
– [DEFICIENCIA DE GLUCOSA -6- FOSFATO DESHIDROGENASA]. La administración de dosis elevadas de AAS, superiores a 1 g diarios, se ha asociado en raras ocasiones con la aparición de anemia hemolítica, por lo que se recomienda extremar las precauciones.
– [HIPERTENSION ARTERIAL] o [INSUFICIENCIA CARDIACA] no controladas. El AAS podría dar lugar a retención de líquidos, lo que podría empeorar estas enfermedades, sobre todo en casos en los que no exista tratamiento previo, o en los que éste no haya podido controlar la enfermedad.
– [GOTA]. El AAS podría competir con los uratos en su eliminación, pudiendo aumentar sus niveles. Se recomienda precaución en pacientes con gota.
– [CIRUGIA]. Se recomienda suspender la administración de AAS al menos 5-7 días antes de una intervención quirúrgica, incluidas las extracciones dentales, debido al riesgo de hemorragias durante la operación. Los comprimidos masticables no deben emplearse en los siete días siguientes a extracciones dentales, tonsilectomía o cirugía en la cavidad bucal.
– Daño gástrico. Él ácido acetilsalicílico puede dar lugar a la aparición de erosión de la mucosa gástrica, que podría progresar a úlcera péptica, y en situaciones más graves a hemorragia gástrica y/o perforación gástrica. Esta reacción adversa puede aparecer en cualquier momento del tratamiento, incluso en pacientes sin historial de úlcera péptica, por lo que se deberá estar muy pendiente por si apareciesen síntomas, tales como ardor, dolor abdominal, debilidad general injustificada, sudor frío, mareo, hipotensión, melena o hematemesis. Las precauciones deberán ser mayores en pacientes con historial de úlcera péptica. En caso de aparecer síntomas de úlcera péptica o de hemorragia gástrica, se aconseja suspender el tratamiento (Véase Contraindicaciones).
ADVERTENCIAS SOBRE EXCIPIENTES:
– Este medicamento contiene sales de sodio. Para conocer el contenido exacto en sodio, se recomienda revisar la composición.
* Las formas farmacéuticas parenterales con un contenido en sodio inferior a 1 mmol/dosis (23 mg/dosis) se considerarán exentas en sodio.
* Las formas farmacéuticas orales y parenterales con cantidades de sodio superiores a 1 mmol/dosis (23 mg/dosis) deberán usarse con precaución en pacientes con dietas pobres en sodio.
Advertencias/consejos
CONSEJOS AL PACIENTE:
– Se recomienda administrar el ácido acetilsalicílico después de las comidas.
– Se aconseja evitar la ingesta de bebidas alcohólicas durante el tratamiento.
– Se debe notificar al médico síntomas como ardor, dolor abdominal, debilidad general injustificada, sudor frío, mareo, hipotensión, vómitos sanguinolentos o heces negruzcas.
– Si el paciente va a someterse a una extracción dental o cirugía de otro tipo, debe suspenderse el tratamiento 5-7 días antes de la intervención.
– Se aconseja evitar la utilización de comprimidos masticables en los 7 días posteriores a extracciones dentales, tonsilectomías o cirugía de la cavidad bucal.
– Si el dolor y/o la fiebre continúan tras 10 y 3 días respectivamente de tratamiento, se aconseja acudir al médico.
– Se debe evitar la utilización de ácido acetilsalicílico para el tratamiento de la fiebre en niños y adolescentes menores de 16 años.
CONSIDERACIONES ESPECIALES:
– Se recomienda controlar la glucemia en pacientes diabéticos que reciban dosis elevadas de ácido acetilsalicílico.
– Se recomienda controlar la funcionalidad renal y el hematocrito en pacientes que reciban altas dosis de salicilatos durante períodos prolongados de tiempo.
– En pacientes tratados con anticoagulantes orales o con heparina, es aconsejable monitorizar la coagulación.
– Es aconsejable controlar la presión arterial en pacientes hipertensos, debido a que el AAS podría interferir con los efectos de muchos fármacos antihipertensivos.
