Furosemida kern pharma 40 mg 30 comprimidos
Acción y mecanismo
– [DIURETICO], [DIURETICO DEL ASA], [ANTIHIPERTENSIVO]. La furosemida es un diurético del asa que inhibe el cotransporte de sodio, potasio y cloruro, y en menor medida de calcio y magnesio, en la rama ascendente del asa de Henle, impidiendo la reabsorción de dichos electrolitos. Los efectos sobre la reabsorción de electrolitos parecen tener efecto también sobre los túbulos contorneados proximal y distal. El aumento de la osmolaridad del filtrado glomerular da lugar a una liberación de gran volumen de agua al pasar por los túbulos contorneado distal y colector.
La furosemida se comporta como un diurético potente de alto techo, eliminando grandes volúmenes de orina y favoreciendo la excreción de hasta el 35% del sodio filtrado. Sus efectos son rápidos y de corta duración.
La furosemida, al igual que otros diuréticos del asa, parece actuar desde el interior de los túbulos de la nefrona, por lo que su actividad guarda más relación con el grado de excreción renal que con las concentraciones plasmáticas.
La furosemida muestra una actividad antihipertensiva debido a la reducción de la volemia y al aumento de la eliminación de sodio, y probablemente también por un efecto vasodilatador, aunque se desconoce cómo produce la relajación de la fibra lisa vascular. Se ha observado que reduce la capacidad de respuesta de la fibra lisa vascular a estímulos vasoconstrictores.
En pacientes con insuficiencia cardíaca, la furosemida parece reducir la precarga por vasodilatación venosa, a través de un mecanismo que podría ir mediado por prostaglandinas.
Farmacocinética
Vía oral, parenteral:
– Absorción: Tras la administración de una dosis oral de 20-80 mg, se logra una biodisponibilidad del 60-64%. Los efectos aparecen rápidamente [5 minutos (i.v.) o 30-60 minutos (p.o.)], y son máximos a los 20-60 minutos (i.v.) o 60-120 minutos (p.o.). La duración de la acción es de 2 horas (i.v.) o 6-8 horas (p.o.).
Alimentos: La administración de furosemida tras la comida dio lugar a una disminución y un retraso en la absorción del principio activo, lográndose la Cmax de 1 mcg/ml al cabo de 2 horas. Sin embargo, los efectos terapéuticos no presentaron diferencias significativas.
– Distribución: Presenta una unión a proteínas plasmáticas elevada (95%). La furosemida se excreta con la leche.
– Metabolismo: La furosemida se metaboliza parcialmente en el hígado, generando el ácido 4-cloro-5-sulfamoíl-antranílico.
– Eliminación: La furosemida y su metabolito se eliminan mayoritariamente con la orina (50% p.o., 80% i.v.) en 24 horas, mediante filtración glomerular y secreción tubular activa. El resto de la furosemida se elimina a través de mecanismos no renales, incluyendo degradación hepática y excreción biliar de furosemida y del derivado antranílico. La semivida de eliminación de la furosemida es de 2 horas.
Farmacocinética en situaciones especiales:
– Insuficiencia renal: En estos pacientes, el aclaramiento no renal de la furosemida alcanza cifras cercanas al 98%. La furosemida no se elimina mediante hemodiálisis.
Indicaciones
– [EDEMA]. Tratamiento de los edemas asociados a [INSUFICIENCIA CARDIACA], [CIRROSIS HEPATICA] ([ASCITIS]) o enfermedad renal, incluyendo [INSUFICIENCIA RENAL] o [SINDROME NEFROTICO].
– Edemas producidos por quemaduras.
– [HIPERTENSION ARTERIAL]. Tratamiento de la hipertensión arterial leve a moderada, bien sola o asociada a otros tratamientos.
Posología
DOSIFICACIÓN:
– Adultos, oral: Se recomienda iniciar el tratamiento con una dosis de inicio de 20-80 mg/24 horas. La dosis de mantenimiento suele ser de 20 mg/24 horas. La dosis máxima dependerá de la respuesta diurética del paciente.
– Niños, oral: Se recomienda administrar 2 mg/kg/24 horas, hasta un máximo de 40 mg/24 horas.
