Apidra optiset 100 u/ml 5 plumas precargadas 3 ml
Acción y mecanismo
– [HIPOGLUCEMIANTE], [HORMONA PANCREATICA], [PEPTIDO (GRUPO)]. La insulina glulisina es un análogo de insulina de acción rápida, producida mediante tecnología de ADN recombinante. La insulina glulisina se diferencia de la insulina humana en la sustitución del aminoácido asparragina en posición B3 por lisina, y de la lisina en posición B29 por ácido glutámico, modificando su farmacocinética, pero no sus propiedades farmacodinámicas.
Al igual que la insulina humana, se une a receptores específicos presentes en tejidos sensibles a la insulina, como hígado, tejido adiposo y músculo fundamentalmente. Esta unión afecta al metabolismo de glúcidos, pero también de proteínas y lípidos.
* Glúcidos. Disminuye la glucemia sanguínea, favoreciendo la captación de la glucosa y su utilización, bien por glucolisis o por estimulación de la glucogenosíntesis. Inhibe la gluconeogénesis hepática.
* Lípidos. Disminuye la movilización de lípidos por inhibición de la lipasa del adipocito. Favorece el transporte de los glúcidos y su acumulación en el tejido adiposo, al estimular a la lipoproteín-lipasa. Al aumentar los niveles de ácidos grasos y glicerol en el adipocito, estimula el depósito de triglicéridos. Inhibe además la beta-oxidación.
* Proteínas. Favorece la captación de aminoácidos y la síntesis de proteínas.
La insulina glulisina presenta la misma potencia que la insulina regular, pero tiene unos efectos más rápidos y menos duraderos.
Farmacocinética
Vía subcutánea:
– Absorción: La insulina glulisina presenta una absorción más rápida que la insulina humana. Tiene una biodisponibilidad del 70%. Tras la administración de una dosis subcutánea de 0,15 U/kg, se alcanzó una Cmax de 82±1,3 mcU/ml al cabo de 55 minutos. Los efectos aparecen aproximadamente a los 20 minutos. El tiempo medio de permanencia fue de 98 minutos.
– Distribución: La insulina glulisina se distribuye ampliamente en fluidos extracelulares, con un Vd de 131 litros.
– Eliminación: La insulina glulisina se elimina más rápidamente que la insulina humana, con una semivida aparente de eliminación de 37-75 minutos.
Farmacocinética en situaciones especiales:
– Niños y adolescentes de 7-16 años: La absorción de la insulina glulisina es también rápida, similar a la de adultos.
– Insuficiencia renal: En varios estudios con pacientes con diferentes grados de funcionalidad renal se ha podido comprobar que los rápidos efectos de la insulina glulisina se mantenían invariables. Sin embargo, las necesidades de insulina podrían verse reducidas en pacientes con insuficiencia renal.
Indicaciones
– [DIABETES]. Tratamiento de pacientes adultos, adolescentes y niños a partir de los 6 años con [DIABETES MELLITUS TIPO 1] o [DIABETES MELLITUS TIPO 2].
Posología
DOSIFICACIÓN:
– Adultos, niños, parenteral: Las dosis deben ser determinadas por el médico según los requerimientos del paciente.
Puede ser necesario reajustar la posología si el paciente modifica su ejercicio físico o si cambia su dieta habitual. El ejercicio físico realizado inmediatamente después de la comida puede aumentar el riesgo de hipoglucemia.
La insulina glulisina debe utilizarse en regímenes que incluyan una insulina de acción prolongada o intermedia, o un análogo de insulina basal, y puede utilizarse con agentes hipoglucemiantes orales. No obstante, se recomienda evitar la mezcla en la misma jeringa con otras preparaciones que no sean insulina isofónica NPH
Todas las insulinas presentan una gran variabilidad inter e intraindividual. La potencia de sus efectos y su duración dependen de factores como el lugar de la inyección, la perfusión sanguínea, la temperatura o el ejercicio físico.
– Niños menores de 6 años, parenteral: No se ha evaluado la seguridad y eficacia de la insulina glulisina en este grupo de edad, por lo que no se recomienda su utilización.
Posología en situaciones especiales:
– Insuficiencia renal: Las necesidades de insulina podrían estar reducidas.
– Insuficiencia hepática: Las necesidades de insulina podrían estar reducidas debido a la reducida capacidad para la gluconeogénesis y el reducido metabolismo de la insulina.