Interacciones
– Acetazolamida. El AAS ha dado lugar a aumentos de los niveles de acetazolamida de hasta el 80-200%, probablemente por desplazamiento de la unión a proteínas plasmáticas. Existe riesgo de intoxicación, por lo que se recomienda evitar la administración. Además, la acetazolamida podría dar lugar a acidosis sistémica, por lo que podría retrasar la eliminación de salicilatos. Aunque no se han registrado casos de esta interacción con otros inhibidores de la anhidrasa carbónica, no se puede descartar.
– Acidificantes urinarios (ácido ascórbico, cloruro amónico, metionina) o alcalinizantes urinarios (antiácidos absorbibles). El AAS es un ácido débil cuya eliminación en orina depende del pH urinario. Aquellos fármacos que disminuyan el pH, disminuirán la eliminación renal, mientras que aquellos que aumenten el pH darán lugar a un aumento de la eliminación.
– Ácido tiludrónico. Se ha detectado la interacción en términos farmacocinéticos, ya que el AAS podría disminuir la biodisponibilidad del tiludronato hasta un 50% cuando se toma en la hora siguiente al tiludronato. Se recomienda distanciar las administraciones de estos medicamentos al menos 2 horas.
– Ácido valproico. Se han dado casos de aumento de los niveles de valproato asociados a la administración de AAS. La interacción podría deberse a la competición entre ambos fármacos por un mismo mecanismo de eliminación renal. Podría ser necesario un reajuste posológico.
– AINE. La administración conjunta de AAS junto con otros AINE, incluidos los coxibes, podría aumentar el riesgo de úlcera péptica y hemorragia gástrica. Además, se ha comprobado que el AAS podría reducir los niveles plasmáticos de otros AINE, sobre todo aquellos con estructura arilpropiónica como el ibuprofeno.
– Alcohol etílico. Existe un mayor riesgo de daño gástrico, por lo que se recomienda evitar el consumo de alcohol, sobre todo en las 8-10 horas después de una dosis de AAS. Aquellos pacientes que ingieran más de tres bebidas alcohólicas diariamente, deberán evitar la utilización de AAS, sustituyéndolo por otro AINE.
– Antiácidos. Los antiácidos podrían retrasar y disminuir la absorción del AAS. Además, los antiácidos absorbibles podrían aumentar la eliminación de AAS.
– Antiagregantes plaquetarios. El clopidogrel y la ticlopidina podrían potenciar los efectos antiagregantes del AAS. Por su parte, el dipiridamol ha aumentado en estudios farmacocinéticos un incremento de la Cmax y del AUC del 31,5% y del 37% respectivamente, debido probablemente a la inhibición del metabolismo, con el consiguiente riesgo de toxicidad.
– Anticoagulantes orales. El AAS ha dado lugar a una potenciación de los efectos de anticoagulantes como el acenocumarol, con el consiguiente riesgo de hemorragias, sobre todo de origen gástrico. Dicha interacción podría deberse a los efectos hipoprotrombinémicos del AAS a altas dosis (más de 3 g) o a la inhibición de la agregación plaquetaria. La administración de dosis puntuales de AAS parece no entrañar un gran riesgo. Sin embargo, se aconseja evitar la asociación en pacientes tratados con AAS durante largos períodos, empleando salicilatos u otros AINE sin efectos antiagregantes plaquetarios, y si no fuera posible, extremar las precauciones y controlar el INR.
– Antiulcerosos. En estudios farmacocinéticos se ha comprobado que el aumento del pH gástrico producido por los antihistamínicos H2 o los inhibidores de la bomba de hidrogeniones podría aumentar la absorción de AAS, con el posible riesgo de intoxicación. En caso de pacientes que reciban altas dosis de AAS podría ser necesario una disminución de la posología.
– Barbitúricos. El AAS podría aumentar las concentraciones de barbitúricos, con el consiguiente riesgo de intoxicación.
