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Aloe (aloe ferox)

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Partes usadas

Hojas.

Descripción

Es un herbáceo suculento perenne con numerosas rosetas basales. Las hojas son lanceoladas, carnosas, de borde espinoso y ápice puntiagudo, glaucas y a veces teñidas de rojo. Las inflorescencias son racimos con flores amarillas cilíndricas y colgantes. El zumo o acíbar se obtiene por incisión de las hojas. Es una masa amorfa, translúcida u opaca y de color pardo amarillento o pardo verdoso.

Composición

– Antraquinonas (8-10%). Geninas como aloínas A y B, 7-hidroxi-aloína, aloe-emodina.
– Cromonas. Aloe-resinas B, C y D.
– Flavonoides.

Acción y mecanismo

– Laxante (1). Es un laxante estimulante. El efecto laxante se manifiesta a las 8-12 horas después de su administración.
La acción tiene lugar en el colon. Aumenta la motilidad intestinal por acción directa sobre las terminaciones nerviosas por irritación de la mucosa o por actividad intraneural sobre el plexo nervioso. También incrementa la secreción de cloruro, disminuyendo la absorción de líquido y electrolitos. Se origina por tanto un incremento de agua y electrolitos en la luz colónica, lo que da lugar a un aumento de la presión en el intestino y por ello a una acción laxante. Por otra parte inhibe la actividad Na+/K+-ATPásica y provoca una disminución de la reabsorción de agua, sodio y cloro, así como un aumento de la secreción de potasio a nivel de la mucosa intestinal. También pueden estar implicados otros mecanismos como son la estimulación de la síntesis de prostaglandina E2 (PGE2), un mecanismo dependiente del calcio o una estimulación de receptores de histamina y serotonina.
– Antiinflamatorio de uso tópico exclusivo. El aloe administrado tópicamente inhibe la síntesis de prostaglandinas por inhibición de la ciclooxigenasa (COX).
– Cicatrizante. Se ha demostrado en ensayos in vitro que el aloe por vía tópica incrementa la producción de colágeno y su entrecruzamiento.

Farmacocinética

No hay datos disponibles sobre las propiedades farmacocinéticas obtenidos directamente a partir del aloe o de sus extractos. No obstante, se han realizado varios ensayos clínicos para evaluar la farmacocinética de los derivados antracénicos.
En un estudio en el que se empleó una mezcla de aloína y sus correspondientes 3-ramnósidos (aloinósidos A y B), realizado con personas, se administró por vía oral 16.4 mg de derivados hidroxiantracénicos durante 7 días, en los cuáles únicamente se detectaron niveles plasmáticos de aloe-emodina de forma esporádica y a concentraciones máximas de 2 ng/ml. En este mismo estudio se detectaron niveles plasmáticos de reína en el rango de 6-28 ng/ml. En los 7 días que duró el estudio, no hubo evidencia de acumulación de reína.
A partir de los datos obtenidos en estudios sobre humanos, se concluye que los antranoides absorbidos sistémicamente son parcialmente excretados en la orina en forma de reína o como conjugados, incluso en aquellos casos en los que la reína no está presente, como es el caso de la cáscara sagrada.
La metabolización sistémica de los antranoides libres depende de sus constituyentes aromáticos. En el caso del aloe-emodina, se ha demostrado en estudios con animales que se absorbe al menos del 20-25% de la dosis oral administrada. La biodisponibilidad de la aloe-emodina es mucho menor que la absorción porque es rápidamente oxidada a reína y a un metabolito no identificado.
Tras la administración oral de 10 mg/kg de emodina a conejos se observaron concentraciones séricas muy bajas (2.5 mcg/ml). La recuperación total de emodina y sus metabolitos en la orina fue del 19-29.8% en las 24 horas tras la administración de una única dosis en ratas debido a su pobre solubilidad en agua. En el mismo estudio se comprobó que la emodina se unía fuertemente (99.6%) a proteínas séricas.

