Incontinencia urinaria
El paciente siente necesidad incontrolable de orinar siendo incapaz de controlar o impedirlo. Se producen escapes urinarios los cuales se acentúan cuando se hacen esfuerzos como la tos, estornudos, la risa, etc.
Son más frecuentes en las mujeres, aunque pueden padecerse a cualquier edad y en los dos sexos. Las causas pueden ser neurológicas (lesiones medulares, enfermos de parkinson, etc.), tras operaciones urológicas, toma de ciertos fármacos, acompañantes de otros cuadros patológicos como los prostáticos, psicógenas, enuresis en niños, etc.
Entre las medidas terapéuticas están las medidas higiénicas y dietéticas el control de ingesta de líquidos, medidas farmacológicas, entrenamiento de la vejiga y cirugía.
Incontinencia urinaria en la menopausia
Hablamos de incontinencia urinaria cuando se pierde orina tras un esfuerzo o cuando se escapa antes de llegar al baño por no poder contenerla. La primera recibe el nombre de "incontinencia de esfuerzo" y la segunda, "incontinencia de urgencia".
Nosotros los médicos decimos que es un problema oculto, unas veces porque los pacientes consideran que es una consecuencia natural del envejecimiento, algunas por vergüenza y otras porque creen que no tiene solución. Debemos por ello decir aquí alto y claro que esto no es así y que deben pedir ayuda, porque hoy en día existen muchas posibilidades para mejorar esta patología.
La incontinencia urinaria es muy frecuente sobre todo en la mujer menopáusica y causa una clara disminución de la calidad de vida. Los profesionales sabemos cómo se reduce la autoestima en estas mujeres y cómo puede alterarse su estilo de vida: no salir al cine o al teatro, o si se sale, buscar asientos al lado del pasillo; no aceptar determinadas invitaciones por miedo al olor, etc. Me imagino multitud de situaciones que se hacen incómodas si se tiene incontinencia urinaria.
Es una enfermedad claramente más frecuente en mujeres que en hombres. Esto es debido, por una parte, a que la uretra de la mujer (conducto que comunica la vejiga con el exterior) mide mucho menos que la del hombre y, además, está rodeada de estructuras blandas.
Por otra parte, tanto los embarazos y partos como la disminución de los estrógenos en la menopausia, ayudan a que la musculatura pélvica se debilite.
Cuando existe este problema, lo primero que aconsejamos siempre es visitar al médico. Gracias a la historia clínica y a la exploración, el médico te dirá qué tipo de incontinencia padeces y si es necesario hacerte alguna prueba, como puede ser un análisis de orina, o un estudio más específico que valore cómo funciona la vejiga, llamado urodinamia.
Este estudio permite evaluar el funcionamiento del esfínter y de la vejiga, tanto en las fases de llenado como en las de vaciado, colocando unos catéteres de pequeño tamaño en la uretra. Se obtienen así diferentes medidas de presión, cuya interpretación permite valorar el funcionamiento de la vejiga y el esfínter y detectar si existe alguna alteración.
Con todo ello, el médico estará en disposición de decirte la clase de incontinencia urinaria; así, la incontinencia de esfuerzo es la más frecuente y se produce tras un esfuerzo físico, como correr, saltar o simplemente reírse. El origen está en que el suelo pélvico pierde tensión y con ello se disminuye la resistencia de la uretra para que no se escape la orina.
En estos casos recomendamos rehabilitar la musculatura del suelo pélvico. Es muy sencillo, se consigue con ejercicios pélvicos y/o electroestimulación. En otros casos, consideramos necesaria la cirugía.
La importancia de los ejercicios de Kegel
Dentro de los ejercicios pélvicos, cabe destacar los llamados ejercicios de Kegel, que deben su nombre a su autor, el estadounidense Arnold Kegel. En los años 40 este médico planteó la realización de unos ejercicios físicos para fortalecer el suelo pélvico y mejorar así los síntomas de la incontinencia urinaria.
De esta manera, se consigue fortalecer el músculo que se extiende desde el pubis hasta el cóccix, llamado pubococcigeo. Hay una forma muy sencilla de identificar este músculo y que consiste en detener la micción cuando se está orinando para reanudarla después: el músculo pubococcigeo es el que has utilizado al realizar esta acción.