NORMAS PARA LA CORRECTA ADMINISTRACIÓN:
Se recomienda administrar la furosemida en ayunas, ingiriendo los comprimidos enteros, sin masticar, y con la ayuda de una cantidad adecuada de agua.
Contraindicaciones
– [ALERGIA A SULFAMIDAS] o hipersensibilidad a cualquier otro componente del medicamento. Debido a su similitud química con las sulfonilureas y las tiazidas, se recomienda evitar la utilización de furosemida en pacientes con [ALERGIA A SULFONILUREAS] o [ALERGIA A TIAZIDAS], ante el riesgo de reacciones de hipersensibilidad cruzada.
– [DESEQUILIBRIO ELECTROLITICO] grave y no corregido, como en caso de [HIPOVOLEMIA], [DESHIDRATACION], [HIPOPOTASEMIA], [HIPOMAGNESEMIA] o [HIPONATREMIA] grave. La furosemida aumenta la eliminación de agua y de electrolitos, por lo que podría agravar aún más estos cuadros. Antes de iniciar un tratamiento con un diurético, debe normalizarse el equilibrio hidroelectrolítico.
– [ENCEFALOPATIA HEPATICA] asociado a cirrosis hepática. La utilización de diuréticos en estos pacientes podría empeorar la encefalopatía hepática como consecuencia del desequilibrio hidroelectrolítico.
– [ANURIA]. Los pacientes con insuficiencia renal y anuria no suelen responder a la furosemida, por lo que se recomienda evitar su utilización.
– [PORFIRIA]. La furosemida se ha asociado con la presencia de crisis agudas de porfiria, por lo que no se considera segura en estos pacientes.
ADVERTENCIAS SOBRE EXCIPIENTES:
– Este medicamento contiene lactosa. Los pacientes con [INTOLERANCIA A LACTOSA] o [INTOLERANCIA A GALACTOSA], insuficiencia de lactasa de Lapp o malaabsorción de glucosa o galactosa, no deben tomar este medicamento.
ADVERTENCIAS SOBRE EXCIPIENTES:
– Este medicamento contiene almidón. Los pacientes con alergia al almidón distinta de la enfermedad celíaca no deben tomar este medicamento.
Precauciones
– [INSUFICIENCIA RENAL]. Los pacientes con insuficiencia renal suelen presentar alteraciones hidroelectrolíticos y del equilibrio ácido-básico, que podrían ser agravadas por los diuréticos. Se recomienda por lo tanto normalizar estos desequilibrios antes de iniciar un tratamiento con furosemida.
En estos pacientes es más normal que aparezcan reacciones adversas como hipotensión, encefalopatía hepática y ototoxicidad, por lo que se recomienda ajustar cuidadosamente la dosis. Por otra parte, estos pacientes podrían requerir mayores dosis para alcanzar los objetivos terapéuticos.
Es aconsejable monitorizar periódicamente la funcionalidad renal, como los niveles de BUN y creatinina, suspendiendo el tratamiento en el caso de que se observase un aumento significativo de los mismos.
– [INSUFICIENCIA HEPATICA]. En pacientes con insuficiencia hepática, y especialmente en caso de [CIRROSIS HEPATICA ALCOHOLICA], los diuréticos pueden desencadenar más fácilmente una encefalopatía hepática y coma hepático como consecuencia de la hipopotasemia. De igual manera, es más común la aparición de arritmias cardiacas con motivo de la posible hipomagnesemia. Se recomienda extremar las precauciones en estos pacientes, iniciando el tratamiento preferiblemente en el hospital con dosis bajas y monitorización frecuente de los niveles de potasio. Si fuera necesario, se procederá a la administración de suplementos de potasio, diuréticos ahorradores y/o antagonistas de aldosterona. Es recomendable evitar su utilización en situaciones graves (Véase Contraindicaciones).