– Beta-bloqueantes. La administración de AAS a dosis elevadas, superiores a 2 g, ha dado lugar a una disminución de los efectos antihipertensivos de los beta-bloqueantes. Aunque se desconoce la causa, probablemente pudiera ser debido a la inhibición de la síntesis de prostaglandinas, que parecen mediar en los efectos antihipertensivos de los beta-bloqueantes. Se recomienda por lo tanto evitar tratamientos con altas dosis de AAS en pacientes tratados con un beta-bloqueante.
– Ciclosporina. Los AINE podrían aumentar la nefrotoxicidad por ciclosporina. Se recomienda evaluar periódicamente la funcionalidad renal, sobre todo en ancianos.
– Corticosteroides. Existe un mayor riesgo de daño sobre la mucosa gástrica. Además, parece que los corticoides podrían reducir los niveles plasmáticos de AAS, aunque el mecanismo no está claro. No obstante, se cree que podría ser debido a un aumento de la filtración glomerular y una disminución de la reabsorción tubular. Por su parte, el AAS podría desplazar de su unión a proteínas a los corticoides, dando lugar a efectos tóxicos.
– Digoxina. El AAS podría aumentar las concentraciones de digoxina, aumentando el riesgo de intoxicación. Puede ser necesario un reajuste posológico.
– Diuréticos. En varios ensayos se ha podido comprobar que el AAS podría reducir ligeramente los efectos diuréticos de fármacos como la furosemida, y los natriuréticos de la espironolactona. Además, podría ser más frecuente la aparición de insuficiencia renal aguda, sobre todo en pacientes deshidratados tratados con diuréticos tiazídicos.
– Fármacos ototóxicos. El AAS podría aumentar la ototoxicidad de fármacos como aminoglucósidos, cisplatino, eritromicina, furosemida o vancomicina, especialmente con dosis elevadas.
– Fenitoína. El AAS podría, a altas dosis, desplazar a la fenitoína de sus puntos de unión a proteínas, dando lugar a efectos tóxicos. Sin embargo, no suelen aparecer síntomas de dicha interacción, ya que la fenitoína libre sufre una redistribución en los tejidos, disminuyendo sus concentraciones plasmáticas. Se recomienda vigilar al paciente.
– Griseofulvina. La griseofulvina podría disminuir intensamente la absorción del AAS, por lo que se recomienda evitar la asociación.
– Heparina. Se ha descrito gran número de casos de pacientes en los que la administración de heparina junto con AAS daba lugar a una potenciación de los efectos anticoagulantes, con un mayor riesgo de hemorragias. Aunque se ha asociado heparina junto con AAS para reducir la mortalidad asociada a tromboembolismo postoperatorio, se debe evaluar el riesgo en cada paciente, y controlar sus parámetros de coagulación.
– IECA. Hay estudios en los que se ha podido comprobar un efecto antagonista de los AINE a dosis superiores a 1 g, sobre los IECA, debido probablemente a la inhibición de la síntesis de prostaglandinas, que presentan efectos vasodilatadores. Se recomienda realizar un control periódico de la presión arterial.
– ISRS. Existe un mayor riesgo de hemorragia en general, y gástrica en particular, por lo que se recomienda evitar la asociación.
– Litio. El AAS podría disminuir el aclaramiento del litio, aumentando el riesgo de intoxicación. Puede ser necesario un reajuste posológico.
– Metotrexato. Se han descrito numerosos casos en los que la administración de AAS potenciaba los efectos del metotrexato. Los efectos podrían deberse al desplazamiento del metotrexato de sus puntos de unión a proteínas por parte del AAS, o por la disminución del aclaramiento renal por la inhibición de la secreción tubular. Este efecto es especialmente importante en pacientes ancianos con insuficiencia renal. Se recomienda extremar las precauciones, ante el riesgo de pancitopenia severa.
