Metoxamina (rino)
Acción y mecanismo
Descongestionante nasal, amina simpaticomimética de acción directa. Aplicada sobre la mucosa nasal estimula los receptores alfa-adrenérgicos provocando la constricción de los vasos que riegan la mucosa. La reducción del flujo sanguíneo disminuye la congestión y facilita la ventilación nasal.
Farmacocinética
Vía nasal: Puede ser absorbido desde la mucosa nasal y el tracto gastrointestinal a la circulación sistémica, con posibilidad de efectos sistémicos, especialmente con el uso de dosis excesivas administradas durante tratamientos prolongados (varias semanas). La duración de la acción es de 4-6 horas.
Indicaciones
– Congestión nasal o congestión sinusal: se consigue un alivio rápido en el catarro común y en la mayor parte de las rinitis. También puede ser útil para conseguir alivio sintomático en la fiebre del heno, aunque un pequeño número de pacientes acusará sensación de picor al contacto de la solución. La congestión secundaria ocurre muy raramente.
Posología
Vía intranasal: 1-3 gotas en cada fosa nasal 2-4 veces al día. Es posible la administración por medio de un cuentagotas.
Contraindicaciones
Alergia al medicamento.
Precauciones
Enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardíaca, hipertensión, angina de pecho, hipertiroidismo y feocromocitoma.
No administrar durante más de 3 días consecutivos.
Advertencias/consejos
– Para minimizar el riesgo de congestión de rebote no debe administrarse durante más de cinco días seguidos.
– No compartir el envase con otro paciente, para evitar posible contagio de infecciones. Lavar el aplicador con agua caliente y limpiar después de cada aplicación.
Interacciones
Si se produce suficiente absorción sistémica puede interaccionar con los siguientes fármacos:
– Antidepresivos tricíclicos e IMAO, betabloqueantes: posible potenciación de los efectos alfa simpaticomiméticos con riesgo de arritmia, taquicardia, hipertensión severa e hiperpirexia.
Embarazo
No hay estudios adecuados y bien controlados en humanos. Se desconoce si la metoxamina nasal puede causar daño fetal cuando se administra a mujeres embarazadas, no obstante, se debe tener en cuenta la posible absorción sistémica (ver metoxamina parenteral). Aunque no se espera daño fetal con el uso de dosis moderadas durante corto tiempo (no más de 3-5 días), el uso de este medicamento sólo se acepta en caso de ausencia de alternativas terapéuticas más seguras.
Lactancia
Se ignora si la metoxamina (parenteral ó nasal) es excretada con la leche materna. Se debe tener en cuenta la posible absorción sistémica de metoxamina nasal ya que los niños pequeños presentan mayor sensibilidad a los efectos farmacológicos y tóxicos de los simpaticomiméticos. Uso precautorio, utilizando siempre de dosis moderadas durante no más de 3-5 días.
Niños
Los niños, especialmente los más pequeños, suelen ser más propensos a la absorción sistémica de preparados vasoconstrictores de administración nasal, con los efectos secundarios o adversos que se derivan de ello.
Ancianos
La seguridad y eficacia del uso de metoxamina nasal en ancianos no han sido específicamente establecidas, no obstante, los ancianos pueden ser más sensibles a los efectos adversos de los simpaticomiméticos. Uso precautorio, utilizando siempre dosis moderadas durante no más de 3-5 días.
Reacciones adversas
Los efectos adversos de este medicamento son, en general, leves y transitorios. Las alteraciones comunicadas con más frecuencia con el uso de descongestionantes adrenérgicos son:
– Otorrinolaringológicas: Ocasionalmente, sensación de quemazón, dolor, estornudo y sequedad de la mucosa nasal. Con el uso continuado, rinitis medicamentosa (congestión de rebote), que puede derivar en rinitis atrófica o sinusitis.
Por absorción sistémica:
– Cardiovasculares: palpitaciones, arritmias, hipotensión, hipertensión transitoria.
– Sistema nervioso central: cefalea, insomnio, mareo, debilidad, sensación de miedo (excepcionales con dosis terapéuticas).
Dopajes
La metoxamina es una sustancia prohibida durante la competición.
Puede considerarse Sustancia Específica si el deportista puede demostrar que esta sustancia en cuestión es particularmente susceptible de entrañar una violación no intencionada de los reglamentos antidopaje, teniendo en cuenta su presencia frecuente en los medicamentos o si ella fuera menos susceptible de que su utilización abusiva como un agente dopante tuviera éxito.