– Hipotensión. Los diuréticos pueden dar lugar en ocasiones a fenómenos de hipotensión, sobre todo en personas mayores y en aquellas con cuadros que predispongan hacia la depleción hidrosalina, como pacientes con [VOMITOS] o [DIARREA] intensa. La hipotensión podría favorecer la aparición de shock cardiovascular y precipitar la aparición de un infarto agudo de miocardio o de una vasculopatía cerebral, por lo que se aconseja extremar las precauciones y evitar situaciones de hipotensión, especialmente en pacientes con [INSUFICIENCIA CORONARIA] o [ISQUEMIA CEREBRAL]. Se recomienda utilizar la dosis mínima de furosemida que consiga controlar la enfermedad, y evaluar periódicamente la presión arterial.
– [DIABETES]. La furosemida podría incrementar los niveles de glucemia, por lo que se recomienda evaluarlos periódicamente.
– [DISLIPEMIA]. Los diuréticos del asa se han asociado con incrementos de los niveles de lípidos plasmáticos, lo que podría aumentar el riesgo cardiovascular. Estos aumentos parecen producirse al principio del tratamiento, son ligeros y suelen revertir con el tratamiento continuado. No obstante, se recomienda controlar periódicamente los niveles de colesterol y triglicéridos, sobre todo en pacientes con [HIPERCOLESTEROLEMIA] o [HIPERTRIGLICERIDEMIA].
– Historial de [GOTA]. Se han descrito aumentos asintomáticos de los niveles de ácido úrico, y en ocasiones ataques agudos de gota. Se recomienda por lo tanto extremar las precauciones en estos pacientes y en aquellos con [HIPERURICEMIA].
– [LUPUS ERITEMATOSO]. Se han descrito exacerbaciones de los síntomas del lupus eritematoso sistémico.
– [REACCIONES DE FOTOSENSIBILIDAD]. Se han descrito algunos casos de reacciones de fotosensibilidad con diuréticos del asa, por lo que se recomienda evitar la exposición directa a la luz del sol o a la ultravioleta sin protección adecuada (filtros solares, ropa) hasta comprobar la tolerabilidad del medicamento.
– [HIPOPROTEINEMIA]. En pacientes con bajos niveles de proteínas, como en el caso de síndrome nefrótico, parece disminuir la eficacia de la furosemida, potenciándose de igual modo su ototoxicidad. Es aconsejable ajustar cuidadosamente la posología.
– [HIPERTROFIA PROSTATICA]. En pacientes con obstrucción intensa de la uretra podría aparecer retención urinaria. Antes de iniciar el tratamiento con furosemida se debe asegurar que el flujo de orina no está impedido.
– Hipovolemia y depleción de electrolitos. Los diuréticos del asa pueden dar lugar a hipovolemia sintomática, alcalosis hipoclorémica y disminución de los niveles de electrolitos, especialmente de sodio, potasio y cloruro, y en menor medida de calcio y magnesio. La hipopotasemia constituye un factor de riesgo importante en pacientes con cardiopatías, y puede incrementar la toxicidad de los digitálicos. Esta hipopotasemia es más frecuente en pacientes con cirrosis hepática, diuresis intensa, dietas pobres en potasio o tratados con corticoides sistémicos o análogos de ACTH.
No debe nunca iniciarse un tratamiento con furosemida sin antes normalizar el posible desequilibrio hidroelectrolítico que presenta el paciente (Véase Contraindicaciones). De igual manera se recomienda controlar periódicamente los niveles de electrolitos y dióxido de carbono, especialmente si el paciente refiere sed intensa, sequedad de boca, anorexia, debilidad, letargia, somnolencia, agitación, dolores o calambres musculares, miastenia, tetania, hipotensión, oliguria, taquicardia, náuseas y vómitos. En el caso de que se produjese un desequilibrio, se recomienda suspender el diurético temporalmente, hasta corregir dicha alteración, y reinstaurar de nuevo el tratamiento utilizando una dosis menor. El riesgo de hipopotasemia se puede reducir empleando dosis bajas de furosemida, siguiendo una dieta pobre en sodio y rica en potasio, o asociándola a un ahorrador de potasio, un IECA o un ARAII.