NORMAS PARA LA CORRECTA ADMINISTRACIÓN:
Antes de utilizar la insulina glulisina por primera vez, el paciente deberá conocer a la perfección la técnica de preparación de la dosis, así como de administración (Véase Instrucciones de uso/manipulación/eliminación).
La insulina glulisina se debe administrar a la hora de las comidas, como máximo 10-15 minutos antes o después de las mismas. Se debe administrar la insulina glulisina mediante inyección subcutánea en un pliegue cutáneo de la pared abdominal, muslo o región deltoidea. La administración en un pliegue de piel minimiza el riesgo de inyección intramuscular. Al administrar en el abdomen, se consigue una absorción más rápida, mientras que la administración en el muslo produce una absorción más lenta pero menos variable. Para evitar la aparición de lipodistrofia en el lugar de administración, se aconseja ir alternando las zonas de administración de forma que un mismo lugar de inyección no se utilice más de una vez al mes.
La insulina glulisina es compatible con bombas de infusión de insulina para realizar una perfusión subcutánea continua de insulina. En este caso, la insulina glulisina no debe mezclarse con otras insulinas dentro de la bomba. Los pacientes deben ser instruidos en el uso de la bomba de infusión y utilizar el depósito y el catéter correcto para la bomba. El equipo de perfusión (catéter y aguja) debe ser cambiado de acuerdo con las instrucciones suministradas en el prospecto que acompañe al equipo de perfusión. Además, los pacientes deberán disponer de una insulina alternativa por si fallase la bomba.
Si fuese necesario, y en condiciones determinadas, la insulina glulisina puede ser administrada mediante inyección intravenosa por un profesional sanitario.
Antes de administrar la insulina glulisina, deben lavarse las manos y limpiar la zona de administración con alcohol. A continuación se pellizcará un pliegue de piel y se inyectará la insulina glulisina siguiendo las recomendaciones del fabricante. Una vez inyectada, se retirará la aguja y se masajeará suavemente la zona de administración durante varios segundos.
Debido a que el inicio de sus efectos es muy rápido y son poco duraderos, es muy importante comer alimentos ricos en carbohidratos inmediatamente después de su administración, para evitar una hipoglucemia.
Si la solución no está clara, se deben desechar los preparados de insulina.
Contraindicaciones
– Hipersensibilidad a cualquier componente del medicamento. Puede darse el caso de un paciente alérgico a la insulina, en el que no exista una preparación insulínica alternativa bien tolerada y que no pueda prescindir de la administración de la insulina. En estos casos, se administrará la insulina vigilando estrechamente al paciente, y administrando un tratamiento antialérgico concomitante.
Pueden existir reacciones cruzadas entre insulinas de origen animal e insulina humana. En pacientes que cambien de insulina animal a insulina humana se recomienda que se sometan a pruebas cutáneas intradérmicas antes del cambio.
– [HIPOGLUCEMIA]. La insulina no debe administrarse en caso de hipoglucemia manifiesta o inminente.
Precauciones
– Aparición de hipoglucemia. La hipoglucemia es la reacción adversa más común y potencialmente más grave de los pacientes tratados con insulinas o antidiabéticos. Esta hipoglucemia tiene lugar cuando el aporte de insulina es superior a las necesidades del individuo. Por lo tanto, se recomienda que el paciente no cambie sus hábitos dietéticos (saltándose una comida) ni haga ejercicio más intenso de lo planeado.
De igual manera, hay que tener en cuenta que ciertas situaciones emocionales, de estrés o patológicas, como en caso de [INSUFICIENCIA RENAL], [INSUFICIENCIA HEPATICA], [ENFERMEDAD DE ADDISON], [HIPOPITUITARISMO], [HIPOTIROIDISMO] o en pacientes debilitados o desnutridos, se pueden reducir las necesidades de insulina, por lo que el riesgo de hipoglucemia es mayor. Se aconseja controlar aún más frecuentemente los niveles de glucemia en estos pacientes.
El paciente debe ser instruido adecuadamente de forma que sea capaz de reconocer rápidamente los síntomas de hipoglucemia (sudoración fría, piel pálida y fría, nerviosismo y ansiedad, temblores de manos, somnolencia, confusión y dificultad para concentrarse, cefalea, alteraciones visuales con cambios en los colores, palpitaciones, náuseas y un hambre excesiva).