– Nitroglicerina. En estudios farmacocinéticos se ha comprobado que el AAS podría aumentar los niveles plasmáticos de nitroglicerina hasta un 54%, quizás debido a una disminución del flujo hepático y del metabolismo de la nitroglicerina. Por el contrario, tratamientos prolongados con AAS dieron lugar a un aumento de las necesidades de nitroglicerina para un mismo efecto, quizás por disminución de la producción de prostaglandinas vasodilatadoras. Se recomienda vigilar al paciente.
– Pentazocina. Se ha descrito un caso de toxicidad renal reversible del AAS al añadir pentazocina. Se recomienda evaluar la funcionalidad renal del paciente.
– Sulfonilureas. La administración de AAS a altas dosis, superiores a 2 g, podría potenciar los efectos hipoglucemiantes de las sulfonilureas. Se desconoce el mecanismo, pero el AAS podría desplazar a las sulfonilureas de sus puntos de unión a proteínas plasmáticas, a la vez que podría reducir la eliminación renal de algunas de ellas, como la clorpropamida. Se recomienda monitorizar la glucemia, sobre todo al iniciar y terminar un tratamiento con AAS, reajustando la posología de la sulfonilurea si fuera necesario.
– Uricosúricos. El AAS presenta efectos uricosúricos a altas dosis, superiores a 3 g, pero a baja dosis, se ha podido comprobar que puede antagonizar los efectos del probenecid o de la sulfinpirazona. Además, los uricosúricos podrían disminuir la eliminación del AAS. Se puede producir una acumulación de ácido úrico y del AAS. Se recomienda por tanto evitar la asociación.
– Verapamilo. Se han descrito casos de potenciación de los efectos antiagregantes plaquetarios del AAS por parte del verapamilo. Se recomienda monitorizar al paciente.
– Zafirlukast. En estudios farmacocinéticos se ha comprobado que el AAS podría aumentar los niveles de zafirlukast hasta un 45%, con el posible riesgo de toxicidad. Se recomienda vigilar al paciente.
– Alimentos. En estudios farmacocinéticos se ha comprobado que la administración de AAS tras las comidas podría reducir la absorción hasta un 50%. Por lo tanto, si se desean efectos rápidos, se aconseja administrar el AAS en ayunas. No obstante, la administración con las comidas reduce el riesgo de irritación gástrica.
Análisis clínicos
El ácido acetilsalicílico puede alterar los valores de las siguientes determinaciones analíticas:
– Sangre: Aumento biológico de: Transaminasas (ALT y AST), Fosfatasa alcalina, Amoníaco, Bilirrubina, Colesterol, Creatininfosfokinasa (CPK), Creatinina, Digoxina, Tiroxina libre (TQ), Globulina de unión de la tiroxina (TBG), Lactato deshidrogenasa (LDH), Triglicéridos, Acido úrico, Ácido valproico.
Reducción biológica de: T4 libre, Hormona estimuladora del tiroides (TSH), Hormona liberadora de tirotropina (TRH), T3 libre, Glucosa, Fenitoína, Triglicéridos, Ácido úrico, Aclaramiento de creatinina.
Interferencia analítica de: Aumento: glucosa, paracetamol y proteínas totales.
Reducción: transaminasas (ALT), albúmina, fosfatasa alcalina, colesterol, CPK, LDH y proteínas totales.
– Orina: Reducción biológica de estriol.
Interferencia analítica: Reducción: ácido 5-hidroxi indolacético, ácido-4- hidroxi-3-metoxi-mandélico, estrógenos totales y glucosa.