– Ototoxicidad. La utilización de furosemida se ha asociado en ocasiones con la aparición de tinnitus, vértigo y/o sordera, normalmente reversibles. La sordera suele durar 1-24 horas, aunque en ocasiones se han dado casos permanentes. Estos fenómenos de ototoxicidad han aparecido especialmente en pacientes tratados con muy altas dosis, insuficiencia renal, tratamiento conjunto con otros fármacos ototóxicos (aminoglucósidos, cisplatino, vancomicina) o administración parenteral rápida. Se recomienda vigilar al paciente y ante cualquier síntoma de ototoxicidad (pérdida de agudeza acústica, tinnitus, vértigo), suspender el tratamiento y evaluar al paciente.
ADVERTENCIAS SOBRE EXCIPIENTES:
– Este medicamento contiene almidón con gluten, lo que deberá ser tenido en cuenta en pacientes con [ENFERMEDAD CELIACA].
ADVERTENCIAS SOBRE EXCIPIENTES:
– Este medicamento contiene lactosa. La ingesta de cantidades superiores a 5 g diarios deberá ser tenida en cuenta en pacientes con diabetes mellitus y con intolerancia a ciertos azúcares.
Advertencias/consejos
CONSEJOS AL PACIENTE:
– El tratamiento con furosemida no supone que no deban seguirse las recomendaciones higiénico-sanitarias (restricción de sal, evitar alcohol y tabaco, hacer dieta y ejercicio).
– Se recomienda tomar la furosemida en ayunas.
– Se aconseja no sobrepasar las dosis recomendadas.
– En caso de que aparezca mareo, especialmente al levantarse de la cama o una silla, vértigos, sordera o pitidos en los oídos, sed intensa, somnolencia, calambres o debilidad muscular, se aconseja acudir al médico.
– No se debe tomar ningún otro medicamento sin prescripción médica.
– Se recomienda evitar la exposición directa a la luz del sol o a la ultravioleta sin protección adecuada (filtros solares, ropa).
– Es aconsejable extremar las precauciones si se debe conducir o realizar tareas peligrosas.
– Se advierte a los deportistas que este medicamento puede dar positivo en un control antidopaje.
CONSIDERACIONES ESPECIALES:
– Los tratamientos con diuréticos deben iniciarse con las dosis menores, ajustando posteriormente la posología a las necesidades del paciente.
– No se debe iniciar un tratamiento con furosemida hasta haber corregido el posible desequilibrio electrolítico del paciente.
– Se recomienda monitorizar periódicamente la presión arterial y los niveles de sodio, potasio, glucemia, colesterol, triglicéridos, ácido úrico, BUN y creatinina.
– En caso de hipopotasemia, se procederá a disminuir la dosis del diurético, instaurar una dieta pobre en sodio y rica en potasio a administrar un suplemento de potasio o un diurético ahorrador de potasio o a combinar el tratamiento con un IECA o ARAII.
– Se recomienda evaluar el tratamiento en caso de que el paciente describa síntomas de ototoxicidad.
Interacciones
– AINE. Algunos AINE como la indometacina podrían reducir el efecto diurético y antihipertensivo, debido probablemente a la retención hidrosalina y a cambios en la resistencia vascular producidos por la inhibición de la síntesis de prostaglandinas A y E. Esta interacción no se ha podido comprobar con otros como el metamizol o ketoprofeno, aunque no se puede descartar. Se recomienda evitar la asociación de diuréticos con indometacina, y controlar periódicamente la presión arterial en pacientes que reciban otro AINE.
Por otra parte, el empleo simultáneo de un AINE y un diurético puede aumentar el riesgo de insuficiencia renal asociado al AINE, especialmente en pacientes deshidratados y con hipovolemia.
– Aliskiren. Los niveles de furosemida parecen disminuir cuando se administra junto a aliskiren. Usar con precaución, monitorizando la posible disminución de los efectos diuréticos.
– Aminoglucósidos. Existe un mayor riesgo de ototoxicidad y nefrotoxicidad, especialmente en pacientes con insuficiencia renal o tratados con furosemida parenteral. Ante el riesgo de ototoxicidad irreversible, se recomienda evitar su asociación. En caso de que esto no fuera posible, se deben utilizar bajo riguroso control médico, controlando los niveles plasmáticos del aminoglucósido, y vigilando al paciente por si apareciesen síntomas de ototoxicidad (vértigo, tinnitus, pérdida de agudeza acústica) o nefrotoxicidad (oliguria, incremento de los niveles de creatinina plasmática).