No obstante, los pacientes diabéticos correctamente controlados con insulina pueden experimentar cambios en los síntomas usuales de aviso de una hipoglucemia, sobre todo en aquellos pacientes que cumplan uno de los siguientes puntos:
* Pacientes con glucemia bien controlada.
* Pacientes en los que el desarrollo de la hipoglucemia se produzca gradualmente.
* Pacientes de edad avanzada.
* Pacientes que cambien de insulina de origen animal a insulina de origen humano.
* Pacientes con neuropatía autónoma.
* Pacientes con historial largo de diabetes.
* Pacientes con enfermedades psiquiátricas.
* Pacientes que reciban tratamiento simultáneo con determinados medicamentos.
El cambio de los síntomas puede ocasionar una hipoglucemia grave con pérdida del conocimiento antes de que el paciente sea consciente de esta situación.
En caso de aparecer hipoglucemia leve, ésta suele corregirse mediante la administración de glúcidos, por lo que se recomienda al paciente que lleve siempre consigo un aporte de glucosa.
– En pacientes en los que exista [ESTENOSIS CORONARIA] o de los vasos cerebrales, o [RETINOPATIA] proliferativa, especialmente en aquellos que no hayan sido tratados con láser, se recomienda un control riguroso de la glucemia debido a que la hipoglucemia puede dar lugar a complicaciones cardiacas, cerebrales o amaurosis.
– Efecto de Somogyi. Se ha postulado la posible aparición de un efecto de Somogyi, que cursa con una hiperglucemia de rebote tras una hipoglucemia, en pacientes tratados con altas dosis de insulina, sobre todo en pacientes con diabetes mellitus tipo I. El efecto podría deberse a la estimulación de la liberación de hormonas y neurotransmisores antagonistas de la insulina, como las catecolaminas, la hormona de crecimiento, el glucagón o los corticoides. Sin embargo, existen grandes dudas acerca de este efecto, ya que en muchas ocasiones no se ha podido reproducir en ensayos con humanos.
– Alteraciones en las necesidades de insulina. Ante un cambio en el tipo de insulina administrada (origen, tipo, método de obtención, fabricante) o ante variaciones en el tipo de vida, dieta o ejercicio, puede obligar a un reajuste de la dosis.
– Resistencia a la acción de la insulina. En ocasiones se han descrito casos de pacientes con resistencia a la acción de la insulina, debido en muchas ocasiones a la formación de anticuerpos anti-insulina. Existe por tanto un riesgo de hiperglucemia. Esta resistencia es especialmente frecuente en pacientes obesos, con acantosis nigricans, cetoacidosis, endocrinopatías o defecto en el receptor insulínico. Se recomienda por tanto vigilar periódicamente la glucemia y la hemoglobina glucosilada. En caso de resistencia a la acción de la insulina se puede sustituir la insulina, administrar corticoides o combinar con antidiabéticos orales como las sulfonilureas.
Advertencias/consejos
CONSEJOS AL PACIENTE:
– Los pacientes deben continuar con su dieta habitual, con una distribución regular de la ingesta de glúcidos.
– Se aconseja realizar ejercicio de forma moderada pero frecuente.
– El paciente debe ser instruido acerca del modo de preparar la dosis correcta de insulina glulisina y de la forma de inyección antes de administrarse la insulina glulisina por primera vez.
– Si se usa una bomba de perfusión subcutánea continua de insulina, se debe instruir al paciente acerca del manejo de la bomba y de su mantenimiento. Los pacientes deberán tener otra insulina alternativa a mano por si la bomba fallase.
– Se aconseja ir cambiando los puntos de inyección tras cada administración.
– Se aconseja tener una higiene personal adecuada, sobre todo de los pies, para evitar la aparición de ulceraciones.
– Se debe acudir al médico si el paciente presenta frecuentemente síntomas de hiperglucemia (visión borrosa, cansancio, exceso de orina, náuseas) o de hipoglucemia (sudoración, nerviosismo, hambre, palpitaciones, alteraciones visuales).
– Si se apreciasen síntomas de hipoglucemia, se aconseja administrar alimentos ricos en glucosa por vía oral. Por ese motivo, el paciente deberá llevar siempre encima una fuente de glucosa (sobres de azúcar, caramelos con azúcar). Los caramelos sin azúcar no son útiles en caso de hipoglucemia, a pesar de su sabor dulce.