Datos preclínicos de seguridad

No hay datos disponibles sobre la toxicidad del aloe. Los estudios realizados con aloína mostraron una baja toxicidad aguda y subcrónica en ratas y ratones. La administración de aloínas a dosis superiores a 60 mg/kg/día durante 20 semanas no mostraron toxicidad en ratones.
Igualmente, no se disponen de estudios específicos sobre la capacidad mutagénica del aloe. Los derivados de aloína del aloe sin embargo, no presentaron riesgo genotóxico. El aloe-emodina mostró resultados positivos y negativos in vitro, pero por el contrario fueron claramente negativos en ensayos in vivo. La emodina es mutagénica en el test de Ames.
Tampoco se disponen de estudios en los que se evalúe la carcinogenicidad del aloe o de las aloínas.

Indicaciones

Aprobadas por la Comisión E del Ministerio de Sanidad alemán:
– [ESTREÑIMIENTO].
Otras indicaciones:
Tradicionalmente se ha utilizado con fines purgantes para lograr [VACIADO GASTROINTESTINAL] previo a cirugía o colonoscopia o evacuaciones suaves en [FISURA ANAL], [HEMORROIDES] o tras [CIRUGIA RECTOANAL].
También se ha utilizado por vía tópica para el tratamiento de [CONJUNTIVITIS] o [DERMATITIS].

Posología

MODO DE ADMINISTRACIÓN:
Se usa la droga pulverizada, infusiones/decocciones, maceraciones, extractos secos o fluidos, elixires.
Se recomienda tomar este medicamento antes de acostarse.
DOSIFICACIÓN:
– Droga pulverizada: 0.05-0.20 g/24 horas.
– Aloínas: 20-30 mg/24 horas.

Contraindicaciones

– [OBSTRUCCION INTESTINAL], [OCLUSION INTESTINAL], [ESTENOSIS TRACTO DIGESTIVO], [ILEO PARALITICO], [ILEO ESPASTICO], [IMPACTACION FECAL]. Este medicamento podría producir o agravar una obstrucción intestinal debido a su efecto laxante.
– [COLITIS ULCEROSA], [ENFERMEDAD DE CROHN], [SINDROME DE INTESTINO IRRITABLE], [APENDICITIS]. Este medicamento podría producir un empeoramiento de estas patologías debido al efecto irritante de las antraquinonas sobre la mucosa intestinal.
– [DOLOR ABDOMINAL] de origen desconocido. Este medicamento podría enmascarar un cuadro más grave si se utiliza en caso de dolor abdominal de origen desconocido sin un diagnóstico preciso.

Precauciones

No se han descrito.

Advertencias/consejos

CONSEJOS AL PACIENTE:
– Advierta a su médico si está embarazada.
– Su uso continuado puede provocar habituamiento.
– No se recomienda el uso de este medicamento durante un periodo de más de 1 a 2 semanas debido a que puede producir dependencia y habituamiento y potenciar el estreñimiento ya que al producir la pérdida de potasio puede originar atonía intestinal.
– Si al cabo de este período de tiempo, los síntomas no mejoran, persisten o empeoran, se debe consultar al médico o farmacéutico.

Interacciones

– Antiarrítmicos tipo quinidina. Este medicamento puede potenciar la aparición de arritmias al administrarse junto con quinidina debido a la hipopotasemia que produce.
– Digitálicos. Este medicamento puede potenciar la toxicidad de los digitálicos debido a la pérdida de potasio.
– Diuréticos tiazídicos, corticoides, rizoma de regaliz. Estos medicamentos pueden potenciar la pérdida de potasio cuando se administra junto con heterósidos antraquinónicos.
– Estrógenos. Este medicamento puede disminuir los niveles séricos de estrógenos debido a una disminución en la absorción intestinal, por lo que van a antagonizar sus efectos.
– Indometacina. La indometacina disminuye la eficacia de este medicamento debido a una inhibición de la síntesis de prostaglandina E2 (PG-E2).

Embarazo

No se han realizado ensayos clínicos en seres humanos, por lo que el uso de este medicamento sólo se acepta en caso de ausencia de alternativas terapéuticas más seguras.