– Anticoagulantes orales. Posible inhibición del efecto anticoagulante. Podía ser necesario monitorizar la respuesta del anticoagulante.
– Antihipertensivos. A pesar de que los diuréticos se han asociado con éxito para el tratamiento de la hipertensión con otros antihipertensivos como IECA, beta-bloqueantes o antagonistas del calcio, se puede potenciar el riesgo de hipotensión. Puede ser necesario suspender el tratamiento algunos días antes de iniciar el tratamiento con otro antihipertensivo.
– Bezafibrato. Se ha descrito un caso en el que apareció un cuadro caracterizado por rabdomiolisis e insuficiencia renal.
– Bloqueantes neuromusculares. La furosemida podría aumentar o disminuir los efectos de los bloqueantes, en función de la dosis. Además, los bloqueantes neuromusculares podrían aumentar el riesgo de ototoxicidad.
– Carbón activo. El carbón activo reduce drásticamente la absorción de furosemida (>99%). Se recomienda distanciar las tomas.
– Cefalosporinas (cefaloridina). La furosemida podría incrementar la nefrotoxicidad de cefaloridina, y más raramente, de cefalotina o cefacetrilo. Se aconseja usar las cefalosporinas menos nefrotóxicas, como ceftriaxona, administrando la furosemida 3-4 horas antes, y vigilar la funcionalidad renal.
– Cisplatino. Aunque en ocasiones se ha empleado la furosemida para prevenir la nefrotoxicidad inducida por cisplatino, existe riesgo de potenciar la nefrotoxicidad y la ototoxicidad. Se recomienda reservar la diuresis forzada con furosemida para pacientes que reciban dosis de cisplatino superiores a 60 mg/m2 y cuya secreción de orina sea inferior a 1000 ml/24 horas.
– Digoxina. La hipopotasemia podría aumentar el riesgo de toxicidad por digoxina (arritmias cardíacas). Se recomienda controlar los niveles de potasio, y en caso de hipopotasemia (<3,5 mEq/l) reducir la dosis de furosemida, administrar suplementos de potasio o asociar un diurético ahorrador de potasio o un IECA.
– Diuréticos tiazídicos. Riesgo de desequilibrio hidroelectrolítico por sinergismo.
– Fármacos hipokalemiantes (agonistas beta-adrenérgicos, corticosteroides, tetracosáctido, amfotericina B, carbenoxolona, regaliz a altas dosis, laxantes en caso de uso prolongado). Existe mayor riesgo de hipopotasemia, por lo que se recomienda controlar los niveles de potasio y si fuera necesario proceder a administrar un suplemento de potasio o un diurético ahorrador.
– Fenitoína. Existen casos clínicos de reducción de la actividad diurética de la furosemida.
– Fenotiazinas. Las fenotiazinas podrían incrementar el riesgo de hipotensión ortostática, al asociarlas a fármacos antihipertensivos como los diuréticos. Se recomienda vigilar al paciente y controlar periódicamente la presión arterial, especialmente al inicio del tratamiento.
– Ginseng. Posible disminución del efecto farmacológico de la furosemida.
– Litio. Se han descrito algunos casos de intoxicación por litio en pacientes tratados con furosemida cuando el paciente tenía otros factores de riesgo como dietas hiposódicas. Se recomienda evitar la asociación, y si no fuera posible, monitorizar periódicamente los niveles de litio.
– Pemetrexed. La furosemida podría reducir la eliminación del pemetrexed.
– Prolongadores del intervalo QT (adenosina, antagonistas 5-HT3, antiarrítmicos de clase Ia y III, antidepresivos a altas dosis, ciertos antihistamínicos H1, antipalúdicos, trióxido de arsénico, formoterol, contrastes de gadolinio, ivabradina, levacetilmetadol, levosimendan, macrólidos, neurolépticos, pentamidina, algunas fluoroquinolonas, dasatinib, sunitinib, suxametonio, tacrolimús, vardenafilo). La hipopotasemia inducida por diuréticos del asa podría incrementar el riesgo de prolongación del intervalo QT y la aparición de arritmias cardiacas ventriculares graves como la torsade de pointes. Se aconseja extremar las precauciones en estos pacientes, controlando la kalemia y corrigiéndola en caso de hipopotasemia.