– Los síntomas de hipoglucemia pueden ser menos intensos en ciertos pacientes.
– Pueden producirse trastornos de la visión al iniciar el tratamiento. No se deben sustituir las gafas del paciente, si éste las tuviera, hasta que se estabilicen los niveles de glucemia.
– Se debe informar al médico en caso de que el paciente inicie o finalice un tratamiento con cualquier otro fármaco.
– En caso de que un médico distinto al habitual trate al paciente, se recomienda hacerle saber la condición de diabético del paciente y su tratamiento actual.
– La insulina glulisina debe conservarse en frigorífico a una temperatura de entre 2-8 ºC. Si no se puede refrigerar, se puede conservar a temperaturas inferiores a 30 ºC y protegidas de la luz por un período de 28 días.
– Se debe desechar el medicamento si la solución no está clara.
CONSIDERACIONES ESPECIALES:
– Se deben controlar periódicamente los niveles de glucemia y de hemoglobina glicosilada para determinar la eficacia del tratamiento y su posible interacción con otros tratamientos del paciente.
– Si el control de la glucemia no es óptimo o si el paciente muestra tendencia a episodios de hiperglucemia o hipoglucemia, antes de considerar el ajuste de la dosis de insulina glulisina es esencial revisar los puntos y las técnicas de inyección, el manejo y el funcionamiento de los dispositivos de inyección así como los hábitos dietéticos y demás factores que pueden aumentar la tendencia a la hiperglucemia (fiebre elevada, traumatismo grave, hipertiroidismo, cirugía mayor) o hipoglucemia (ejercicio intenso, insuficiencia renal y/o hepática o hipotiroidismo).
– Si apareciese hipoglucemia, se reajustará la posología de la insulina glulisina y se vigilará la glucemia.
– Si se sospecha un coma hipoglucémico, deberá tratarse de inmediato con 1 mg de glucagón parenteral. Si no se pudiese administrar glucagón o no fuese efectivo, se inyectarán 50-100 ml de glucosa al 50%, seguida de infusión de glucosa al 10-15%, manteniendo los niveles de glucosa por encima de 100 mg/dl.
– Se debe vigilar la aparición de posibles signos de lipoatrofia, lipodistrofia o reacciones alérgicas.
Interacciones
Aunque no se han realizado estudios de interacciones con insulina glulisina, multitud de fármacos podrían aumentar o disminuir sus efectos, al igual que los de otras insulinas, dando lugar respectivamente a hipoglucemia o hiperglucemia. Se aconseja por lo tanto monitorizar frecuentemente la glucemia. Siempre que aparezca pérdida del control de la glucemia, se deben estudiar otros tratamientos que esté recibiendo el paciente. En caso de interacción, se recomienda reajustar la dosis de insulina si fuera necesario.
– Ácido acetilsalicílico. Hay estudios en los que se ha registrado un descenso de los niveles plasmáticos de glucosa cuando se utiliza AAS a dosis mayores que como analgésico, con posible adición de sus efectos hipoglucemiantes.
– Alcohol etílico. Se ha comprobado que el alcohol podría potenciar la acción y/o toxicidad de la insulina, con presencia de hipoglucemia.
– Amitriptilina. Hay un estudio en el que se ha registrado posible potenciación de la toxicidad, con hipoglucemia. No se conoce el mecanismo.
– Anabolizantes hormonales. En ensayos clínicos se ha podido comprobar que los anabolizantes podrían potenciar el efecto hipoglucemiante de la insulina, por posible incremento de la actividad metabólica y del consumo de glucosa. Esta interacción puede ser especialmente grave en personas con poca musculatura.
– Antagonistas del calcio (diltiazem, nifedipino). Se han descrito casos de pacientes diabéticos en tratamiento con antagonistas de calcio que requerían dosis de insulina hasta un 25% superiores. Se desconoce el mecanismo, pero podría deberse a una menor liberación de la insulina al disminuir la entrada intracitoplasmática de calcio.
– Antidiabéticos orales (sulfonilureas, metformina, acarbosa). La administración conjunta de antidiabéticos orales con insulina podría potenciar los efectos.
– Anticonceptivos orales. Se han dado casos de hiperglucemia en pacientes tratadas con anticonceptivos orales e insulina. En algunas ocasiones, sobre todo al inicio del tratamiento, puede potenciarse la hipoglucemia. Esta interacción es especialmente importante para anticonceptivos con alto contenido estrogénico, aunque su mecanismo es desconocido.
