Alergias alimentarias infantiles
Mª Isabel Martínez Molero, Jefe de Sección de Alergia Infantil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
“El único tratamiento, hoy por hoy, es la exclusión de ese alimento”.
En los últimos años, las alergias a los alimentos están aumentando de forma notable. Se calcula que 1,5% de la población general y hasta un 5% de los niños menores de tres años padece algún tipo de alergia alimentaria. La leche y el huevo durante el periodo de lactancia y el pescado y los frutos secos entre los escolares son, según la doctora Mª Isabel Martínez Molero, jefe de Sección de Alergia Infantil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, los alimentos más frecuentes. En los adolescentes, predominan los frutos secos, las frutas, los pescados y el marisco.
¿Es preocupante este aumento? ¿Cuál es el origen?
El incremento de alergia a los alimentos es paralelo al aumento general de las enfermedades alérgicas. Las causas de este incremento no se conocen con exactitud y hay numerosas hipótesis que intentan dar una explicación. Entre estas hipótesis están los cambios a la exposición alergénica: actualmente, los alimentos sufren modificaciones en su estructura proteica debido a la manipulación para su preparación y conservación, que potencian su poder sensibilizante.
Otra de la teorías hace referencia a los hábitos de vida actuales, por ejemplo, la mujer fuma más y se ha comprobado que los niños de madre fumadora tiene mayor riesgo de padecer enfermedades alérgicas. Una de las últimas teorías es la de una menor estimulación del sistema inmunológico, este sistema estaba orientado a la defensa de las parasitosis y de las infecciones. Al vivir en un ambiente cada vez más “aséptico” pierde su finalidad y esto hace que haya una modificación en la respuesta inmunológica virando hacia la producción de reacciones alérgicas.
En los primeros años de vida ¿Hay algún grupo de edad más afectado?
La alergia a alimentos suele manifestarse con mas frecuencia por debajo de los 4 años (6-8 %), reduciéndose a la mitad en la edad adulta. Ahora bien, muchos de estos niños que se hacen alérgicos posteriormente, al cabo de un tiempo de una dieta correcta pueden tolerar el alimento. Los lactantes con alergia a las proteínas de leche de vaca generalmente llegan a tolerarlo hacia los dos años; lo mismo sucede con el huevo y, en mi experiencia, con las legumbres y el pescado, siendo pocos los casos que continúan con su alergia hacia los 7 años. Cuando los síntomas persisten en esa edad puede que se mantenga a lo largo de su vida.
Si la alergia comienza en los niños mayores o en la edad adulta generalmente no llegan a tolerar el alimento.
¿La lactancia materna sigue siendo una forma de prevenir?
Efectivamente, debe recomendarse a niños de riesgo, es decir, aquellos niños cuya familia inmediata padece enfermedades alérgicas. La lactancia materna debe indicarse y mantenerse al menos durante 6 meses e introducir los alimentos que mas producen alergia, como el huevo y el pescado, partir del año o año y medio.
¿Qué pasa cuando los padres son alérgicos? ¿Se hereda?
Cuando ambos padres son alérgicos el niño tiene una mayor posibilidad de padecer enfermedades alérgicas que otro niño cuyos padres no lo son.
¿Qué alimentos producen alergia con más frecuencia en los más pequeños?
La incidencia de alimentos desencadenantes varía en razón de la dieta de cada país. En el nuestro, durante el periodo de la lactancia, naturalmente, es la leche. El huevo le sigue en frecuencia cuando se introducen ya los sólidos y las legumbres.
En los escolares, es el pescado y los frutos secos, mientras que en los adolescentes, la alergia a frutos secos , frutas, pescados y mariscos son las más frecuentes.
A veces el diagnóstico no es fácil. ¿Cómo se realiza?
Es fundamental hacer una historia clínica detallada intentando determinar el alimento causante de los síntomas .Esto es fácil cuando se trata de algo que no se toma con frecuencia (muchas veces es el mismo paciente quien nos lo indica) o como sucede con los lactantes y la alergia a las proteínas de la leche (el único alimento que toma), pero no lo es tanto cuando el alimento es de los que se toma habitualmente y puede, incluso, ir enmascarado en otros productos alimenticios .
