Apnea del sueño Diagnóstico
Si hay algo que caracteriza a la apnea es que tiene lugar durante un periodo del día del que no tenemos consciencia, como es el del sueño. El propio sujeto solo tiene referencias indirectas, como son la posible somnolencia diurna, o la sensación de sueño no reparador al despertarse.
Por lo demás, en el mejor de los casos, dispondremos de información a través de las personas cercanas sobre si roncamos y si se han podido observar apneas. En muchos casos, dicha información no existe, ya que los posibles afectados viven solos, o las personas cercanas no han llegado a prestarle atención.
De hecho, la misma visita al médico puede no aclarar nuestras dudas, sobre todo si la información disponible es escasa.
En cualquier caso, las siguientes situaciones podrían indicar la necesidad de acudir a un especialista en patología del sueño, especialmente si no disponemos de información sobre nuestro sueño como es el caso de las apneas o ronquido:
- Siempre que padezcamos de somnolencia diurna excesiva, sobre todo si esta no desaparece durmiendo más horas
- Dolores de cabeza y sequedad de boca intensa, de predominio matutino
- Despertares a lo largo de la noche con sequedad de boca
- Sudoración profusa por la noche, independientemente de la temperatura ambiental, sobre todo en el cuello y la cabeza
Si existen dudas, resulta útil realizar una grabación con un casete a lo largo de la noche con el fin de mostrársela al médico. Mediante esta grabación podremos escuchar si roncamos y si se producen interrupciones en la respiración.
Cualquiera de los casos citados requiere la consulta con el médico de cabecera, que decidirá si hay que remitir el caso a una unidad de sueño, que se encuentran emplazadas en los grandes hospitales.
Entre otras pruebas, destaca la elaboración del historial médico. Paralelamente, se realizará una visita al otorrinolaringólogo con el fin de explorar con detalle la estructura de las vías aéreas.
La prueba esencial para diagnosticar la apnea del sueño es el estudio de sueño (también llamado polisomnograma), que requiere pasar una noche en el hospital. Se realiza una medición del flujo respiratorio, del esfuerzo que se hace para respirar, del nivel de oxigenación de la sangre, del funcionamiento del corazón, etc.
En ocasiones, sin esta prueba resulta imposible excluir un cuadro de apnea del sueño. En las unidades del sueño se nos aporta un informe con el resultado de la prueba así como las recomendaciones de tratamiento pertinentes.