Además de examinar los dientes y sus alrededores, el dentista puede realizar uno o más de las siguientes pruebas:

• Tocando en el diente afectado. Un diente que tiene un absceso en su raíz es generalmente sensible al tacto o presión.

• Pruebas de rayos X. Una radiografía del dolor de muelas puede ayudar a identificar un absceso. Las radiografías o imágenes por otras pruebas, tales como una tomografía computarizada, también se puede utilizar para determinar si la infección se ha propagado, causando abscesos en otras áreas.

• Las pruebas de laboratorio. En algunos casos, saber qué tipo de bacteria está causando la infección puede ayudar al tratamiento de destino, especialmente si los antibióticos de primera línea no tienen éxito.