Las mujeres que dejan de fumar antes de la semana 15 de embarazo evitan el riesgo de un nacimiento espontáneo prematuro y de tener recién nacidos de bajo peso, según un estudio que se publica en el último número de British Medical Journal.

Según el equipo coordinado por Lesley McCowan, de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, las embarazadas que no abandonan su hábito tabáquico en la "recta final" de su gestación tienen un riesgo tres veces mayor de dar a luz de forma prematura y una probabilidad dos veces mayor de tener un hijo de bajo peso.

Los autores del trabajo examinaron, a las 15 semanas de gestación, a aproximadamente 2.500 mujeres embarazadas que participaron en el estudio Scope en Australia y Nueva Zelanda. Las participantes fueron divididas en tres grupos: no fumadoras, que habían dejado de fumar y fumadoras actuales.

Todas las mujeres que habían dejado de fumar lo habían hecho antes de la semana 15 de embarazo.

Los resultados de esta investigación han mostrado que no hubo diferencias en las tasas de nacimientos prematuros de las mujeres que habían dejado de fumar y las que no eran fumadoras, mientras que las que eran fumadoras presentaban un riesgo mucho mayor. El equipo dirigido por McCowan halló conclusiones similares en la talla de los recién nacidos.

Menos estrés

Otro dato importante que aporta este trabajo es que las mujeres que habían dejado de fumar estaban menos estresadas que las que seguían fumando. "Este hallazgo puede suponer un incentivo para las mujeres que siguen fumando cuando se quedan embarazadas", ha señalado McCowan.