Lactancia

Se ignora si los componentes de este medicamento son excretados en cantidades significativas con la leche materna, y si ello pudiese afectar al niño. Se recomienda suspender la lactancia materna o evitar la administración de este medicamento.
Los heterósidos antraquinónicos podrían acceder a la leche materna y producir efectos laxantes en el lactante.

Niños

Este medicamento no debe usarse en niños menores de 2 años sin un diagnóstico preciso ya que podría enmascarar un cuadro más grave.
Por lo general, los laxantes también deben usarse con precaución en niños menores de 12 años. Debe realizarse un diagnóstico adecuado antes de usar este medicamento para evitar complicaciones de una enfermedad existente, como en caso de apendicitis, o la aparición de efectos secundarios más graves.

Ancianos

Por lo general, los laxantes deben usarse con precaución en ancianos debido a que pueden exacerbar estados de debilidad, hipotensión e incoordinación psicomotriz. Los ancianos deben comenzar el tratamiento con la mitad de la dosis normal.

Efectos sobre la conducción

No se han descrito.

Reacciones adversas

Se han descrito reacciones adversas:
– Digestivas. Comúnmente puede aparecer [ATONIA INTESTINAL], [DIARREA], [GASTRALGIA], [ESPASMO ABDOMINAL], [NAUSEAS], [VOMITOS], [COLICO FLATULENTO], [HEMORRAGIA DIGESTIVA].
– Respiratorias. Muy raramente puede producirse [RINITIS ALERGICA], [ASMA].
– Cardiovasculares. Muy raramente puede producir [ARRITMIA CARDIACA] o [TAQUICARDIA].
– Neurológicas/psicológicas. Es común la aparición de [DEPENDENCIA FISICA] con el uso continuado.
– Genitourinarias. Muy raramente puede aparecer [ALBUMINURIA], [HEMATURIA] o daño renal
– Endocrinas. Raramente se produce [HIPERALDOSTERONISMO] por la hiponatremia.
– Osteomusculares. Muy raramente puede aparecer [OSTEOPOROSIS] por pérdida de calcio y disminución de la absorción del mismo.
– Hidroelectrolíticas. Es común tras el uso continuado la aparición de [DESEQUILIBRIO ELECTROLITICO] con [HIPOPOTASEMIA], [HIPOCALCEMIA], [HIPOMAGNESEMIA] e [HIPONATREMIA].
– Generales. Debido al hiperaldosteronismo, puede generarse [EDEMA].
Además de estas reacciones adversas, se han recogido en la base de datos FEDRA (Farmacovigilancia Española, Datos de Reacciones Adversas) del Sistema Español de Farmacovigilancia, datos sobre posibles reacciones adversas (2):
– Hepáticas. Colestasis, aumento de gamma-glutamil-transpeptidasa (GGT), glutamato-oxalacetato-transaminasa (GOT) y glutamato-piruvato-transaminasa (GPT), hepatomegalia, hepatitis.
– Respiratorias. Disnea.
– Hematológicas. Púrpuras.
– Neurológicas/psicológicas. Agitación, convulsiones, ansiedad, delirio, espasmo, tetania.
– Oculares. Diplopía.
– Endocrinas. Hipertiroidismo.
– Alérgicas/dermatológicas. Eritema, formación de pústulas, prurito.
– Generales. Fiebre, edema cutáneo.

Sobredosis

En caso de sobredosis se produce un cuadro caracterizado por desequilibrio hidroelectrolítico con hiponatremia, hipopotasemia, hipocalcemia e hipomagnesemia, espasmos abdominales, diarrea.
Sin embargo, la probabilidad de intoxicación por el consumo de las infusiones es muy baja.
En caso de sobredosis o ingestión accidental, acudir a un centro médico o consultar al Servicio de Información Toxicológica, teléfono (91)-562.04.20, indicando el producto y la cantidad ingerida.

Referencias bibliográficas

1. PDR for Herbal Medicines. Medical Economics Company, Montvale. Second Edition. 2000; pp 16-20.
2. http://www.cfnavarra.es/bif/txt/14/141tabla5.html

Fecha de aprobación/revisión de la ficha

1ª Revisión. 2001.

Partes usadas

Las hojas y el acíbar, que es el zumo obtenido por incisión de las mismas.

