Cloranfenicol
Acción y mecanismo
Antibiótico bacteriostático del grupo de los
anfenicoles, que puede ser eventualmente bactericida frente a
bacterias causantes de meningitis. Actua por interferencia de la
síntesis protéica bacteriana. Presenta una acción especialmente
marcada sobre bacterias Gram-negativas anaeróbicas y cocos y
bacilos Gram-positivos, aeróbicos y anaeróbicos. También es
activo frente a espiroquetas, rickettsias, clamidias y
micoplasmas.
Farmacocinética
La biodisponibilidad oral del cloranfenicol es del 80%, alcanzando el máximo plasmático a las 2-3 horas. Es ampliamente distribuido por todo el organismo, especialmente en los fluidos ascítico y pleural. Atraviesa en cantidades importantes las barreras hematoencefálica y placentaria. Se une en un 55% a las proteínas plasmáticas. Más del 80% de la dosis es metabolizada en el hígado, dando lugar a derivados glucurónidos, biológicamente inactivos. Se elimina más del 90% de la dosis con la orina. Su semivida de eliminación es de 3 a 4 horas (7 horas en pacientes con insuficiencia renal grave y 11 horas en pacientes con insuficiencia hepática).
Indicaciones
– Tratamiento de: [ABSCESO CEREBRAL] por (B.fragilis), [ACTINOMICOSIS], [ARTRITIS INFECCIOSA] (H.influenzae tipo b), [SIFILIS] (bejel), [BRUCELOSIS], [CELULITIS] (H.influenzae tipo b), [EPIGLOTITIS] (H.influenzae tipo b), [FIEBRE PARATIFOIDEA], [FIEBRE RECURRENTE], [FIEBRE TIFOIDEA] (S.typhi), [GRANULOMA INGUINAL], [INFECCIONES DIGESTIVAS], infecciones óseas, infecciones tifoideas (Rickettsias), [MENINGITIS] (H.influenzae, incluyendo el tipo b, N. meningitidis, Streptococcus), [OTITIS MEDIA SECRETORA] crónica, [PESTE], pinta, [NEUMONIA] (H.influenzae tipo b), [BACTERIEMIA] (H.influenzae tipo b), [SINUSITIS].
Posología
Vía oral, im:
– Adultos y niños mayores de 2 semanas: Dosis usual, 12,5 mg/kg/6 h. Dosis máxima, 4 g/día.
– Niños prematuros y nacidos a término menores de 2 semanas: Dosis usual, 6,25 mg/kg/6 h.
– Insuficiencia renal y/o hepática: En insuficiencia renal se aconseja reducir las dosis a la mitad, cuando se administra por vía parenteral. Dado que la semivida plasmática del cloranfenicol aumenta considerablemente en pacientes con insuficiencia renal y hepática conjunta, se deberá ajustar la dosis en función de los niveles plasmáticos del antibiótico, que deberían mantenerse entre 5 y 20 µg/ml. En pacientes cirróticos se debe reducir la dosis en un 66%.
Contraindicaciones
– Alergia al cloranfenicol.
– Porfiria
Precauciones
– Insuficiencia renal y/o hepática: Debe reajustarse la dosis, a fin de evitar una acumulación orgánica del antibiótico. En caso de insuficiencia renal y hepática conjunta, la acumulación puede sobrevenir rápidamente.
– Niños prematuros o con inmadurez metabólica: Estos niños precisan una reducción notable de la posología del cloranfenicol, con una estricta vigilancia clínica, ante el mayor riesgo de que se desarrolle “sindrome gris”.
Advertencias/consejos
No se recomienda el empleo sistémico de
cloranfenicol en el tratamiento de infecciones leves que puedan
ser tratadas fácilmente con otros antibióticos.
Interacciones
– Anticoagulantes orales (acenocumarol): hay estudios en los que se ha registrado posible potenciación de la acción y/o toxicidad del anticoagulante. Se ha sugerido que cloranfenicol puede inhibir metabolismo hepático, disminuir la síntesis de vitamina K y afectar a la producción de protrombina.
– Anticonceptivos orales: hay algún estudio en el que se ha registrado posible inhibición del anticonceptivo con riesgo de embarazo, por la reducción de la flora intestinal causada por el antibiótico, que puede disminuir la reabsorción de los estrógenos.
– Antidiabéticos (clorpropamida, tolbutamida): hay estudios en los que se ha registrado prolongación de la semivida del antidiabético, con posible potenciación de su acción y/o toxicidad, por inhibición de su metabolismo hepático.
– Ciclosporina: hay algún estudio en el que se ha registrado aumento de los niveles plasmáticos de ciclosporina, con posible potenciación de su acción y/o toxicidad, por inhibición de su metabolismo hepático.
– Cimetidina: hay algún estudio en el que se ha registrado posible potenciación mutua de la toxicidad de ambos fármacos, por sus efectos depresores sobre la médula ósea.
