Asma Causas de asma
Los trastornos psicológicos y los trastornos emocionales, como el estrés o la depresión, pueden ocasionar que una persona genéticamente predispuesta desarrolle asma, según un estudio que publicó la revista de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
En el estudio, realizado por el doctor Ignacio Jáuregui, de la Unidad de Alergología del Hospital de Basurto, se incluye una investigación que demuestra que los niños de tres años que viven en familias “problemáticas” tienen más posibilidades de ser asmáticos que el resto.
El estrés es irrelevante en la primera infancia cuando el riesgo parental es bajo, pero cuando este es alto, “los acontecimientos vitales podrían aumentar el riesgo del niño para desarrollar asma”. En las personas que son asmáticas, los conflictos emocionales pueden además exacerbar los síntomas, sobre todo con la edad.
Según Jáuregui mientras que los “estresantes emocionales” apenas intervienen en un 10% de los casos en los niños asmáticos, cuando el asma tiene un inicio tardío —a partir de los cuarenta y cinco años— esos factores podrían desempeñar un papel predominante hasta en la mitad de los casos. Por otra parte, “el asma crea problemas psicológicos”, con lo que se produce un “círculo vicioso”.
La asociación entre depresión y asma puede deberse a las experiencias que se derivan de padecer esa enfermedad crónica, como absentismo escolar o laboral, el no poder realizar ciertas actividades físicas, el despertarse por la noche o el tener que acudir a urgencias por un ataque.