El botulismo lo produce la toxina botulínica, un veneno natural producido por ciertas bacterias del género Clostridium. La exposición a la toxina botulínica se produce principalmente al comer alimentos contaminados, o en los lactantes, por algunos clostridios que crecen en el intestino. La toxina botulínica bloquea la habilidad de los nervios motores de liberar acetilcolina (el neurotransmisor que transmite señales nerviosas a los músculos) y se produce una parálisis flácida. A medida que el botulismo avanza, dejan de funcionar los músculos que controlan las vías respiratorias y la respiración.

El botulismo se produce de forma excepcional, pero es preocupante por su alto índice de mortalidad.

Se han identificado tres tipos de botulismo:

• Transmisión por alimentos contaminados
• Transmisión por heridas
• Botulismo infantil

La principal diferencia entre los tipos radica en la ruta de exposición a la toxina.