Convulsiones
Una convulsión es un malfuncionamiento súbito y temporal del cerebro, desencadenado por una perturbación de las señales eléctricas de dicho órgano. Hay muchos tipos de convulsiones y algunas son más graves que otras. Ocurren cuando estas señales se alteran por una descarga eléctrica que trastorna la función normal del cerebro.
Causas
Las convulsiones pueden deberse a epilepsia, lesión en la cabeza, derrame cerebral tumor en el cerebro, infección, fiebre alta, ataque cardíaco, insuficiencia renal o hepática, diabetes, abstinencia de alcohol o drogas, y a veces como un efecto secundario de ciertos medicamentos, como anfetaminas y algunos tranquilizantes.
En quienes son susceptibles, los estímulos como luces centelleantes o ruidos fuertes y pulsátiles pueden desencadenar una convulsión. Más de un millón de personas en los Estados Unidos sufren trastornos convulsivos. Casi todos estos trastornos empiezan durante la niñez, a menudo entre los tres y los catorce años de edad.
Síntomas
Las convulsiones generalmente son de comienzo súbito y de corta duración. Pueden ser:
- Tónicas: Son contracturas persistentes de los músculos que al tocarlos dan la sensación de estar endurecidos
- Clónicas: Son contracciones más amplias que originan en las extremidades movimientos de flexión y extensión.
Ambos tipos pueden coincidir, como ocurre en el llamado ataque epiléptico.
Tipos
Los dos principales tipos de convulsiones son las generalizadas primarias (afectan a todo el cuerpo) y las convulsiones parciales. Las convulsiones generalizadas primarias hacen que uno se desmaye, pero en las convulsiones parciales, uno no se desmaya pero posiblemente experimente movimientos con sacudidas y otros trastornos.
Por si solas no son una enfermedad, sino la manifestación de un trastorno de la función cerebral que se expresa de forma súbita.
El trastorno convulsivo más conocido es la epilepsia, cuya causa generalmente no está clara.
Consecuencias
Gran cantidad de procesos o enfermedades pueden acompañarse de convulsiones:
- Meningitis, encefalitis, tétanos…
- Hipoglucemias
- Intoxicaciones: Alcohol, plomo…
- Falta de oxígeno en el cerebro
- Alergias a medicamentos
- Traumatismos cerebrales
- Aumento de la temperatura: Fiebre, insolación
- Epilepsia, tumores cerebrales
Por todo ello deducimos que toda convulsión, aunque haya cedido, debe ser estudiada por el médico para que pueda diagnosticar su causa.
Convulsiones en los niños
En los niños son frecuentes las convulsiones por distintas causas:
- Hipertermia o fiebre elevada.
- Infección: Meningitis, encefalitis, otitis…
- Alteraciones metabólicas: hipocalcemias, hipoglucemias, falta de vitaminas…
- Convulsiones debidas al dolor y las emociones.
- Espasmos por sollozo: Antes de la convulsión hay cianosis; el niño se pone primero pálido y luego azul.
Casi todas ellas, salvo las debidas a epilepsia, suelen desaparecer hacia los tres años de edad. La atención al niño con convulsiones es en líneas generales igual que en el adulto; en los casos en los que sean debidos a fiebre muy elevada, deberemos bajar la temperatura con paños de agua fría en la cabeza, friccionando con alcohol el pecho y los miembros.
En el espasmo del sollozo, soplarle en la boca, subirlo y bajarlo cogiéndolo por los brazos. No reviste especialmente importancia ya que se considera un proceso banal.