Alimentación complementaria infantil
Desde el nacimiento hasta los cuatro meses y medio el niño se alimentará sólo a base de leche, bien sea leche materna o leche artificial de inicio.
4 meses y medio: se empezarán a introducir los cereales sin gluten en los biberones 1º y último y aumentando a razón de una cucharada por semana.
5 meses: se empezará con la leche de contracción y con la fruta molida incorporando una fruta nueva cada semana (naranja, pera, plátano, manzana, papaya, mandarina), dándose ésta a la hora de la merienda y en sustitución de una toma láctea.
6 meses: se empezará con las verduras sin hojas verdes (calabacín, calabaza, zanahoria, patata), guisadas éstas con poco agua, sin sal y con una cucharada de aceite de oliva y sustituyendo así la toma del mediodía.
7 meses: se empezarán a dar cereales con gluten en el biberón o papilla y carne (pollo o ternera) junto con las verduras.
8 meses: se puede incorporar yogurt natural sin azúcar, también habichuela verde o judía.
9 meses: comenzaremos a incorporar verduras de hoja verde, como acelga y espinaca, también se puede incorporar a la verdura un poco de arroz y pescado blanco para alternarlo con la carne.
10 meses: se empezará a probar a dar yema de huevo cocido, empezando por ¼ de yema a la semana y aumentado progresivamente hasta un máximo de 2 yemas a la semana.
12 meses: se podrán introducir lentejas, queso blanco fresco y jamón cocido (ambos sin sal) y el resto de fruta reservando fresa y melocotón naturales hasta los 2 años, por su carácter alergénico a esta edad. También comenzar poco a poco con la yema del huevo cocida.
A esta edad se empieza a estimular la masticación, por lo que no se dará la comida completamente triturada, así como introduciremos una pequeña cena antes del último biberón.
15 meses: A esta edad empezaremos a introducir legumbres así como pescado azul. Podremos incorporar guisos habituales de casa siempre y cuando no estén cocinados con sal ni grasas ni exceso de especias. También podremos comenzar a introducir leche entera aunque algunos pediatras no la recomiendan hasta los 2 años y existen fórmulas intermedias.