Ataxia de Friedreich Causas
La ataxia de Friedreich es una enfermedad autosómica recesiva, es decir, las personas sólo desarrollan síntomas si heredan dos copias del gen defectuoso FXN, uno de su padre y uno de su madre. Una persona que tiene una sola copia anormal del gen se denomina portador.
Un portador no desarrollará la enfermedad pero podría transmitir la mutación del gen a sus hijos. Si ambos padres son portadores, sus hijos tendrán una probabilidad de 1 en 4 de tener la enfermedad y una probabilidad de 1 en 2 de heredar un gen anormal que ellos, a su vez, podrían pasar a sus hijos. Aproximadamente uno de cada 90 americanos de ascendencia europea lleva un gen anormal FXN.
En 1996, un equipo internacional de investigadores identificó el gen de la ataxia de Friedreich en el cromosoma 9. El gen codifica FXN para la producción de una proteína llamada “frataxina.” En la versión normal del gen, una secuencia de ADN (con la etiqueta “GAA) se repite entre los tiempos de 7 y 22. En el gen defectuoso de FXN, la repetición se produce una y otra vez-a cientos, incluso hasta miles de veces.
Este patrón anormal, como una expansión de repetición triple, ha sido implicada como la causa de varias enfermedades de herencia dominante, pero la ataxia de Friedreich es la única conocida trastorno genético recesivo causado por el problema. Casi todas las personas con ataxia de Friedreich tienen dos copias de esta forma mutante de FXN, pero no se encuentra en todos los casos de la enfermedad.
Alrededor de 2% de las personas afectadas tienen otros defectos en el gen FXN que son responsables de causar la enfermedad. La expansión de repetición triple en gran medida interrumpe la producción normal de frataxina. La frataxina se encuentra en las zonas productoras de energía de la célula llamadas mitocondrias.
La investigación sugiere que sin un nivel normal de frataxina, ciertas células en el cuerpo (sobre todo los nervios periféricos, la médula espinal, cerebro y células del músculo del corazón) no puede efectivamente producir energía y se ha considerado que tienen una acumulación de subproductos tóxicos que lleva a lo que se llama “el estrés oxidativo”. También puede dar lugar a mayores niveles de hierro en la mitocondria.
Cuando el exceso de hierro reacciona con el oxígeno, los radicales libres pueden producir. Aunque los radicales libres son moléculas esenciales en el metabolismo del cuerpo, también pueden destruir células y dañar el cuerpo. Se sigue investigando sobre este tema.