Descripción

Bajo el término aloe se recogen varias especies, entre las que destacan el aloe del Cabo y el aloe de las Barbados. Son herbáceos perennes con un tronco leñoso del que salen multitud de rosetas de hojas. Las inflorescencias son racimos unidos al tallo por un largo pedúnculo. Se forma por flores colgantes amarillas o rojizas, con la corola cilíndrica y fusionada. El androceo supera al perianto. Los frutos son cápsulas triangulares.
– Aloe del Cabo (Aloe ferox). Es una especie mucho más grande que la de las Barbados, con un tronco que puede llegar a tener fácilmente un tamaño de 2-5 m de alto y 10-15 cm de diámetro. Las hojas son muy numerosas y ovalanceoladas, de 5-100 cm de largo y 5-15 cm de ancho en la base. Pueden aparecer hasta 5 inflorescencias con flores de color rojo escarlata.
– Aloe de las Barbados (Aloe vera, Aloe barbadensis, Aloe vulgaris). Tiene el tallo mucho más corto, y no suele superar el medio metro. Las hojas son de 35-60 cm de longitud y 6-7 cm de ancho en la base. Las inflorescencias son simples o pueden aparecer en 2 ramas, y tienen flores de color amarillento.
Las hojas son lanceoladas, glabras, carnosas, de borde espinoso y ápice puntiagudo, glaucas y a veces teñidas de rojo. Presentan una cutícula gruesa.
El zumo o acíbar se obtiene por incisión de las hojas. Es una masa amorfa, translúcida u opaca y de color variable según se trate del Aloe ferox (marrón oscuro con tonos verdosos) o del Aloe vera (de marrón amarillento a marrón oscuro). El acíbar es brillante.
El corte de la hoja es elíptico y alargado. Al microscopio se observa la epidermis, que tiene una capa de cutina muy gruesa y estomas en ambas caras. Bajo esta epidermis, y alrededor de toda la superficie de la hoja, se observa la presencia de un parénquima en empalizada rico en clorofila, almidón y rafidios, y paquetes de esclerénquima. La parte central delimitada por dicho parénquima, está constituido por un parénquima celulósico mucilaginoso, con numerosos rafidios de oxalato cálcico. Entre el límite de los dos parénquimas, se puede ver la presencia de una doble fila de vasos libero-leñosos. Cada fascículo se rodea de un endodermo y de periciclo.

Composición

– Antraquinonas (8-10%). Se puede observar la presencia de geninas libres en cantidades muy pequeñas (menores al 1%), sobre todo la aloe-emodina, también conocido como aloe-emodol, y el crisofanol. Predominan los heterósidos antraquinónicos, entre los que destacan las aloínas o barbaloínas A y B (15-20% en aloe del Cabo; 20-30% en la especie de las Barbados), ambos compuestos estereoisómeros del 10-glucosil-aloe-emodina. Aparecen otros compuestos como los aloinósidos A y B (ramnósidos de la aloína) en el aloe del Cabo, las 8-O-metil-7-hidroxi-aloínas A y B, o la isobarbaloína, específica del aloe de las Barbados.
– Resina (10-20%). La resina es frecuente sobre todo en el aloe del Cabo. Se forma por cromonas como aloesina, las aloerresinas B, C, D y especialmente E, el 8-C-glucosil-7-O-metil-alesol y glucósidos de estos compuestos esterificados con el ácido cinámico, p-cumárico o ferúlico. Aparecen otras cromonas no glucosiladas, como 7-hidroxi-2,5-dimetilcromona, furoaloesona y 2-acetonil-7-hidroxi-8-(2-furoilmetil)-7-hidroxi-5-metilcromona.
– Flavonoides.
– Sales minerales (1-2%).
– Aceite esencial (trazas). Contiene fundamentalmente una cromona, la aloesina, que le confiere a la planta un aroma característico.