Embarazo
Categoría D de la FDA. Los estudios sobre animales con salicilatos han registrado efectos teratógenos y embriocidas. Los salicilatos atraviesan rápidamente la placenta. Estudios controlados con ácido acetilsalicílico (AAS) en humanos no han demostrado teratogenia. El uso crónico con dosis altas de salicilatos durante el 3er trimestre puede prolongar gestación, lo que podría dar lugar a daño o muerte fetal por disminución de la función placentaria, y aumentar el riesgo de hemorragia antenatal materna. El uso de salicilatos, especialmente de AAS, durante las 2 últimas semanas del embarazo puede aumentar el riesgo de hemorragia fetal o neonatal. El uso regular o excesivo durante la fase final del embarazo teóricamente podría dar lugar al cierre prematuro del ductus arteriosus fetal, asimismo se aumenta el riesgo de parto con producto muerto o de muerte neonatal (posiblemente por hemorragia antenatal, cierre prematuro del ductus arteriosus y menor peso del neonato); sin embargo, ésto no se observó en estudios con dosis terapéuticas. El tratamiento crónico con dosis altas de salicilatos durante la fase final del embarazo puede prolongar y complicar el parto y aumentar el riesgo de hemorragia materna o fetal. El uso de AAS (dosis analgésicas) sólo se acepta en caso de ausencia de alternativas terapéuticas más seguras; no recomendándose el uso crónico o dosis elevadas, especialmente durante el 3er trimestre.
Lactancia
El ácido acetilsalicílico, así como otros salicilatos, se excretan con la leche materna en bajas cantidades. Existe riesgo potencial de efectos en la función plaquetaria del recién nacido, aunque no se han registrado con el uso de AAS. En general se recomienda suspender la lactancia materna en madres lactantes con terapia a largo plazo y/o dosis elevadas; sin embargo, algunos expertos determinan que dosis únicas ocasionales no parecen tener riesgo significativo para el lactante.
Niños
El uso de salicilatos, particularmente AAS, en niños menores de 16 años con enfermedades febriles agudas, especialmente gripe y varicela, está asociado con el desarrollo de síndrome de Reye (encefalopatía de origen hepático, con elevado índice de mortalidad). Este síndrome es muy poco frecuente, únicamente aparece en niños y adolescentes. El riesgo desaparece una vez que dejan de tomarse el AAS. Por ello, como medida preventiva no se debe utilizar en esta circunstancia. Los niños con fiebre o deshidratados, también pueden ser más susceptibles a otras formas de toxicidad por salicilatos. Se recomienda control especial de los niveles séricos de salicilato en niños con enfermedad de Kawasaki, ya que las concentraciones terapéuticas de salicilatos en plasma pueden ser difíciles de conseguir al alterarse la absorción del AAS durante los estadíos febriles iniciales de la enfermedad; a medida que pasa el estado febril mejora la absorción por lo que si no se reajusta la dosis puede producirse toxicidad por salicilato.
Ancianos
Los pacientes geriátricos pueden ser más sensibles a los efectos tóxicos de los salicilatos, posiblemente debido a una menor función renal. Pueden requerirse dosis menores, especialmente para el uso a largo plazo.
Reacciones adversas
Los efectos adversos del ácido acetilsalicílico son, en general, infrecuentes aunque moderadamente importantes en algunos casos. En la mayor parte de los casos, los efectos adversos son una prolongación de la acción farmacológica y afectan principalmente al aparato digestivo. El 5-7% de los pacientes experimenta algún tipo de efecto adverso. Los efectos adversos más característicos son:
– Gastrointestinales: Ocasionalmente (1-9%): [NAUSEAS], [DISPEPSIA] y [HIPERACIDEZ GASTRICA]. Con menor frecuencia, [ANOREXIA], [VOMITOS], [EROSION DEL EPITELIO INTESTINAL], [ULCERA GASTRICA], [ULCERA DUODENAL], [HEMORRAGIA GASTROINTESTINAL] ([MELENA], [HEMATEMESIS]). Las molestias gástricas pueden llegar hasta el 10-30% de los pacientes con dosis > 3.6 g/día, y hasta del 90% en pacientes con úlcera péptica o hemorragia preexistente. La incidencia es menor si el fármaco se toma con alimentos, leche o fármacos antiulcerosos. La hemorragia gástrica es generalmente indolora, pudiendo derivar en anemia por pérdida de sangre oculta en las heces. Su gravedad está relacionada con la dosis del fármaco y el pH estomacal.
