El hígado y las proteínas de la dieta son claves para la fertilidad
Los descubrimientos tienen importantes implicaciones para algunas formas de infertilidad, explicarían porqué las personas con anorexia suelen ser estériles y los cambios metabólicos que acompañan a la menopausia
Investigadores de la Universidad de Milán en Italia muestran que los receptores de estrógeno del hígado son esenciales para el mantenimiento de la fertilidad y que la expresión de tales receptores se encuentra gobernada por aminoácidos de la dieta.
Así explica Adriana Maggi, responsable del estudio, esta es la primera vez que se ha demostrado la importancia del hígado en la fertilidad.
La idea de que la dieta podría tener un impacto sobre la fertilidad no es nueva pero esto explica cómo la dieta, en especial una dieta pobre en proteínas, puede tener una influencia directa.
La expresión de los receptores de estrógeno del hígado depende de los aminoácidos de la dieta.
Modelos experimentales con una dieta restringida en calorías y aquellos que carecían de receptores de estrógeno en el hígado exhibían un declive en una importante hormona, la IGF-1.
Los niveles de sangre de la hormona caían a niveles inadecuados para el desarrollo correcto de la pared del útero y la progresión normal del ciclo de celo.
Cuando a los individuos con restricción calórica se les proporcionaban más proteínas, sus ciclos reproductivos volvían a llevar un ritmo normal.
Las grasas y carbohidratos dietéticos no tenían efecto sobre los receptores de estrógeno o la fertilidad.
Esta conexión entre aminoácidos, señales de los receptores de estrógeno en el hígado y funciones reproductivas podría tener implicaciones clínicas.
Ponen como ejemplo que esto podría explicar por qué las personas con anorexia suelen ser estériles y sugiere que las dietas con demasiados carbohidratos y pocas proteínas podrían dificultar la fertilidad.
Proporcionan indicios sobre el mayor riesgo de enfermedad metabólica e inflamatoria en las mujeres menopausicas ya que estos cambios podrían explicarse en parte por la ausencia de la acción del estrógeno en el hígado y los procesos derivados.
Los fármacos para la menopausia que se dirigieran sólo al hígado podrían solucionar todos los trastornos asociados a ella.