El grupo más utilizado es el de los broncodilatadores, que relajan el músculo que rodea los bronquios y disminuyen la producción de secreciones bronquiales. Cuando la edad lo permita, es preferible usarlos siempre por vía inhalada, por medio de aerosoles o aparatos nebulizadores.

Otro grupo lo constituyen los esteroides o cortisonas, medicamentos con un alto poder anti-inflamatorio. Tienen fama de ser perjudiciales, lo cual no es del todo cierto, de hecho son casi indispensables en la mayoría de los casos.

Otro grupo de medicamentos son los llamados preventivos o estabilizadores, que protegen a la mucosa bronquial disminuyendo la híper-reactividad del bronquio a la mayoría de los estímulos mencionados. Pueden administrarse por vía oral o inhalarlos. Con ellos se intenta evitar nuevas recaídas por que se utilizan por períodos largos.

Debido a las características especiales de cada caso en particular, puede ser necesario utilizar medicamentos de otros grupos, como son los antihistamínicos o antialérgicos, los antibióticos; los expectorantes, etc.

La inmunoterapia, conocida comúnmente como vacunas para la alergia, es otra forma de tratamiento del asma bronquial. Este método probado de tratamiento consiste en aplicar dosis graduadas de los alérgenos responsables (demostrados) de cada caso, aplicadas en forma sub-cutánea en la piel, en forma repetitiva y constante por varios años, lo que se traduce generalmente en una tolerancia o desensibilización a los alérgenos responsables de la inflamación asmática. No todos los pacientes asmáticos son candidatos a éste tipo de tratamiento.