Alcoholismo Efectos
El alcohol puede provocar efectos físicos, mentales y sociales, que están condicionados a la cantidad de alcohol ingerida y a los hábitos de consumo.
Hay una serie de enfermedades cuya única causa es el alcohol, tales como la dependencia del alcohol y la cirrosis hepática alcohólica. El consumo de alcohol también aumenta el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer (como el cáncer de labio, de lengua, de garganta, de esófago, de hígado y de pecho).
En función de los hábitos de consumo, el alcohol puede actuar como protector o como agente perjudicial en la aparición de enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos.
El consumo de alcohol durante el embarazo pone en peligro el desarrollo del feto. El abanico de posibles efectos incluye un crecimiento lento, defectos de nacimiento o retraso mental. Además puede causar el aborto espontáneo o el nacimiento prematuro.
En comparación con aquellos que no beben alcohol en absoluto, un consumo de bajo a moderado puede suponer ciertos beneficios para la salud, sobre todo cuando se bebe durante las comidas. Puede reducir el riesgo de padecer un tipo común de apoplejía, enfermedades coronarias del corazón, así como determinados tipos de diabetes.
Sin embargo, un consumo mayor de alcohol puede aumentar el riesgo de contraer dichas afecciones. Los problemas con el alcohol suelen venir acompañados de depresión.
Las personas que tienen problemas con el alcohol suelen también sufrir depresión. De hecho, el alcohol puede contribuir a la aparición de ésta. Cuanto mayor es la cantidad consumida, más síntomas de depresión aparecen. Sin embargo, dichos síntomas suelen remitir o desaparecer durante los periodos de abstinencia.
El alcohol aumenta el riesgo de padecer lesiones corporales. Principalmente a causa de los accidentes de tráfico, aunque también por caídas, incendios, violencia, etc. El riesgo de sufrir accidentes de tráfico aumenta a la par que el nivel de alcohol en sangre, incluso a niveles relativamente bajos.
–Problemas sociales y económicos derivados del alcohol
Los problemas sociales y económicos relacionados con el consumo del alcohol afectan no sólo a los bebedores, sino también a los que le rodean y a la sociedad en su conjunto.
En el entorno del trabajo, el alcohol puede provocar absentismo, accidentes laborales y un bajo rendimiento, lo cual, a su vez, puede ocasionar la pérdida del empleo. Esto supone un coste para el empleado, la empresa y el sistema de seguridad social.
La bebida puede repercutir en el comportamiento de una persona en tanto que padre, madre o pareja. Puede hacer que una persona sea violenta, pase más tiempo fuera de casa, arruine a otros miembros de la familia o les provoque ansiedad, miedo y depresión. El hecho de que los padres beban, tanto durante el embarazo como tras el nacimiento, puede tener efectos duraderos sobre los niños, tanto físicos como psicológicos.
El consumo de alcohol puede acarrear graves consecuencias económicas, especialmente para las personas sin recursos. Esto se debe no sólo a lo gastado en bebida, sino también al salario perdido y los gastos médicos y de otra índole.
La violencia doméstica se produce a menudo cuando uno de los miembros de la pareja, o ambos, han estado bebiendo. El consumo excesivo de alcohol se ha relacionado sobre todo con la violencia dentro de la pareja y, en menor medida, con la violencia hacia terceros. Esto se debe probablemente a que la proximidad proporciona más oportunidades para la violencia. No obstante, se necesita más información para poder explicar el complejo papel que desempeña el alcohol en estos incidentes.
El consumo de alcohol supone un coste económico y social para la sociedad en su conjunto. Es difícil calcular los costes mencionados, pero hacerlo puede contribuir a que se mejoren las políticas encaminadas a reducir el daño causado por el alcohol. Los escasos cálculos nacionales que se han llevado a cabo hasta el momento reflejan la importancia del coste que el consumo de alcohol supone para la sociedad.