Es un opiáceo semisintético derivado de la planta de la morfina, ("adormidera"), de la que se extrae una resina llamada "pan de opio", que es la sustancia activa. Se presenta como un polvo cristalino blanco, inodoro, muy fino, aunque su aspecto puede variar dependiendo de los procesos de purificación a los que se le haya sometido. Se vende en dosis individuales llamadas "papelinas". 

Existen dos tipos:

• Heroína marrón: Es un tipo de heroína que proviene de África. Se debe calentar antes de disolverla y se acostumbra a usar una cuchilla para eso, se pone la dosis encima y se calienta con un encendedor por debajo de la cuchilla. Se disuelve en ácido cítrico (zumo del limón). Su utilización es muy engorrosa y además el ácido cítrico puede quemar las arterias. Actualmente se suministra el ácido cítrico en polvo a los heroinómanos, para que su uso sea más higiénico.
• Heroína blanca: Es un tipo de heroína de más fácil disolución, ya que se hace con agua destilada u otros líquidos. Se suele disolver en un tapón de botella y se carga con un filtro de cigarrillo pelado para que los grumos de la dilución no pasen a la jeringa. Este filtro es guardado por los heroinómanos porque después de 8 o 9 tomas pueden extraer la droga que ha ido quedando y tienen una dosis extra.

La heroína también se puede consumir fumada o esnifada.

Efectos

Actúa como un depresor del sistema nervioso central (SNC), es decir, es relajante. En un principio produce una sensación de intenso placer ("flash") y euforia, seguido de apatía y somnolencia. Tras un período de consumo, la sensación es de bienestar, de estar en un sueño alejado de todo. Además, suprime el dolor, por lo que se utiliza como herramienta terapéutica esencial en los procesos que cursan con dolor. También es un inductor del sueño. Por otro lado, también disminuye la frecuencia respiratoria, de hecho, en casos de sobredosis, la muerte se produce por la paralización de la respiración.

La heroína es una droga con gran capacidad adictiva y que lleva asociado síndrome de abstinencia. Éste aparece ocho horas después de la última administración de la droga y alcanza su máxima intensidad entre el segundo y tercer día. Dura alrededor de una semana. No obstante, aunque los síntomas y su duración varían dependiendo de la cantidad que se consumiera diariamente y del tiempo de consumo, en general son los siguientes: secreción nasal, lagrimeo, sudoración, pupilas dilatadas, cambio del frío al calor, temblores, dolores musculares, pérdida de apetito, aumento de la frecuencia respiratoria y el ritmo cardiaco, fiebre, náuseas, ansiedad e insomnio, vómitos y diarrea.