Zaragatona (plantago psyllium)
Partes usadas
Semillas o sólo los tegumentos de las semillas.
Descripción
Bajo este término se agrupan distintas especies similares. Son plantas herbáceas anuales, con tallos de hasta 60 cm de altura. Presentan de 3-8 hojas lineares o lanceoladas, rectas, y con una disposición opuesta o en verticilos de tres hojas. La inflorescencia es una espiga ovoidea de flores blancas y pequeñas, rodeadas de brácteas.
– Plantago psyllium: El cáliz presenta 4 sépalos agudos, de tamaño similar. La corola está formada de igual manera por 4 pétalos agudos, con la superficie arrugada. Las brácteas son más cortas que las flores.
– Plantago arenaria: Los sépalos son desiguales y las brácteas son más largas que las flores y terminan en punta.
Los frutos son pixidios con dos huecos, conteniendo cada uno una semilla.
Las semillas miden unos 2-3 mm de largo por 0,8-1,0 mm de ancho y poseen forma elíptica de barco. Su color va de pardo claro a pardo muy oscuro y su superficie es brillante. En la cara convexa presentan un surco de color más claro. Las semillas de P. indica son de la misma longitud pero algo más anchas y de color un poco más oscuro y menos brillante.
La sección transversal es reniforme. El tegumento está formado por tres capas de células. La capa más externa del tegumento se forma por grandes células cuadrangulares ricas en mucílago. La segunda capa se constituye por células más pequeñas y aplastadas, mientras que las de la última capa son también aplastadas, aunque contienen un pigmento de color pardusco. En la almendra se puede observar un albumen desarrollado, constituido por células de pared engrosada y con multitud de poros. Estas células son muy ricas en lípidos y cristales de aleurona. El embrión está formado por células poligonales de paredes finas, con aceite esencial y granos de aleurona en su interior.
Composición
– Glúcidos. Es rico en polisacáridos heterogéneos del tipo de los mucílagos ácidos (10-15%), que por hidrólisis dan lugar a xilosa, galactosa y ácido D-galacturónico. También aparecen otros como el oligosacárido planteosa (1%).
– Iridoides. Aucubina (0,14%).
– Alcaloides piridínicos (trazas). Plantagonina, indicaína, indicainina.
– Triterpenos.
– Lípidos. Aceite formado por glicéridos de ácidos grasos insaturados, ácidos grasos libres y esteroides.
– Proteínas (15-18%)
– Sales minerales (2-3%).
Acción y mecanismo
– [LAXANTE]. La zaragatona presenta un efecto laxante mecánico debido a la presencia en su composición de sustancias mucilaginosas, tal y como ha quedado demostrado en estudios con animales y en ensayos clínicos. En contacto con el agua, los mucílagos forman un gel viscoso y voluminoso que incrementa el volumen de las heces, promoviendo el peristaltismo, y las mantiene blandas como consecuencia de la retención del agua. A este efecto laxante podrían contribuir también los iridoides.
Los efectos comienzan a ser aparentes al cabo de 12-24 horas, aunque en ocasiones pueden pasar 2-3 días hasta que se normaliza el tránsito gastrointestinal.
– [SACIANTE]. Los mucílagos de la zaragatona tienen una gran capacidad para captar el agua de los jugos gastrointestinales, aumentando de tamaño y produciendo una sensación de saciedad.
– [ANTIDIARREICO]. Los mucílagos de la zaragatona actúan como reguladores del peristaltismo intestinal. En caso de diarrea, pueden adsorber el exceso de agua de la luz intestinal debido a su gran poder higroscópico.
– [HIPOLIPEMIANTE]. Los mucílagos de la zaragatona podrían aumentar la viscosidad del bolo, disminuyendo la absorción oral del colesterol y aumentan la eliminación fecal de colesterol y ácidos biliares.
– [HIPOGLUCEMIANTE]. Los mucílagos de la zaragatona podrían reducir la absorción intestinal de glúcidos al hincharse en el intestino, formando un gel viscoso.
Indicaciones
– Indicaciones bien establecidas:
* Estreñimiento. Tratamiento del estreñimiento habitual.
* Situaciones en las que sea deseable un ablandamiento de las heces, tales como podría ser en caso de hemorroides, fisuras anales o cualquier otra lesión en el recto.
– Indicaciones tradicionales: No se han descrito.
Posología
DOSIFICACIÓN:
– Adultos, oral: Dosis diaria de 25-40 g, dividido en 3 dosis.
Si al cabo de tres días de tratamiento los síntomas continúan o empeoran, se aconseja consultar al médico y/o farmacéutico
– Niños, vía:
* Niños mayores de 12 años: Dosis diaria de 25-40 g, dividido en 3 dosis.
* Niños de 6-12 años: Dosis diaria de 12-25 g, dividido en 3 dosis.
* Niños menores de 6 años: No se ha evaluado la seguridad y eficacia de la zaragatona.
