Amamantar a los niños durante al menos 4 meses ayuda a prevenir la dermatitis atópica, alergia a la leche de vaca y sibilancias en la primera infancia.

El cambio de dieta de la madre durante el embarazo o la lactancia no parece ayudar a prevenir las condiciones relacionadas con las alergias.

Para la mayoría de los niños, el cambio de fórmulas dietéticas o especiales no parece prevenir estos problemas. Si hay antecedentes familiares de eccema y alergias en uno de los padres, o hermanos, consulte con el pediatra el tipo de alimentación infantil de su hijo. El momento de introducción de alimentos sólidos en general, así como el uso de varios alimentos específicos, puede ayudar a prevenir algunas alergias.

También hay pruebas de que los bebés expuestos a ciertos alérgenos del aire (como los ácaros del polvo y la caspa de gato) pueden ser menos propensos a desarrollar alergias relacionadas. Esto se conoce como la “hipótesis de higiene ” y surgió de la observación de que los bebés en las granjas tienden a tener menos alergias que los que crecen en ambientes que son más estériles.

Una vez que las alergias se han desarrollado, el tratamiento adecuado y evitar cuidadosamente las cosas que causan reacciones pueden prevenir las alergias en el futuro.