– Azúcares (glucosa, fructosa, sacarosa). La administración de glucosa o azúcares susceptibles de ser transformados metabólicamente en glucosa, a pacientes tratados con insulina podría dar lugar a una reducción del efecto de esta.
– Beta-bloqueantes (acebutolol, metoprolol, oxprenolol, propranolol, timolol). Se han descrito casos clínicos de posible pérdida del control de la glucemia, bien con hipoglucemia o con hiperglucemia. El efecto podría deberse a la interferencia con el mecanismo regulador de la glucemia mediado por catecolaminas y por la inhibición de la glucogenolisis estimulada por la hipoglucemia. También se han descrito casos de hipertensión arterial, debido a la estimulación de la liberación de catecolaminas asociada a la hipoglucemia inducida por insulina. Se aconseja por lo tanto evitar la asociación, y si fuera imprescindible, vigilar la glucemia y controlar la presión arterial, o utilizar un beta-bloqueante cardioselectivo.
– Ciclofosfamida. Hay algún estudio en el que se ha registrado posible pérdida del control de la glucemia. No se conoce el mecanismo.
– Clonidina. Se han producido casos de hiperglucemia al combinar clonidina e insulina, probablemente por la inhibición de la liberación de insulina por parte de la clonidina.
– Corticosteroides. Existen multitud de casos clínicos que han mostrado efectos hiperglucemiantes para los corticoides. El efecto podría deberse al aumento de la glucogénesis hepática, disminución de la utilización periférica de la glucosa y alteración de los niveles de actividad de los enzimas implicados en el metabolismo de los carbohidratos.
– Derivados de somatostatina (lanreótido, octreótido). Se han descrito casos de potenciación de los efectos de la insulina debidos probablemente a la inhibición de los efectos del glucagón y de la GH, y a la inhibición de la absorción de glúcidos en el intestino.
– Diazóxido. El diazóxido ha dado lugar en ocasiones a fenómenos de hiperglucemia, debido quizás a la inhibición de la secreción de insulina y a la estimulación de la glucogenolisis. Además, algunos antidiabéticos han dado lugar a reversión del efecto antihipertensivo del diazóxido.
– Disopiramida. Se ha descrito algún caso de potenciación del efecto hipoglucemiante de la insulina, por adición de sus efectos hipoglucemiantes.
– Diuréticos tiazídicos. Se han descrito multitud de casos en los que el diurético tiazídico inhibe el efecto hipoglucemiante de la insulina, debido probablemente a una menor liberación de la insulina por el efecto hipokalemiante. Se recomienda administrar suplementos de potasio si fuera necesario y vigilar periódicamente la glucemia.
– Fenfluramina. Hay estudios en los que se ha registrado una posible potenciación de la acción de la insulina, con el riesgo de hipoglucemia. El efecto podría deberse a la acción hipoglucemiante intrínseca de la fenfluramina, al parecer al estimular la captación de glucosa por el músculo.
– Fenitoína. Se han descrito casos de hiperglucemia en pacientes tratados conjuntamente con fenitoína e insulina. El efecto podría deberse a la disminución de los niveles intracelulares de sodio al estimular la bomba sodio-potasio, lo que produciría una disminución de la secreción de insulina.
– Fluoxetina. Hay un estudio en el que se ha registrado posible potenciación de la toxicidad, con hipoglucemia. No se conoce el mecanismo.
– Gemfibrozilo. Hay algún estudio en el que se ha registrado posible potenciación de la acción y/o toxicidad de la insulina.
– Glucosamina. Hay cierta controversia respecto al posible efecto de la glucosamina sobre el control de la glucemia y los hipoglucemiantes. Mientras que unos estudios afirman que la glucosamina podría reducir el efecto antidiabético (especialmente en pacientes que no presentan un buen control de la glucosa o en los que reciben insulina), otros afirman que no habría ninguna alteración clínicamente significativa. Se recomienda precaución y monitorizar la glucemia más frecuentemente de lo habitual.
– Guanetidina. Se han publicado estudios en los que se ha registrado una posible potenciación de la acción y/o toxicidad de insulina, por bloqueo del efecto hiperglucemiante adrenérgico y aumento de la sensibilidad tisular a la insulina por parte de la guanetidina.