– Cobalaminas (vitaminas B12): hay estudios en los que se ha registrado que el cloranfenicol en tratamientos prolongados, produce un efecto depresor sobre la médula ósea, por lo que podría antagonizar los efectos estimulantes sobre la eritropoyesis de la vitamina B12.
– Ciclofosfamida: hay algún estudio en el que se ha registrado prolongación de la semivida plasmática de ciclofosfamida con posible inhibición de su efecto (ya que es su metabolito el responsable de su acción), por inhibición de su metabolismo hepático.
– Fenitoína: hay estudios en los que se ha registrado una prolongación de la semivida de la fenitoína, con posible potenciación de su toxicidad, por inhibición de su metabolismo hepático.
– Fenobarbital: hay algún estudio en el que se ha registrado disminución de los niveles plasmáticos de cloranfenicol, así como aumento de los de fenobarbital, con posible inhibición del efecto bacteriostático y potenciación de la toxicidad del fenobarbital, por actuar el fenobarbital como inductor y el cloranfenicol como inhibidor, del metabolismo hepático.
– Lincomicina y afines: hay estudios con otros antibióticos con afinidad por la fracción ribosomal 50S de la bacteria (eritromicina) en los que se ha registrado posible aparición de resistencias cruzadas a ambos antibióticos, por competición por el sitio de unión.
– Paracetamol: hay estudios en los que se ha registrado aumento de las concentraciones plasmáticas de cloranfenicol, con posible potenciación de su toxicidad, por inhibición de su metabolismo hepático.
– Penicilinas (ampicilina): hay estudios en los que se ha registrado posible antagonismo de sus acciones, por sus diferentes mecanismos de acción, aunque sólo tiene interés clínico en situaciones donde es necesario un rápido efecto bactericida. Otros estudios contradicen la existencia de esta interacción.
– Rifampicina: hay algún estudio en el que se ha registrado disminución de los niveles plasmáticos de cloranfenicol, con posible inhibición de su efecto, por inducción de su metabolismo hepático.
– Tacrolimo: hay algún estudio en el que se ha registrado aumento de los niveles plasmáticos de tacrolimo, con riesgo de potenciación de la toxicidad, por posible inhibición de su metabolismo hepático.
– Zidovudina: hay algún estudio en el que se ha registrado posible acumulación orgánica de zidovudina, con aumento de la toxicidad, por inhibición de su metabolismo hepático.
Embarazo
Categoría C de la FDA. Estudios realizados en animales de experimentación han mostrado embritoxicidad y teratogenicidad en algunas especies. El cloranfenicol atraviesa la placenta en un porcentaje del 30-80%. No existen estudios adecuados y bien controlados en seres humanos. En principio, el feto no parece estar expuesto al riesgo de “síndrome gris” (a diferencia de los recién nacidos prematuros) y no se han descrito otros efectos adversos fetales en los casos aislados de uso de cloranfenicol en embarazadas. El uso de este medicamento sólo se acepta en caso de ausencia de alternativas terapéuticas más seguras.
Lactancia
El cloranfenicol es excretado en cantidades significativas con la leche materna, pudiendo dar lugar a supresión idiosincrásica de la médula ósea en el lactante. No obstante, las concentraciones excretadas con la leche materna, generalmente no son suficientes para causar “síndrome gris”. Se han dado casos aislados de diarrea, rechazo de la lactancia, sueño durante la alimentación, gas intestinal e importantes vómitos después de la alimentación. Uso no recomendado.
Niños
En niños prematuros o con inmadurez metabólica existe un mayor riesgo de desarrollar el “síndrome gris”, por lo que se recomienda que en estos niños se reduzca notablemente la dosis y una estricta vigilancia clínica.
Ancianos
No se han descrito problemas específicamente geriátricos.
Reacciones adversas
Los efectos adversos de este medicamento son generalmente leves y transitorios, aunque en algunos casos pueden ser moderadamente importantes. Los efectos adversos más importantes (aunque poco frecuentes) afectan al sistema hematopoyético. Los efectos secundarios que se manifiestan más frecuentemente son:
– Alteraciones sanguíneas (ocasionalmente: anemia, trombocitopenia, granulocitopenia; excepcionalmente -1:40.000 casos: anemia aplásica; en niños prematuros: “síndrome gris”).
– Alteraciones neurológicas (ocasionalmente: neuropatía periférica, cefalea).
– Alteraciones psicológicas/psiquiátricas (ocasionalmente:
depresión, confusión, delirio).
– Alteraciones inmunológicas (ocasionalmente: fiebre, angioedema).
– Alteraciones oculares (ocasionalmente: neuropatía óptica).
– Alteraciones digestivas (infrecuentemente: náuseas, vómitos, diarrea, alteraciones del gusto, glositis, estomatitis).
El tratamiento debe ser suspendido inmediatamente, en el caso de que el paciente experimente algún episodio intenso de hemorragia, cansancio, fiebre o alteraciones ópticas.