Los ejercicios de Kegel también están recomendados para fortalecer los músculos de la vagina después del parto, e incluso practicados antes del embarazo, permiten a las mujeres tener partos más fáciles y con menos desgarros. Así mismo, tienen efectos beneficiosos en la sexualidad si se practican con regularidad.
La principal ventaja de estos ejercicios es que pueden realizarse por personas de todas las edades, en cualquier momento o lugar, tanto sentada como tumbada o de pié, y no requieren ninguna preparación inicial: tienes que contraer y relajar el músculo pubococcigeo repetidamente, como si quisieras cortar y reanudar la micción.
Aunque al principio puedes notar dificultades para identificar el músculo y quizá contraigas además otras zonas del cuerpo, como el vientre o los glúteos, si lo practicas regularmente lograrás contraer el músculo en cuestión. Se recomienda empezar con 10-20 contracciones/relajaciones varias veces al día.
Los resultados se aprecian entre las 4 y las 12 semanas, y al ser una actividad sencilla, debería mantenerse durante toda la vida. Lo ideal sería realizar 200 repeticiones diarias.
Reeducación de costumbres
En cuanto a la incontinencia urinaria de urgencia, ésta se debe a una contracción súbita y totalmente involuntaria del músculo de la pared de la vejiga. El cuadro que produce se llama vejiga hiperactiva, porque aumenta el número de veces que se orina (micciones), con clara sensación de urgencia.
Tanta, que muchas veces se escapa antes de llegar al baño. En estos casos tenemos en la actualidad magníficos tratamientos farmacológicos que, junto con la reeducación de la vejiga, consiguen grandes resultados.
Las técnicas de reeducación más habituales son:
- Entrenamiento en retención: la paciente va reteniendo la orina durante periodos de tiempo cada vez más largos, desde los 10 minutos hasta las 2 o 3 horas.
- Micciones programadas: se debe seguir un horario más o menos fijo para orinar, controlando la ingesta de líquido entre micción y micción.
- Regulación de la toma de líquidos: hay que fijar una cantidad total de líquido, así como su distribución durante el día.
- Técnicas de control de la urgencia: la paciente aprende a controlar la necesidad urgente de orinar, evitando la pérdida de orina.
- Micción coordinada: mientras se orina hay que conseguir relajar la musculatura del suelo pélvico y contraer la musculatura abdominal.
- Técnicas para vaciar la vejiga completamente: apretando con las manos, con la musculatura abdominal, etc.
En cuanto a los tratamientos farmacológicos haremos referencia a los anticolinérgicos, que reducen la contracción involuntaria de la pared de la vejiga en la incontinencia de urgencia. Pero este tipo de medicamentos tiene algunas desventajas: los receptores que provocan las contracciones de la vejiga se encuentran también en los ojos, el corazón, el intestino, las glándulas salivares etc.
Por tanto, pueden tener efectos secundarios tales como taquicardias, estreñimiento, sequedad de boca… Debido a ello, muchas mujeres abandonan el tratamiento. Sin embargo, actualmente existen nuevos anticolinérgicos que actúan de forma más específica sobre la vejiga y consiguen reducir los efectos secundarios.
Tipos de incontinencia
En algunas ocasiones pueden existir los dos tipos de incontinencia. Hablamos entonces de incontinencia urinaria mixta, aconsejándose en primer lugar el uso de fármacos con reeducación de la vejiga y rehabilitación del suelo pélvico. Cuando estas medidas no son suficientes, se podría plantear la cirugía.
Debemos decir que ha habido importantes cambios en el manejo de la incontinencia urinaria y los médicos tenemos ahora muchas más posibilidades de poder ayudar a las mujeres que sufren esta enfermedad.
Nunca deben faltar los consejos, como moderar la ingesta de té y café, distribuir a lo largo del día los líquidos y no tomar mucha cantidad de una sola vez, e intentar orinar cada tres horas. Estos consejos, junto con los ejercicios pélvicos y siguiendo las pautas terapéuticas de tu médico, seguro que te ayudarán.
Fuente: Incontinencia urinaria en la menopausia. Revista MG.
Dr. Santiago Palacios. Director del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer. 2008