– IECA. Hay estudios en los que se ha registrado posible potenciación de la acción y/o toxicidad de la insulina con riesgo de manifestaciones de hipoglucemia. No se conoce el mecanismo.
– IMAO. Se han dado casos clínicos de potenciación de los efectos de la insulina por los IMAO. Aunque el mecanismo es desconocido, podría deberse a la sustitución de la noradrenalina por octopamina, que no presenta efectos adrenérgicos, por lo que no se produce efecto hiperglucemiante compensatorio.
– Isoniazida. La isoniazida parece disminuir los efectos de la insulina, debido probablemente a la disminución de la utilización periférica de la glucosa, y a la posible inhibición del efecto de insulina.
– Naltrexona. Existen datos clínicos que indican que la naltrexona podría inhibir la acción de la insulina, aunque se desconoce su mecanismo de acción.
– Tetraciclinas. Se han realizado estudios en los que se ha comprobado una potenciación de la acción y/o toxicidad de la insulina, debido posiblemente hipoglucémico intrínseco de tetraciclinas, bien por un aumento de la semivida de la insulina y/o por bloqueo del efecto adrenérgico hiperglucémico.
– Tiazolidíndionas (pioglitazona, rosiglitazona). La combinación de insulina con glitazonas podría dar lugar a insuficiencia cardiaca, sobre todo en pacientes ancianos, tratados con dosis de glitazonas elevadas o con una diabetes mellitus antigua. No se recomienda combinar insulina con tiazolidíndionas.
Análisis clínicos
– Ácido vanil-mandélico. Aumento fisiológico.
– Catecolaminas. Aumento fisiológico.
– Cetonas. Aumento fisiológico.
– Colesterol. Disminución fisiológica.
– Creatín-cinasa. Aumento fisiológico.
– Cuerpos cetónicos. Aumento fisiológico.
– Fosfatasa alcalina. Aumento fisiológico.
– Glucosa en ayunas diabetes mellitus. Disminución fisiológica.
– Magnesio. Disminución fisiológica.
– Potasio. Disminución fisiológica.
– T4 tiroxina. Aumento fisiológico.
– Transaminasas. Aumento fisiológico de las transaminasas.
– Ácido úrico. Reducción fisiológica.
Embarazo
En ensayos realizados con animales no se han podido encontrar efectos embriotóxicos para la insulina glulisina diferentes que los observados con insulina humana, y relacionados con la propia hipoglucemia. La insulina humana no cruza la placenta, al menos cuando se administra en el segundo trimestre. Sin embargo, no existen estudios adecuados y bien controlados en humanos con insulina glulisina.
Debido a los datos actuales que sugieren una relación entre los niveles anormales de glucosa y la aparición de malformaciones congénitas, se recomienda controlar los niveles séricos maternos de glucosa con insulina, recomendándose utilizar la insulina humana, y si no fuera posible, cualquier otro tipo de insulina. Se debe realizar un estricto control clínico antes, durante y después del embarazo.
Los requerimientos de insulina disminuyen generalmente durante el primer trimestre y se incrementan durante los restantes. De igual manera, inmediatamente después del parto, las necesidades de insulina disminuyen de forma rápida, con el consiguiente riesgo de hipoglucemia, por lo que es esencial un control cuidadoso de la glucemia.
Lactancia
Se desconoce si la insulina glulisina se excreta en leche materna, pero su administración por vía oral la destruiría por los enzimas digestivos, por lo que se acepta su uso durante la lactancia. Sin embargo, la utilización de insulina a dosis excesivas o inadecuadas en madres lactantes podría inhibir la lactancia. Puede ser necesario un reajuste posológico o de la dieta.
Niños
No se ha evaluado la seguridad y eficacia en niños menores de 6 años, por lo que no se recomienda su utilización.
Ancianos
No se prevén problemas específicos en pacientes geriátricos que limiten la utilidad de este medicamento. No obstante, se pueden modificar los requerimientos de insulina en caso de marcada disfuncionalidad hepática y/o renal.
Efectos sobre la conducción
La insulina glulisina puede dar lugar en ocasiones a hipoglucemia, afectando sustancialmente a la capacidad para conducir y/o manejar maquinaria. Los pacientes deberán evitar manejar maquinaria peligrosa, incluyendo automóviles, hasta que tengan la certeza razonable de que el tratamiento farmacológico no les afecta de forma adversa.