Acción y mecanismo

– [LAXANTE]. El aloe se comporta como un laxante estimulante. Dichos efectos laxantes se manifiestan a las 6-12 horas después de su administración. La intensidad de las acciones depende de las dosis administradas. Así, es laxante a dosis de 100 mg, mientras que a dosis de 200-500 mg llega a ser purgante.
Los efectos laxantes son debidos a los heterósidos antraquinónicos, si bien estos compuestos inactivos, necesitan hidrolizarse en el intestino por la flora microbiana, dando lugar a la antrona activa, la aloe-emodina-9-antrona.
La acción tiene lugar en el colon. Aumenta la motilidad intestinal por acción directa sobre las terminaciones nerviosas por irritación de la mucosa o por actividad intraneural sobre el plexo nervioso. También incrementa la secreción de cloruro, disminuyendo la absorción de líquido y electrolitos. Se origina por tanto un incremento de agua y electrolitos en la luz colónica, lo que da lugar a un aumento de la presión en el intestino y por ello a una acción laxante. Por otra parte inhibe la actividad Na+/K+-ATPásica y provoca una disminución de la reabsorción de agua, sodio y cloro, así como un aumento de la secreción de potasio a nivel de la mucosa intestinal. También pueden estar implicados otros mecanismos como son la estimulación de la síntesis de prostaglandina E2 (PGE2), un mecanismo dependiente del calcio o una estimulación de receptores de histamina y serotonina.
Los efectos laxantes del aloe se han descrito como más potentes que los del sen o la cáscara sagrada.
– [COLAGOGO/COLERETICO]. A dosis muy bajas (10-50 mg) se comporta como estimulante de las secreciones biliares.

Indicaciones

– Indicaciones bien establecidas:
* Estreñimiento. Tratamiento sintomático y a corto plazo del estreñimiento ocasional.
– Indicaciones tradicionales: No se han establecido.

Posología

DOSIFICACIÓN:
– Adultos, oral: La dosis debe ser la mínima necesaria para producir la evacuación, sin esfuerzos, de las heces. Normalmente se precisa una dosis equivalente a 10-30 mg de heterósidos antraquinónicos al día, expresados en aloína. La cantidad máxima diaria de heterósidos antraquinónicos es de 30 mg/día. Suele ser suficiente con administrar esta dosis 2-3 veces a la semana para conseguir un efecto clínico significativo.
– Niños, oral:
* Niños de 12 años o mayores: Se recomienda la misma dosis que en adultos.
* Niños menores de 12 años: No se ha evaluado la seguridad y eficacia en niños menores de 12 años.
– Ancianos, oral: Podría ser recomendable que los pacientes mayores de 65 años comenzasen el tratamiento con la mitad de la dosis del adulto, y fueran incrementando esta dosis en función de la respuesta clínica al tratamiento, así como de su tolerabilidad.
Se recomienda evitar tratamientos de más de 1-2 semanas de duración, salvo recomendación médica. En caso de que los síntomas continuasen o empeorasen tras 3-4 días de tratamiento, se aconseja consultar al médico.
NORMAS PARA LA CORRECTA ADMINISTRACIÓN:
Se recomienda tomar el aloe antes de acostarse para que sus efectos aparezcan a primera hora de la mañana. En ciertos pacientes podría ser necesaria una segunda dosis, que se administrará a primera hora de la mañana.
Los pacientes deberán ingerir una cantidad adecuada de agua (unos dos litros diarios) durante el tratamiento con aloe, para mejorar los efectos laxantes y para prevenir la aparición de una deshidratación.

Contraindicaciones

– Hipersensibilidad al aloe.
– Obstrucción intestinal. Se recomienda evitar la utilización de laxantes como el aloe en pacientes en los que el tránsito intestinal se encuentre dificultado o impedido, así como en aquellos con apendicitis, en los que una estimulación del tránsito intestinal podría ser peligrosa.
– Enfermedades intestinales inflamatorias crónicas, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn. El aloe ejerce unos intensos efectos irritantes sobre la mucosa intestinal, lo que podría precipitar una crisis de esta enfermedad.
– Hemorroides. Los heterósidos antraquinónicos podrían aumentar el sangrado hemorroidal y empeorar la sintomatología de las hemorroides, por lo que se aconsejan no utilizar.
– Deshidratación. Se recomienda evitar la utilización de laxantes estimulantes en pacientes con deshidratación o con desequilibrios electrolíticos como hiponatremia o hipopotasemia, ya que el aloe podría agravar el estado del paciente.
Lógicamente, el aloe no debe ser empleado en pacientes con diarrea.
– Síntomas gastrointestinales inespecíficos. Los efectos laxantes del aloe podrían enmascarar enfermedades graves, como obstrucciones intestinales, apendicitis o incluso cáncer de colon. Se recomienda que los pacientes en los que aparezca frecuentemente dolor abdominal de origen desconocido, así como náuseas o vómitos, eviten la utilización de cualquier especie laxante, y acudan a su médico para que se realice un diagnóstico preciso.