– Propranolol. La furosemida podría aumentar los niveles de propranolol y potenciar la actividad betabloqueante.
– Resinas de intercambio iónico. La colestiramina y el colestipol reducen significativamente la absorción intestinal de furosemida. Se recomienda distanciar las tomas.
– Sulfonilureas. La furosemida podría disminuir el efecto antidiabético de las sulfonilureas, aunque en menor medida que los diuréticos tiazídicos. Se recomienda controlar los niveles de glucosa, y si fuera necesario, proceder a un reajuste posológico.
– Teofilina. Los efectos de teofilina pueden incrementarse o disminuirse. Por otra parte, se incrementa el riesgo de hipopotasemia.
– Vancomicina. La furosemida podría favorecer la eliminación renal de la vancomicina, reduciendo su semivida y disminuyendo sus efectos. Además, ambos fármacos son ototóxicos.
– Alimentos. Los alimentos parecen reducir la cantidad de furosemida absorbida y la velocidad de absorción, aunque los efectos parecen no verse afectados. No obstante, se recomienda administrarla antes del desayuno.
Análisis clínicos
– Ácido úrico. Incrementos ligeros y reversibles de sus niveles plasmáticos.
– BUN. Incrementos ligeros y reversibles de sus niveles plasmáticos.
– Calcio. Disminución de sus niveles plasmáticos.
– Colesterol. Incremento transitorio de los niveles de colesterolemia. Estos aumentos desaparecieron a lo largo del tratamiento crónico.
– Creatinina sérica. Incrementos ligeros y reversibles de sus niveles plasmáticos.
– Glucosa. Incremento ligero de sus niveles en sangre.
– Magnesio. Disminución o aumento de sus niveles plasmáticos.
– Potasio. Disminución de sus niveles plasmáticos, especialmente en pacientes con cirrosis hepática alcohólica, tratados con altas dosis de diuréticos, con restricciones dietéticas de potasio, diuresis intensa o tratados con corticoides o análogos de ACTH.
– Sodio. Disminución de sus niveles plasmáticos.
– Triglicéridos. Incrementos de los niveles de triglicéridos. Estos aumentos parecieron desaparecer a lo largo del tratamiento crónico.
Embarazo
Categoría C de la FDA. En estudios realizados con animales de experimentación, se ha observado un aumento de la incidencia de hidronefrosis (en ratones y conejas), aborto espontáneo (en conejas a dosis 2-8 veces las terapéuticas en humanos) y mortalidad materna e infantil. En ensayos con ratas, administrándose dosis de 75 mg/kg/24 horas durante los días 7 a 11 y 14 a 18 de la gestación, se han notificado casos de retraso de la maduración renal con reducción en el número de glomérulos diferenciados en la progenie.
No se han realizado ensayos adecuados y bien controlados en humanos, por lo que el uso de la furosemida sólo se acepta en caso de ausencia de alternativas terapéuticas más seguras, y siempre y cuando los beneficios superen los posibles riesgos. Las únicas probables indicaciones para la furosemida durante el embarazo serían desórdenes cardiovasculares tales como edema pulmonar, hipertensión severa e insuficiencia cardiaca congestiva.
La furosemida se ha usado para comprobar el funcionamiento renal fetal, aunque el uso rutinario de diuréticos durante el embarazo normal es inadecuado y puede conllevar riesgos innecesarios. Estos fármacos no evitan la aparición de toxemia gravídica y no son útiles en el tratamiento de la toxemia. No obstante la furosemida se ha utilizado después del primer trimestre para el tratamiento de edema, hipertensión y toxemia sin causar daño fetal o al recién nacido.
Se debe tener en cuenta el posible aumento del riesgo de ductus arterioso en niños con síndrome de distrés respiratorio cuando se administra antes del alumbramiento.
Lactancia
La furosemida se excreta con la leche materna. Se desconocen las posibles consecuencias para el lactante, pero ante el riesgo de reacciones adversas graves y debido a que los diuréticos pueden inhibir la lactancia materna, se recomienda evitar su utilización o suspender la lactancia materna.