– Dermatológicas/hipersensibilidad: [URTICARIA], [ERUPCIONES EXANTEMATICAS], [ANGIOEDEMA], [RINITIS]; [ESPASMO BRONQUIAL] paroxístico y [DISNEA] graves. Las reacciones de hipersensibilidad suelen ser más frecuentes en pacientes de mediana edad, mujeres, diagnosticados de asma, rinitis o historia de pólipos nasales o alergia.. [EXCESO DE SUDORACION] (con dosis altas). En pacientes con historia de hipersensibilidad al ácido acetilsalicílico y a otros antiinflamatorios no esteroideos pueden producirse [ANAFILAXIA]. Esto también podría suceder en pacientes que no han mostrado previamente hipersensibilidad a estos fármacos.
– Otorrinolaringológicas: Dependiendo de la dosis se han observado [TINNITUS] y ligera [SORDERA], generalmente remiten a los 1-3 días de suspender el tratamiento. El tinnitus es frecuente con concentraciones plasmáticas altas (> 200 mcg/ml), aunque hay diferencias interindividuales importantes. Incluso en los pacientes con disminución previa de la audición puede pasar inadvertido con dosis >400 mcg/ml.
– Hepáticas: Raramente (<1%): [HEPATOTOXICIDAD] reversible (particularmente en pacientes con artritis juvenil, lupus eritematoso sistémico, fiebre reumática o alteración hepática previa). Se manifiesta con elevación de transaminasas y fosfatasa alcalina. Es dosis dependiente, no reviste gravedad, aunque se han observado casos de encefalopatía muy grave. Muy rara vez, [SINDROME DE REYE] (en menores de 16 años) de consecuencias muy graves.
– Renales: Son muy raras con dosis terapéuticas. Excepcionalmente dosis elevadas pueden originar reducción importante del aclaramiento renal y [NECROSIS TUBULAR RENAL] aguda con fallo renal. Puede haber disminución transitoria de la función renal en pacientes con insuficiencia renal previa. La nefropatía por analgésicos se ha observado en pacientes tratados con ácido acetilsalícilio asociado a otros analgésicos. Queda por confirma si el ácido acetilsalicílico sólo produce nefropatía por analgésicos.
– Sistema nervioso central: Con dosis altas, [CEFALEA], [CONFUSION].
– Sanguíneas: [HIPOPROTROMBINEMIA] (en dosis altas), [LEUCOPENIA], [TROMBOPENIA], prolongación del tiempo de hemorragia, [ANEMIA] y [ANEMIA HEMOLITICA] en pacientes con déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa.
– Metabólicas: Casos excepcionales de [HIPOGLUCEMIA] en adultos. El riesgo es mayor con dosis elevadas o en insuficiencia renal grave.
El tratamiento debe ser suspendido inmediatamente en el caso de que el paciente experimente algún episodio de sordera, tinnitus ó mareos.
Sobredosis
– Síntomas: náuseas y vómitos, zumbidos de oídos, seguidos de hiperpnea, hiperactividad, hipertermia y convulsiones. La estimulación del SNC pasa rápidamente a depresión, con somnolencia, insuficiencia respiratoria y colapso. Alteraciones metabólicas complejas.
– Tratamiento: Vaciado del estómago precoz, administrando jarabe de ipecacuana en los 30 min siguientes a la ingestión. Si es demasiado tarde, administrar carbón activado. Son fundamentales la buena hidratación y la protección de la función renal. Al principio puede administrarse dextrosa al 5% en suero salino normal, que se interrumpirá cuando se añada el bicarbonato. En pacientes que precisen ventilación mecánica, puede ser necesario aplicar la hiperventilación, para favorecer la pérdida de CO2, hasta que el desequilibrio ácido-base se corrija. Los pacientes con hipertermia, hiperactividad y convulsiones, corren riesgo de rabdomiolisis, que debe sospecharse cuando aumentan los niveles de creatina cinasa y la mioglobina urinaria.
Fecha de aprobación/revisión de la ficha
Julio de 2003.