Precauciones

– Insuficiencia renal. Los pacientes con insuficiencia renal deberían extremar las precauciones, debido al mayor riesgo de desequilibrio hidroelectrolítico que podrían tener.
– Prevención de la deshidratación. Se recomienda que los pacientes ingieran una cantidad diaria adecuada de agua y electrolitos cuando empleen este medicamento, para evitar la posible deshidratación. En caso de que el paciente notase la presencia de mareo, sed intensa, cansancio o debilidad muscular, es aconsejable que suspenda el tratamiento y acuda al médico.
– Abuso. La utilización de laxantes se ha relacionado con la aparición de dependencia a sus efectos, agravamiento del estreñimiento como consecuencia de la pérdida de electrolitos y casos de abuso. Se recomienda evitar tratamientos prolongados de más de 1-2 semanas. Si el paciente necesitase un uso casi diario de los laxantes, se aconseja investigar la causa de su estreñimiento.

Advertencias/consejos

CONSEJOS AL PACIENTE:
– La utilización de medicamentos laxantes no debe constituir una alternativa a otras medidas higiénico-dietéticas para prevenir el estreñimiento, tales como el consumo diario de una cantidad adecuada de fibra, junto con la ingestión de abundantes líquidos, así como la realización de ejercicio físico o el tener unos hábitos como procurar tener una hora fija para acudir al baño.
– El aloe no está indicado para el tratamiento del estreñimiento a largo plazo. No se aconseja seguir tratamientos continuados durante más de 1-2 semanas.
– En caso de persistir o empeorar los síntomas durante tras 3-4 días de tratamiento, se aconseja consultar al médico o farmacéutico.
– El uso continuado puede dar lugar a dependencia y empeoramiento el estreñimiento.
– No se recomienda utilizar medicamentos laxantes en caso de dolor abdominal de origen desconocido, náuseas o vómitos.
– Ya que los efectos del aloe tardan en aparecer unas 6-12 horas se aconseja administrarlo en una única toma, por la noche. Si se necesita una segunda dosis, se administrará por la mañana.
– Las personas mayores de 65 años son más sensibles a las reacciones adversas del aloe, por lo que se recomienda iniciar el tratamiento con la mitad de la dosis de pacientes más jóvenes.
– Se recomienda ingerir una cantidad adecuada de agua (unos dos litros diarios) durante el tratamiento con aloe, para mejorar los efectos laxantes y prevenir la deshidratación.
– Se aconseja avisar al médico si aparecen heces con sangre, así como dolor abdominal de origen desconocido, mareo, sed intensa, cansancio o dolor muscular.
– Es normal la aparición de una coloración amarillenta o parduzca de la orina, que no tiene importancia.
CONSIDERACIONES ESPECIALES:
– Antes de prescribir un laxante a un paciente con dolor abdominal de origen desconocido, se aconseja descartar otras patologías graves.
– Antes de iniciar un tratamiento, el paciente debe estar correctamente hidratado y sus niveles de electrolitos ser normales. No se debe iniciar un tratamiento si dichos niveles pudieran estar alterados.
– Los pacientes ancianos o debilitados son más propensos a las reacciones adversas de los laxantes.
– Se recomienda investigar la causa del estreñimiento en pacientes que necesiten un uso diario del laxante.