Niños
Se aconseja extremar las precauciones y evitar la utilización de dosis superiores a las recomendadas (2 mg/kg/24 horas p.o.; 1 mg/kg/24 horas i.v.), debido a que podrían aparecer fenómenos de ototoxicidad en los neonatos. Por otra parte se debe tener en cuenta que en niños prematuros con distrés respiratorio, la utilización de furosemida durante las primeras semanas de vida se ha asociado con la persistencia del ductus arterioso. Además, la furosemida se ha asociado con la formación de cálculos renales en niños pequeños en los que se empleó para disminuir el edema asociado a ductus arterioso o a distrés respiratorio. Estos cálculos suelen desaparecer al tratar al niño con diuréticos tiazídicos.
Ancianos
Los ancianos son especialmente susceptibles a las reacciones adversas de los diuréticos, especialmente a la predisposición al desequilibrio hidroelectrolítico y a la hipotensión. Se recomienda extremar las precauciones en estos pacientes y no emplearlos durante largos períodos de tiempo.
Efectos sobre la conducción
La furosemida puede dar lugar a hipotensión y somnolencia, especialmente al inicio del tratamiento o al modificar la dosificación. Podría afectar sustancialmente a la capacidad para conducir y/o manejar maquinaria. Los pacientes deberán evitar manejar maquinaria peligrosa, incluyendo automóviles, hasta que tengan la certeza razonable de que el tratamiento farmacológico no les afecta de forma adversa.
Reacciones adversas
Los efectos secundarios de la furosemida son dosis-dependientes, y la consecuencia natural a su propia actividad farmacológica. Las cifras de suspensión del tratamiento rondan el 3,4% (pacientes tratados con insuficiencia cardíaca) y 4,8% (insuficiencia renal). Se han descrito las siguientes reacciones adversas:
– Digestivas. [NAUSEAS], [VOMITOS], [ANOREXIA], [DIARREA], [DISPEPSIA], [ESTREÑIMIENTO], [CALAMBRES ABDOMINALES] o [SEQUEDAD DE BOCA]. En casos puntuales se ha descrito [PANCREATITIS AGUDA], especialmente al utilizar dosis parenterales elevadas. Se han comunicado casos de [TRASTORNOS DEL GUSTO], aunque no se ha establecido una relación de causalidad.
– Hepáticas. En casos aislados se puede desarrollar [ICTERICIA], [COLESTASIS] o [INCREMENTO DE LOS VALORES DE TRANSAMINASAS]. Se ha desarrollado [ENCEFALOPATIA HEPATICA] en pacientes con cirrosis o ascitis como consecuencia de los desequilibrios electrolíticos.
– Cardiovasculares. La hipovolemia intensa puede dar lugar a fenómenos de [HIPOTENSION] e [HIPOTENSION ORTOSTATICA]. En casos extremos puede aparecer [TROMBOSIS] y [EMBOLIA] como consecuencia de la hemoconcentración. En ocasiones se han descrito [VASCULITIS] necrotizante de origen alérgico. En niños prematuros se ha observado [DUCTUS ARTERIOSUS] patente cuando se administra en las primeras semanas de vida.
– Neurológicas/psicológicas. Raramente aparece [VERTIGO], [MAREO], [CEFALEA], [PARESTESIA], [OBNUBILACION] leve o [SOMNOLENCIA], como consecuencia de la hipotensión.
– Genitourinarias. La disminución de la volemia puede dar lugar a [INSUFICIENCIA RENAL] transitoria. Se ha observado [NEFRITIS INTERSTICIAL] en raras ocasiones. En niños prematuros, podría aparecer [CALCULOS RENALES].
– Alérgicas/dermatológicas. Ocasionalmente se pueden producir [PURPURA], [REACCIONES DE FOTOSENSIBILIDAD], [ERUPCIONES EXANTEMATICAS] o [PRURITO]. Se han notificado casos de [ANAFILAXIA], con [URTICARIA], [ANGIOEDEMA] e hipotensión, sobre todo en caso de administración parenteral. Hay comunicaciones de reacciones alérgicas graves como [DERMATITIS EXFOLIATIVA] o [ERITEMA MULTIFORME]. Existe una comunicación de un cuadro de pustulosis exantemática aguda y generalizada producido probablemente por furosemida.