Una vez detectado se confirma mediante la realización de pruebas cutáneas y puede corroborarse por la determinación de anticuerpos en sangre. Pero la prueba definitiva para aseverar que ese alimento es el causante de la enfermedad es dárselo a tomar, lo que llamamos una “provocación controlada” (esta prueba sólo la indica el especialista teniendo en cuenta ciertas circunstancia y la severidad de la clínica, es un prueba arriesgada que debe hacerse de forma controlada en centros sanitarios).
¿Cuáles son los síntomas más habituales? ¿Varían dependiendo del tipo de alimento?
Los síntomas son muy variados. En primer lugar están los intestinales (vómitos, diarreas, dolor abdominal) y dentro de ello un cuadro muy característico y frecuente que es la alergia oral (picor de boca a faringe y puede aparecer edema de lengua o faringe). Los síntomas también pueden ser respiratorios (molestias nasales y oculares y asma), estos son los menos frecuentes en la alergia alimentos. Y por último están los cutáneos (urticarias, edemas, eczemas…)
El cuadro más grave es el que llamamos anafilaxia que manifiesta síntomas cutáneos, respiratorios o digestivos y que, en su grado máximo, produce un fallo circulatorio dando lugar al shock anafiláctico que puede comprometer la vida del paciente si no se trata.
Sí hay síntomas que se asocian con más frecuencia a determinados alimentos, como sucede en el síndrome de alergia oral (SAO), desencadenado generalmente por las frutas y algunos vegetales. Otras veces, está en relación con la toma de determinadas cantidades o de la elaboración del alimento .En general, los síntomas se desencadenan por cualquier tipo de alimentos siendo los más frecuentes los cuadros cutáneos.
¿Las alergias a alimentos pueden estar relacionadas con otras?
Sí, es lo que llamamos una alergia cruzada, es decir alimentos o factores ambientales (pólenes, ácaros, látex…) pueden compartir moléculas similares y, si el paciente está sensibilizado a esta molécula, puede tener síntomas en presencia del factor ambiental (neumoalergeno) o versus con la toma del alimento. Así, se ha descrito una alergia cruzada entre ácaros del polvo y gamba, es decir, alérgicos a los ácaros del polvo pueden tener síntomas al comer gambas o bien los alérgicos a gamba hacerse alérgicos a los ácaros.
En los pacientes alérgicos a pólenes, en un alto porcentaje, suele darse una sensibilización a frutas, generalmente del grupo de las rosáceas (melocotón, manzana, almendra, etc). Los alérgicos al látex pueden tener síntomas al comer plátano, aguacate, kiwi, castaña e higos.
¿Eliminar el alimento causante es suficiente para acabar con la alergia?
El único tratamiento que tenemos hoy por hoy es la dieta de exclusión de ese alimento, es decir eliminar el alimento causante de síntomas de la dieta que conduce a no tener síntomas. El problema está en que, muchas veces, es difícil eliminarlo porque puede formar parte de la composición de otro alimento, como sucede con la leche que en forma de lactatos puede incluirse dentro de algunos embutidos, o del huevo, que puede formar parte de algunos preparado de palitos de cangrejo o de gulas. De ahí la importancia de los etiquetados en los alimentos preparados para poder llevar una dieta correcta.
Un consejo general
En primer lugar, ante la sospecha de que un alimento produzca síntomas, hay que consultar a su médico quien le indicará si son síntomas debidos a un cuadro alérgico y le remitirá para ser estudiado por un especialista. Por supuesto, en tanto se realice el estudio, no debe darse ese alimento.
Una vez que el paciente esté diagnosticado, hay que ser cauto con la dieta y llevarla estrictamente, porque cabe la posibilidad de que cantidades muy pequeñas no den lugar a síntomas pero, si son estímulos permanentes del mecanismo inmunológico, mantengan la sensibilización y prolonguen el periodo de tolerancia. .
Por supuesto nunca deben hacer pruebas en casa para ver si ya no es alérgico, porque puede tener una reacción más importante que la primera que le produjo el alimento. En la infancia hay un porcentaje alto de niños que llegan a tolerar el alimento, por lo que no hay que desesperarse.
Hay pacientes que están sensibilizados a más de un alimento, lo que causa la desesperación de la madre a la hora de su alimentación. Los padres deben saber que, estos niños, con la ayuda de dietistas, consiguen un desarrollo adecuado.
Las asociaciones de pacientes alérgicos a alimentos, con su experiencia, ofrecen ayuda y consejo, por lo que recomiendo a los padres que contacten con ellas.