Interacciones

De forma general se debe tener en cuenta que la aceleración del tránsito intestinal podría traer aparejada una reducción de la absorción de cualquier medicamento que se administre por vía oral. Además, podrían aparecer las siguientes interacciones:
– Digoxina. En casos excepcionales, normalmente tras un uso prolongado a altas dosis, el paciente podría desarrollar diarrea intensa, con el consiguiente riesgo de deshidratación e hipopotasemia. La hipopotasemia podría aumentar la toxicidad por digoxina. Se recomienda por lo tanto que los pacientes tratados con digoxina ingieran una adecuada cantidad de agua y electrolitos al utilizar el aloe, y que acudan al médico si observasen síntomas de posible deshidratación (mareo, sed intensa, cansancio o dolor muscular).
– Fármacos hipokalemiantes (ACTH, agonistas beta-adrenérgicos, amfotericina B, corticoides, diuréticos tiazídicos o del asa, regaliz). Existe un mayor riesgo de que aparezca hipopotasemia. Se recomienda una ingesta diaria adecuada de agua y electrolitos y evitar tratamientos prolongados con aloe de más de una semana.
– Indometacina. La indometacina podría reducir los efectos del aloe como consecuencia de la inhibición de prostaglandina E2, aunque se desconoce el papel que tiene este autacoide en los efectos farmacológicos del aloe.
– Prolongadores del intervalo QT (antagonistas 5-HT3, antiarrítmicos de clase Ia y III, antidepresivos a altas dosis, ciertos antihistamínicos H1, antipalúdicos, trióxido de arsénico, formoterol, contrastes de gadolinio, ivabradina, levacetilmetadol, levosimendan, macrólidos, neurolépticos, pentamidina, algunas fluoroquinolonas, dasatinib, sunitinib, suxametonio, tacrolimús, vardenafilo). La hipopotasemia podría incrementar el riesgo de prolongación del intervalo QT y la aparición de arritmias cardiacas ventriculares graves como la torsade de pointes. Se aconseja extremar las precauciones en estos pacientes, controlando la kalemia y corrigiéndola en caso de hipopotasemia.

Embarazo

La administración a ratas preñadas de extractos de aloe a dosis de hasta 1000 mg/kg, o de aloína A a dosis de hasta 200 mg/kg, no dio lugar a efectos embriotóxicos o teratógenos.
No se dispone de estudios adecuados y bien controlados en humanos que permitan conocer su eficacia y seguridad durante el embarazo, si bien no hay notificaciones de reacciones adversas para el feto. Algunos heterósidos antraquinónicos, tales como emodina y aloe-emodina se han asociado con efectos genotóxicos y oxitócicos. Se recomienda por lo tanto evitar la utilización del aloe, salvo que no existiendo alternativas terapéuticas más seguras, los beneficios superen los posibles riesgos.

Lactancia

Se desconoce si los componentes del aloe pueden excretarse con la leche materna, y sus posibles consecuencias para el lactante. Algunos heterósidos antraquinónicos, como la reína se excretan con la leche en pequeñas cantidades, si bien no se han descrito efectos secundarios en el lactante. Ante el riesgo de que aparezcan efectos laxantes en el niño, se recomienda evitar la utilización del aloe o suspender la lactancia materna.

Niños

No se ha evaluado la seguridad y eficacia del aloe en niños menores de 12 años, por lo que no se recomienda su utilización. En general, la utilización de laxantes en estos niños debería llevarse a cabo con extrema precaución, ya que en muchas ocasiones los niños no son capaces de describir sus síntomas con claridad. Se recomienda por lo tanto utilizar el aloe sólo si fuera estrictamente necesario y bajo prescripción médica, y tras haber descartado la presencia de enfermedades más graves.

Ancianos

Por lo general, los laxantes deben usarse con precaución en ancianos debido a que podrían producir una pérdida excesiva de líquidos y electrolitos, y exacerbar estados de debilidad, hipotensión e incoordinación psicomotriz, con el consiguiente riesgo de caídas y fracturas. Se recomienda que los ancianos comiencen el tratamiento con la mitad de la dosis recomendada en adultos. Esta dosis podría ser posteriormente incrementada en función de la respuesta clínica y de la tolerabilidad del tratamiento.

