Envejecer bien
Cumplir años cobra cada día mayor importancia, debido a diferentes razones:
· Desde el punto de vista personal los procesos involutivos son percibidos subjetivamente como algo incómodo, dado que el deseo natural de cualquier persona es vivir eternamente; cumplir años, sobre todo a partir de ciertas edades, es acercarse al final de la vida, algo contra lo que todos luchamos.
· Desde un punto de vista económico, una sociedad constituida única o mayoritariamente por personas mayores es apenas sostenible, dado que aumentan, entre otros, los gastos por salud y los gastos sociales, y simultaneamente, disminuyen los ingresos y la productividad, dado que muchos de los sujetos se hacen pasivos (se jubilan). Al final las cuentas no cuadran y se producen grandes desequilibrios.
· Desde un punto de vista social el papel de las personas mayores ha cambiado en nuestra sociedad. Hasta hace pocos siglos, las personas mayores disfrutaban de un reconocimiento social y de un estatus protegido por la sociedad, siendo muy valorada la experiencia aportada por ellos.
Hoy en día, en un mundo rápidamente cambiante y donde los valores tácticos con frecuencia cobran prioridad sobre los estratégicos y donde lo práctico prima sobre lo ético, el papel y el reconocimiento de los mayores ha sido seriamente degradado y se ha visto menoscabado.
Por ello, envejecer es un proceso que trasciende a lo meramente personal, se trata de un proceso con múltiples variables: personales, profesionales, sociales y económicas.
Desde un punto de vista físico y psicológico, el proceso de envejecimiento dependerá en gran medida de aspectos hereditarios y también del tipo de vida que hayamos realizado y del que realicemos los años que nos quedan por vivir.
No es lo mismo una vida en la que se ha crecido con un equilibrio en la alimentación y en el estilo de vida, evitando factores de riesgo para la salud como el consumo de tabaco, el abuso de bebidas alcohólicas u otras sustancias perjudiciales para la salud, que una vida llena de excesos y desequilibrios.
Al llegar a cierta edad es recomendable ajustar ciertas costumbres y hábitos a las nuevas necesidades.
Por regla general, al entrar en años se consumen menos calorías, por lo que normalmente es recomendable a su vez, comer menor cantidad de alimento, y hacerlo de forma equilibrada, evitando el consumo de alimentos grasos y productos ricos en azúcar, como la bollería, dando mayor peso específico en la dieta a frutas y verduras y productos ricos en fibra.
Realizar ejercicio adecuado a las necesidades personales es igualmente recomendable, del mismo modo que mantenerse activo intelectualmente, para prevenir o ralentizar el deterioro de funciones cognitivas tan importantes como la memoria, la capacidad de atención o la concentración.
En situaciones especiales, particularmente en el caso de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, etc., será preciso realizar un esfuerzo más intenso en este plano, proporcionando al paciente rehabilitación física mediante fisioterapia, logopedia, rehabilitación neuropsicológica para el entrenamiento de las capacidades cognitivas y rehabilitación funcional para entrenar actividades como el vestido, contar monedas, atender el teléfono, etc.
En situaciones en las que la vida llega a su fin, deberá valorarse si en ese momento tan delicado deseamos permanecer rodeados de aparatos electrónicos, sometidos a procedimientos de reanimación o de exploración que en ocasiones resultan verdaderamente molestos e ineficaces o bien, preferimos asumir la situación y despedirnos de aquéllos a los que amamos en un entorno más humano, en nuestro propio hogar y bajo la supervisión de profesionales más cercanos a nuestras necesidades reales, como el médico de familia.
Desde un punto de vista social y económico es preciso devolver a los mayores el papel que les corresponde en la sociedad y que les ha sido arrebatado, algo que no se conseguirá si la sociedad no cambia algunos de sus principios actuales, dando mayor peso específico a aspectos estratégicos y dando prioridad a principios éticos sobre valores pragmáticos.
Por otro lado se debe facilitar que la pirámide poblacional sea equilibrada, evitando su envejecimiento, para lo cual habrá que adoptar medidas sociales para estimular, por ejemplo, la natalidad, dado que una sociedad envejecida no tiene futuro y no puede garantizar una vida digna a sus mayores, por falta de recursos económicos.
Por último, se debe continuar en la senda abierta de progresos en favor de la mujer, evitando su discriminación, y favoreciendo su equiparación al hombre en igualdad de condiciones en todos los aspectos, familiar, laboral y social, también en esta última fase de la vida.