– Osteomusculares. [ESPASMO MUSCULAR].
– Oftalmológicas. [VISION BORROSA] y [XANTOPSIA].
– Auditivas. Se han descrito casos de ototoxicidad, con [TINNITUS], trastornos acústicos transitorios o permanentes y [SORDERA], de naturaleza transitoria, en especial en pacientes tratados con altas dosis, por vía parenteral rápida, pacientes con insuficiencia renal o con hipoproteinemia como el síndrome nefrótico.
– Metabólicas. Se han comunicado casos de [HIPERURICEMIA], que raramente pueden desencadenar [GOTA]. También [HIPERGLUCEMIA], [HIPERCOLESTEROLEMIA] con incrementos del colesterol LDL y VLDL, [HIPERTRIGLICERIDEMIA], [INCREMENTO DE LOS VALORES DE NITROGENO UREICO] transitorio y [INCREMENTO DE LOS VALORES DE CREATININA SERICA].
– Hidroelectrolíticas. Debido a los efectos diuréticos de la furosemida, puede aparecer [HIPOVOLEMIA] y [DESEQUILIBRIO ELECTROLITICO], con [HIPOPOTASEMIA], [HIPONATREMIA], [HIPOCALCEMIA], [HIPOMAGNESEMIA], [HIPOCLOREMIA] y [ALCALOSIS METABOLICA] hipopotasémica o hipoclorémica. En orina es normal que aparezca [HIPERCALCIURIA]. Estos desequilibrios son más normales en caso de dosis elevadas, cirrosis hepática o pacientes con restricciones de sodio.
Estos cuadros pueden cursar con manifestaciones como [POLIDIPSIA], [DESHIDRATACION], [CONFUSION], [MIASTENIA], [CALAMBRES MUSCULARES], [TETANIA] (muy raramente) o [ARRITMIA CARDIACA].
– Hematológicas. Se ha descrito [ANEMIA], [ANEMIA HEMOLITICA], [LEUCOPENIA], [NEUTROPENIA] o [TROMBOPENIA]. Más raramente [EOSINOFILIA], [AGRANULOCITOSIS], [ANEMIA APLASICA] y [DEPRESION MEDULAR]. En caso de depresión medular debe suspenderse el tratamiento.
– Generales. [FIEBRE], [ASTENIA], [EXCESO DE SUDORACION].
Sobredosis
Síntomas: En caso de sobredosis aguda suele aparecer una pérdida importante de agua y electrolitos, apareciendo en casos graves hipovolemia y desequilibrio electrolítico, especialmente hipopotasemia. Esto puede dar lugar a hipotensión intensa, con colapso circulatorio y trombosis, y síntomas de depleción electrolítica como debilidad, mareos, confusión mental, anorexia, vómitos, arritmias cardiacas, incluyendo casos de bloqueo aurículo-ventricular o fibrilación ventricular, convulsiones o letargia. En los casos más graves puede aparecer insuficiencia renal aguda, delirio, parálisis flácida, apatía, coma e incluso muerte.
Tratamiento: No existe antídoto específico para la furosemida. En caso de ingestión reciente se puede proceder a favorecer la eliminación de la fracción no absorbida, a través de las medidas habituales como el lavado gástrico con administración de carbón activo, o la administración de eméticos o laxantes salinos.
Se mantendrá vigilado al paciente, monitorizando los niveles de electrolitos, la presión arterial y la funcionalidad renal. Se instaurará un tratamiento sintomático. Es importante corregir las alteraciones hidroelectrolíticas, que pueden requerir la administración de fluidos parenterales o de suplementos de electrolitos, especialmente potasio.
En caso de ser necesario, se procederá a instaurar la respiración artificial.
La furosemida no se elimina mediante hemodiálisis, como consecuencia de su elevada unión a proteínas plasmáticas.
Dopajes
La acetazolamida es una sustancia prohibida tanto dentro como fuera de la competición.
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– Stockley. Interacciones Farmacológicas. Pharma Editores, Barcelona. 1ª Edición, 2004.
Fecha de aprobación/revisión de la ficha
Diciembre, 2006.