Se aconseja detener el vehículo tan pronto como se detecten los primeros síntomas de hipoglucemia y tomar sacarosa inmediatamente. Los pacientes que sufran pérdidas del estado de alerta asociadas a hipoglucemia o los que presenten crisis frecuentes de hipoglucemia, no deberían conducir.
Reacciones adversas
Los efectos adversos de la insulina glulisina son, en general, frecuentes, aunque leves y transitorios. En la mayor parte de los casos, las reacciones adversas son una prolongación de la acción farmacológica y afectan principalmente al sistema endocrino. Las reacciones adversas más características son:
– Endocrinas. La reacción adversa más frecuente con la insulina glulisina es la [HIPOGLUCEMIA], que puede aparecer en más del 10% de los pacientes. La hipoglucemia cursa con [SENSACION DE HAMBRE] intensa, [NAUSEAS], [VOMITOS], [SOMNOLENCIA], [NERVIOSISMO], [AGRESIVIDAD], [REDUCCION DE LA CONCENTRACION], [DEPRESION SISTEMA NERVIOSO CENTRAL], [CONFUSION], [TEMBLOR], [VERTIGO], [EXCESO DE SUDORACION], [TAQUICARDIA], [ANSIEDAD], [HIPERTENSION ARTERIAL], [PALPITACIONES], [ARRITMIA CARDIACA], [DELIRIO], [CONVULSIONES] y [BRADICARDIA]. En los casos más graves puede llegar a producirse la muerte.
– Alérgicas/dermatológicas. En ocasiones pueden aparecer reacciones cutáneas en el lugar de administración, como [LIPODISTROFIA] (lipoatrofia, lipohipertrofia), sobre todo si se repiten las inyecciones en el mismo sitio a menudo. Puede aparecer también [ERITEMA] y [PRURITO], y en ocasiones más graves [REACCIONES HIPERSENSIBILIDAD], con [ANGIOEDEMA], [URTICARIA], [HIPOTENSION], [ESPASMO BRONQUIAL] o [ANAFILAXIA]. Se pueden formar anticuerpos anti-insulina, con pérdida de la respuesta a la insulina.
– Oftalmológicas. En ocasiones, y sobre todo al iniciar el tratamiento, se pueden producir [TRASTORNOS DE LA VISION] transitorios al disminuir la glucemia. Aunque el control de la glucemia con insulina mejora la retinopatía diabética, inicialmente puede producir un empeoramiento de la [RETINOPATIA], y en pacientes con retinopatía proliferativa, especialmente si no se han tratado con láser, pueden dar lugar a [AMAUROSIS] transitoria.
– Hidroelectrolíticas. Puede aparecer en raras ocasiones casos de [HIPOPOTASEMIA], [HIPERNATREMIA] y [EDEMA].
Sobredosis
Síntomas: Aunque no existe experiencia clínica de sobredosis con insulina glulisina, cabría esperar que la sobredosis diera lugar a hipoglucemia intensa y grave. Se puede apreciar la aparición de hormigueo en los labios y la lengua, náuseas, vómitos, dolor epigástrico de intensidad moderada, letargia, confusión, agitación o nerviosismo. Puede aparecer un incremento de la actividad simpática, con taquicardia, sudoración, sensación intensa de hambre y temblores. En los casos más graves se han descrito hipokalemia, insuficiencia respiratoria, edema pulmonar y cerebral, insuficiencia cardiaca congestiva, hipertensión, convulsiones, estupor, coma y muerte.
Tratamiento: La hipoglucemia leve o moderada, en la que no existe pérdida de la conciencia se trata con la administración de glucosa por vía oral y el reajuste posológico de la sulfonilurea. Se aconseja monitorizar al paciente hasta lograr una estabilización de su glucemia.
La hipoglucemia severa, aunque es rara, requiere hospitalización. En pacientes adultos con hipoglucemia grave y estado comatoso, que presenten niveles normales de glucógeno hepático, se administrará una unidad (1 mg) de glucagón por vía intravenosa, intramuscular o subcutánea. En aquellos pacientes que no respondan al tratamiento con glucagón o en los que no se pueda emplear, se recurrirá a la administración intravenosa en bolus de 50-100 ml de una solución de glucosa concentrada al 50%, y posteriormente al mantenimiento de los niveles de glucemia con una infusión de glucosa al 10-15%, de forma que se alcance una glucemia alrededor de 100 mg/dl.
