Alergia al polvo
Los ácaros del polvo de la casa son artrópodos no segmentados invisibles a simple vista por su tamaño microscópico (alrededor de 0,3 mm), que viven en el polvo de la mayoría de las casas, aunque su número se eleva significativamente cuando la temperatura es moderada (20º-30º C) y el grado de humedad es muy elevado (humedad relativa entre 70%-80%).
Estos diminutos ácaros dependen básicamente para alimentarse de las células muertas de la piel humana desprendidas en el proceso de la descamación natural (por eso alguno de los ácaros más frecuentes llevan el nombre científico de Dermatophagoides: D. farinae y D. pteronyssinus, algo así como "comedores de piel").
En España el D. pteronyssinus y el Euroglyphus maynei son los ácaros del polvo más prevalentes.
Causa de contagio
Los ácaros del polvo de la casa son la causa más frecuente de sensibilización y asma bronquial en gran parte del mundo y, desde luego, la fuente primaria de antígenos en el polvo de la casa.
El principal antígeno es una glucoproteína termolábil (la Derp 1es la más relevante) que se encuentra en las heces de los ácaros (se estima que cada ácaro produce una 20 deposiciones al día), las cuales, con mínimos diámetros de 10-40 mm, son fácilmente respirables por el ser humano.
No obstante, los niveles en el aire del antígeno Derp 1 de los ácaros son muy bajos si se comparan con las elevadas concentraciones que alcanza este antígeno en los colchones y en la ropa de cama (almohadas, sábanas y edredones).
También se encuentran concentraciones que pueden ser elevadas en los sofás, las alfombras, las cortinas y los muñecos de peluche.
Los individuos sensibilizados a los antígenos de los ácaros del polvo de la casa, que pueden padecer padecen asma, rinitis alérgica o ezcema atópico, deben evitar, en lo posible, entrar en contacto con las heces de estos ácaros que se encuentran en sus colchones. Sin embargo, prevenir este contacto es una tarea muy difícil y de efectos dudosos y controvertidos.
Métodos de erradicación
La simple aspiración de los colchones es una medida ineficaz o de efectos beneficiosos a muy corto plazo. Las fundas o cubiertas impermeables de plástico para los colchones, consideradas como medida de cierta eficacia, tienen el inconveniente de que son poco confortables, aunque se hayan desarrollado modelos que procuran mayor comodidad.
En un estudio realizado en Noruega y publicado en la revista "Allergy" (Junio 2002) se encontraron heces de ácaros en el 40% de las muestras extraídas de colchones de goma espuma sin cubierta aislante y en el 26% de los colchones de goma espuma con cubierta. Tan sólo en el 12% de los colchones de muelles se detectaron heces de ácaros.
Es decir, según este estudio, el riesgo de encontrar heces de ácaros es cuatro veces más elevado en los colchones de goma espuma, comparados con los colchones de muelles, y ocho veces más elevado para los colchones de goma espuma sin cubierta protectora.
Aunque estudios previos realizados en Australia habían obtenido resultados contrarios, es decir a favor de los colchones de goma espuma, los autores noruegos concluyen que sustituir los colchones de goma espuma por colchones de muelle sería beneficioso para los pacientes sensibilizados a los ácaros, y podía formar parte de las medidas preventivas habituales.
En un trabajo realizado en los EE.UU. y publicado en la revista Ann Allergy Asthma Immunol, en su número de junio del 2002, se llega a la conclusión de que el lavado semanal de la ropa de cama en agua caliente con 4 horas de pre-lavado, utilizando una mezcla de detergentes y lejía, mata a la mayor parte del ácaro Dermatophagoides farinae y, dependiendo de la marca del detergente, a cantidades moderadas del D. pteronyssinus.
En conclusión , los métodos y las estrategias para reducir el número de ácaros del polvo de la casa son todavía controvertidos, en lo que se refiere a la relación entre coste y efectividad.
En un trabajo publicado en el British Medical Journal en octubre del 1998, se analizaron, por el procedimiento del meta-análisis, 23 ensayos clínicos en los cuales se había estudiado la eficacia de diversos procedimientos (clasificados como físicos o químicos) para controlar la presencia de ácaros del polvo de casa y sus alergenos.
La conclusión de este estudio era textualmente "que tanto los métodos químicos actuales (aplicación de sustancias acaricídas como el benzil benzoato), como los métodos físicos (desde la aplicación de cubiertas en los colchones y almohadas, hasta los lavados frecuentes con agua caliente) con el objetivo de reducir la exposición a los alergenos de los ácaros, aparecen como inefectivas y no pueden ser recomendadas como medidas profilácticas en el tratamiento de los pacientes con asma que están sensibilizados a los ácaros".
Consejos prácticos
A pesar de todo, las medidas que se considera que merece la pena utilizar en esta lucha contra un enemigo invisible, si en la casa viven individuos alérgicos, con sensibilización a los ácaros del polvo de la casa, serían:
– Colchones, almohadas, edredones y ropa de la cama: Utilizar cubiertas protectoras de colchones y almohadas. Lavar con regularidad la ropa de cama (el lavado con agua a temperatura superior a 55º C mata los ácaros y elimina sus alergenos, mientras que el lavado con agua fría solo elimina los alergenos; el lavado en seco mata los ácaros).
– Alfombras, cortinas, cojines, sofás, etc: Es preferible retirar alfombras y optar por el suelo de madera. Mientras tanto, aspirar las alfombras con regularidad. Sustituir cortinas, cojines y demás mobiliario "blando" por otro nuevo y lo menos abundante posible.
– Juguetes blandos, sobre todo de peluche: Para reducir los ácaros y sus alergenos se ha recomendado colocar los juguetes blandos en el congelador durante 24 horas antes de lavarlos (aunque no hay evidencia de la eficacia de esta medida) o bien lavarlos en agua caliente. Si se trata de un niño, sería preferible que no duerma con el juguete de peluche.
Para reducir la humedad que propicia la proliferación de los ácaros, ventilar la casa lo más posible.
En conclusión, una eliminación completa de los ácaros del polvo de la casa y de sus alergenos se considera un objetivo poco realista, aunque si pueda lograrse una reducción significativa, con una estrategia integrada. Los dormitorios son los lugares de la casa a los que es necesario prestar la mayor atención.