Reacciones adversas

Las reacciones adversas del aloe son moderadamente frecuentes, aunque no muy graves. Predominan las reacciones adversas gastrointestinales. Las reacciones adversas comunicadas hasta ahora son:
– Digestivas. Es normal la presencia de diarrea, que suele ir acompañada de espasmos abdominales dolorosos. Más raramente podría producirse náuseas y vómitos, cólicos flatulentos y melena. Tras la utilización continuada del aloe, se podría producir atonía intestinal como consecuencia de la hipopotasemia, y agravamiento del estreñimiento. Los efectos secundarios intestinales del aloe suelen responder bien a una reducción de la posología.
En algunos pacientes, el empleo continuado podría producir la pseudomelanosis coli, una pigmentación de la mucosa intestinal que suele desaparecer al suspender el tratamiento.
– Hepáticas. Se han comunicado aumentos transitorios de los niveles de transaminasas, y en muy raras ocasiones hepatitis y hepatomegalia, aunque no se ha podido establecer una relación de causalidad con el aloe.
– Cardiovasculares. En ocasiones puntuales, asociadas a la utilización a altas dosis y durante largos períodos de tiempo, podría aparecer arritmias cardíacas como taquicardia.
– Neurológicas/psicológicas. Es muy común que tras utilizar un tiempo el aloe se produzca dependencia psicológica, que es agravada a la larga por la dependencia física como consecuencia de la atonía intestinal. También existen notificaciones de nerviosismo, convulsiones y ansiedad, pero no se ha podido demostrar que sean debidas al aloe.
– Respiratorias. Se han descrito casos de disnea, aunque no se ha podido establecer una relación de causalidad con el aloe.
– Genitourinarias. Es normal que aparezca un oscurecimiento de la orina, tomando un color de amarillento a marrón anaranjado en función del pH urinario. Este oscurecimiento no es patológico, y se debe a la eliminación de determinados heterósidos antraquinónicos con la orina. Se han descrito casos puntuales de daño renal con albuminuria y hematuria.
– Alérgicas/dermatológicas. Raramente han aparecido reacciones de hipersensibilidad con rinitis alérgica, dermatitis o broncoespasmo. También notificaciones de eritema, prurito y erupciones cutáneas con formación de pústulas, aunque en este caso no se pudo establecer la causa de las mismas.
– Oculares. Se han registrado casos de diplopías entre pacientes que usaron aloe, aunque no se pudo relacionar con su utilización.
– Hidroelectrolíticas. En raras ocasiones, normalmente tras la utilización inadecuada a altas dosis o en pacientes predispuestos, puede aparecer deshidratación y disminución de los niveles de electrolitos, con casos puntuales de hipopotasemia e hiponatremia sintomática.
– Hematológicas. Existen comunicaciones de púrpuras, aunque no se sabe si se deben al aloe.
– Generales. Se han descrito casos de fiebre y edema cutáneo, aunque no se pudo esclarecer la causa.

Sobredosis

Síntomas: En caso de sobredosis podría aparecer una diarrea profusa y dolorosa, acompañada de espasmos abdominales intensos, con el consiguiente riesgo de deshidratación y aparición de desequilibrio hidroelectrolítico (hipopotasemia, hiponatremia, hipocalcemia o hipomagnesemia). La hipopotasemia podría dar lugar a arritmias cardiacas y debilidad muscular, especialmente si el paciente está en tratamiento con otros fármacos hipokalemiantes.
Tratamiento: En caso de intoxicación, se procederá a instaurar un tratamiento sintomático. Si el paciente mostrara síntomas de deshidratación, se procederá a administrar soluciones de rehidratación oral. En casos de deshidratación grave, como en niños, ancianos o personas con salud debilitada (pacientes con enfermedades crónicas, inmunodeprimidos o personas con SIDA), se procederá a ingresar al paciente, administrándole soluciones de suero salino al 0,9%, junto con los suplementos minerales que fueran necesarios.
En caso de sobredosis o ingestión accidental, acudir a un centro médico o consultar al Servicio de Información Toxicológica, indicando el producto y la cantidad ingerida.

Fecha de aprobación/revisión de la ficha

Mayo, 2008.

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23 Jun 2009
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