Gangrena Tratamiento
La gangrena gaseosa es una urgencia médica por la amenaza de que la infección se propague rápidamente a través del flujo sanguíneo e infecte órganos vitales. Se requiere cirugía inmediata y la administración de antibióticos.
Las zonas de la gangrena seca de las extremidades que no están infectadas (asépticas) generalmente se dejan marchitar y caen. Los tratamientos tópicos aplicados a la herida externa generalmente no son eficaces sin un suministro de sangre adecuado que ayude a curar las heridas. La evaluación de un cirujano vascular, junto con rayos x para determinar el suministro de sangre y la circulación en la zona afectada, puede ayudar a decidir si sería beneficioso intervenir quirúrgicamente.
Una vez identificado el organismo causante, la gangrena húmeda requiere iniciar enseguida una terapia antibiótica de amplio espectro por vía intravenosa, intramuscular y/o tópica. Además, el tejido infectado debe ser extirpado quirúrgicamente (desbridamiento) y puede ser necesario amputar la extremidad afectada. Se prescriben analgésicos para controlar el malestar. Está indicado realizar una transfusión de líquidos intravenosos y en ocasiones de sangre para contrarrestar el shock y reponer las células rojas de la sangre y electrolitos. Para una buena cicatrización de las heridas es esencial una adecuada hidratación y nutrición.
Igualmente se deben tener en cuenta las necesidades emocionales del paciente, ofreciendo apoyo moral y dejando que el paciente realice preguntas y comparte su preocupación sobre los cambios de imagen. Si hay amputación será necesaria terapia de rehabilitación física y profesional.