Apendicitis aguda Diagnóstico
El diagnóstico precoz es esencial en el tratamiento de apendicitis, muchas veces esto es posible con un historial clínico breve y un examen clínico compatible, pero en otros casos el diagnóstico se hace muy difícil. De todas maneras se acepta llegar a un diagnóstico correcto confirmado por cirugía en un 90% de casos.
El examen físico debe comprender todo el cuerpo para tratar de descartar cualquier otra patología que pueda confundirse con apendicitis aguda.
Es necesario comenzar por las zonas donde se supone que existe menos dolor y gradualmente llegar a los puntos y signos dolorosos del abdomen.
Por lo general la apendicitis aguda de pocas horas se caracteriza por leucocitosis de 10,000- 15,000, glóbulos blancos.
En casos complicados gangrenados o con peritonitis las cifras pueden ser más elevadas.
La velocidad de sedimentación se modifica muy poco y cuando está muy acelerada puede ser sinónimo de complicación.
Un análisis de orina orienta el diagnóstico diferencial con afecciones urinarias, aunque en algunos casos se puede encontrar orina patológica, sobre todo cuando el apéndice está cerca de las vías urinarias, y en estos casos se debe considerar una infección urinaria cuando se encuentran en el sedimento cilindros granulosos o leucocitarios.
El diagnóstico de apendicitis aguda puede ser hecho generalmente por el cuadro clínico. Cuando el diagnóstico es dudoso, una radiografía de abdomen simple de pie puede aportar datos que sería una evidencia de apendicitis, pero esto último sólo se ve en un 20%-30% de los casos.
Otros signos son: escoliosis derecha, presencia de líquido peritoneal, masa de tejido blando y edema de pared abdominal, signos que son muy pobres como diagnóstico.
Una radiografía de tórax se indica cuando se sospecha peritonitis primaria por neumonía.
La ecografía se usa en casos dudosos, si el apéndice se identifica por medio de una ecografía se considera inflamado, si no se puede identificar se excluye la apendicitis.
La laparoscopía es el único método que puede visualizar el apéndice directamente, pero tiene la desventaja de ser invasiva. Esto requiere anestesia y de hecho es una operación que como cualquier otra tiene sus riesgos y complicaciones.