Estos trastornos emocionales se clasifican en tres grados de gravedad creciente:

–        Melancolía posparto

Esta melancolía, caracterizada por una cierta tristeza, fácil emotividad, irritabilidad de carácter y cambios inesperados del humor, dura pocos días tras el parto y se considera como normal.

–        Depresión posparto

Es más grave y es realmente preocupante. Sus síntomas más característicos son:

• Tristeza más profunda que la simple melancolía, con sensación de vacío o apatía
• Retraimiento de la familia, de su círculo de amistades y de cualquier diversión
• Fatiga constante, trastornos del sueño, y alteraciones del apetito que puede ser excesivo o disminuido excesivamente hasta llegar a la anorexia
• Sensación de fracaso o de ineptitud
• Excesiva preocupación por el recién nacido o, por el contrario, falta de interés
• Ideas suicidas o temor a dañar al recién nacido

–        Psicosis posparto

Es mucho menos frecuente que la depresión posparto y suele presentarse como una forma muy grave de la depresión con delirios, alucinaciones y un grave estado depresivo.