Se debe monitorizar al paciente durante varios días, debido a que la hipoglucemia podría recurrir.
Dopajes
La insulina glulisina es una sustancia prohibida tanto dentro como fuera de la competición.
Se considerará resultado analítico adverso si la concentración de dicha sustancia prohibida, o de sus metabolitos o marcadores y/o cualquier otro índice o índices relevantes en la muestra del deportista, se desvía tanto del rango de valores que se encuentran habitualmente en el organismo humano, que es improbable que corresponda a una producción endógena normal.
No se considerará que la muestra contiene una sustancia prohibida si el deportista demuestra que la concentración de la sustancia prohibida o de sus metabolitos o marcadores y/o el índice o índices relevantes se pueden atribuir a una condición fisiológica o patológica.
No obstante, en todos los casos, y para cualquier concentración, se considerará que la muestra del deportista contiene una sustancia prohibida si el laboratorio, basándose en cualquier método analítico fiable, puede demostrar que la sustancia prohibida es de origen exógeno.
Incompatibilidades
No se han realizado estudios de compatibilidad con la insulina glulisina. La adición de sustancias con grupos tioles o sulfitos causa degradación de otras insulina, por lo que se recomienda no mezclar la insulina glulisina con otros medicamentos, especialmente si se administra en bomba de perfusión.
Periodo de validez
La insulina glulisina se puede conservar sin abrir por un período de hasta 24 meses. El período de validez de la insulina una vez abierta será de cuatro semanas, siempre y cuando se almacene en las condiciones adecuadas.
Precauciones especiales de conservación
Se aconseja conservar la insulina glulisina refrigerada a temperatura entre 2-8 ºC. No se debe congelar. Si no fuese posible refrigerar la insulina, una vez abierta se puede conservar a temperatura ambiental inferior a 30 ºC, evitando la exposición intensa a la luz o a focos de calor.
Instrucciones de uso y manipulación y eliminación
Las plumas de insulina glulisina deben ser utilizadas siempre por el mismo paciente.
Los pasos a seguir para la correcta administración son los siguientes:
– Comprobación de la insulina. Antes de administrar la insulina glulisina debe comprobarse que la solución es transparente e incolora, y no presenta partículas en suspensión.
– Colocación de la aguja. Se quitará el capuchón de la pluma y se insertará una aguja, utilizándose exclusivamente las que hayan sido autorizadas para utilizar con OptiSet.
– Prueba de seguridad. Antes de cada inyección se procederá a realizar una prueba de seguridad para comprobar el correcto funcionamiento del dispositivo. Para ello, se girará el selector de la dosis hasta que el señalizador indique el número “2”, tirando a continuación del botón de inyección tanto como sea posible. Una vez cargada la pluma, se retirarán los protectores exteriores e interiores de la aguja. Sujetando la pluma con la aguja apuntando hacia arriba, se golpeará suavemente con el dedo en el contenedor de insulina, para que las posibles burbujas asciendan. A continuación se pulsará a fondo el botón de inyección. Si sale insulina por el extremo de la aguja, la pluma y la aguja funcionan correctamente. Si no aparece insulina a través del extremo de la aguja, se recomienda repetir este paso hasta que aparezca insulina en el extremo. Si tras repetir el proceso varias veces, no se observase salida de líquido, se desechará la pluma.
– Cargado de la pluma. La dosis se puede fijar de dos en dos unidades, desde un mínimo de dos unidades hasta un máximo de cuarenta unidades. Si se necesitase una dosis superior a 40 U, se administrará en dos inyecciones. Para seleccionar la dosis adecuada, se girará el selector de dosis hasta que el señalizador indique la dosis adecuada, y a continuación se tirará del botón hasta el máximo donde se pueda.
– Inyección de la dosis. El paciente deberá ser instruido en la técnica de inyección por un profesional sanitario. Se insertará la aguja en la piel y se presionará el botón de inyección completamente, manteniéndolo presionado durante 10 segundos. Una vez inyectada la insulina, se eliminará la aguja, que no debe ser utilizada para una posterior administración.
Una vez vacía la pluma, debe desecharse adecuadamente.
Referencias bibliográficas
– Ficha técnica, insulina glulisina (Apidra Optiset, Aventis Pharma, 2004).
Fecha de aprobación/revisión de la ficha
Octubre, 2006.