La enfermedad está en franca expansión en los últimos años, habiéndose multiplicado el número de afectados por 10. Los datos de mortalidad que tienen relación directa con el trastorno se cifran entre el 5-10 %.

La causas que están provocando este crecimiento en el número de casos se desconocen de manera exacta, pero es evidente que algunos factores como la alta incidencia, la etapa de desarrollo en la cual se inicia el trastorno o la aceptación social están vinculadas a la moda. Los cánones y modelos impuestos desde algunos estratos de la sociedad se basan en una delgadez extrema y aprovechan su penetración social para modificar las conductas individuales.  

Entonces comienza el trabajo para cambiar la imagen corporal, a base de no comer o de vomitar si no se pudo evitar la ingesta.

Es muy aleccionador ver cómo ciertas modelos se han rebelado contra la delgadez extrema y otras han confesado que han pasado por una anorexia nerviosa; su ejemplo puede ser muy útil para desmitificar el concepto de belleza sinónimo de delgadez extrema. 

Y además del diagnóstico precoz y del tratamiento temprano de la enfermedad es muy importante el apoyo por parte del entorno familiar y laboral, la comunicación con los familiares o amigos, las comidas en familia, disfrutando de una conversación placentera.