NORMAS PARA LA CORRECTA ADMINISTRACIÓN:
Las semillas de zaragatona presentan un rico contenido en mucílagos, sustancias con gran capacidad para hidratarse y formar geles voluminosos. Ante el riesgo de obstrucción esofágica, se aconseja mezclar cada gramo de semillas con unos 30 ml de agua, leche, zumos de frutas o líquidos similares. La mezcla se agitará vigorosamente para formar una suspensión lo más homogénea posible, que a continuación se ingerirá inmediatamente.
Tras la ingestión de la zaragatona se recomienda que el paciente evite tumbarse, debido a que podría favorecer la aparición de obstrucciones esofágicas.
De igual manera, los pacientes deberán ingerir una cantidad adecuada de agua (unos dos litros diarios) durante el tratamiento con zaragatona, para mejorar los efectos laxantes y para prevenir la posible obstrucción esofágica o intestinal que podrían producir los mucílagos.
Contraindicaciones
– Hipersensibilidad a la zaragatona.
– Disfagia. En los pacientes en los que aparezca dificultad para tragar, o en caso de estrechamiento del esófago, se aconseja evitar la utilización de plantas mucilaginosas ante el riesgo de obstrucción esofágica.
– Obstrucción intestinal. Se recomienda evitar la utilización de laxantes como la zaragatona en pacientes en los que el tránsito intestinal se encuentre dificultado o impedido, así como en aquellos con apendicitis, en los que una estimulación del tránsito intestinal podría ser peligrosa.
– Síntomas gastrointestinales inespecíficos. Los efectos laxantes de la zaragatona podrían enmascarar enfermedades graves, como obstrucciones intestinales, apendicitis o incluso cáncer de colon. Se recomienda que los pacientes en los que aparezca frecuentemente dolor abdominal de origen desconocido, así como náuseas, vómitos, o hemorragia rectal de origen desconocido, eviten la utilización de cualquier especie laxante, y acudan a su médico para que se realice un diagnóstico preciso.
Precauciones
– Diabetes. En varios estudios se ha comprobado que la zaragatona podría dar lugar a un efecto hipoglucemiante, potenciando los efectos de los fármacos antidiabéticos. Sería aconsejable un control más cuidadoso de la glucemia al iniciar un tratamiento con zaragatona.
– Síntomas de obstrucción del tubo digestivo. Las semillas de zaragatona, al igual que otras drogas mucilaginosas, tienen gran capacidad para captar agua e hidratarse, hinchándose y aumentando varias veces de tamaño. Si se ingieren directamente sin dispersarlas antes en agua, podría aparecer una obstrucción esofágica. De igual manera, si el consumo de agua durante el tratamiento no es el adecuado, podría producirse una obstrucción intestinal. Se recomienda por tanto dispersar las semillas de zaragatona en un volumen adecuado de agua (30 ml por cada gramo de semillas) antes de su ingestión, y asegurar un aporte suficiente de agua (unos dos litros diarios) durante el tratamiento. Los pacientes que describan síntomas de obstrucción esofágica (dolor torácico, dificultad para tragar, disnea) o intestinal (vómitos, ausencia de defecación, dolor abdominal) deberán consultar al médico.
Advertencias/consejos
CONSEJOS AL PACIENTE:
– La utilización de medicamentos laxantes no debe constituir una alternativa a otras medidas higiénico-dietéticas para prevenir el estreñimiento, tales como el consumo diario de una cantidad adecuada de fibra, junto con la ingestión de abundantes líquidos, así como la realización de ejercicio físico o el tener unos hábitos como procurar tener una hora fija para acudir al baño.
– No se recomienda utilizar medicamentos laxantes en caso de dolor abdominal de origen desconocido, náuseas o vómitos.
– Se aconseja suspender las semillas de zaragatona en un líquido adecuado antes de su ingestión, ingiriendo inmediatamente la suspensión.
– Se recomienda ingerir una cantidad adecuada de agua (unos dos litros diarios) durante el tratamiento con zaragatona, para mejorar los efectos laxantes y prevenir la posible obstrucción del tubo digestivo.
– La zaragatona es un regulador del tránsito gastrointestinal, por lo que sus efectos pueden tardar varios días en hacerse patentes.
– Se aconseja evitar tumbarse inmediatamente después de la ingestión de la zaragatona.
– Se recomienda consultar al médico o farmacéutico si los síntomas continúan o empeoran después de 3 días de utilización de la zaragatona.
– Se aconseja consultar al médico o farmacéutico si el paciente describe dificultad o dolor al tragar, dolor en el pecho o en el abdomen, vómitos, dificultad para respirar o no consigue defecar a pesar del tratamiento.
– Si el paciente está en tratamiento con otros fármacos de administración oral, deberá dejar pasar al menos 30-60 minutos entre la toma de estos medicamentos y la zaragatona.
– Los pacientes diabéticos deberían controlar con más cuidado sus niveles de glucemia cuando empiecen a usar zaragatona.
CONSIDERACIONES ESPECIALES:
– Antes de prescribir un laxante a un paciente con dolor abdominal de origen desconocido, se aconseja descartar otras patologías graves.
– Se recomienda investigar la causa del estreñimiento en pacientes que necesiten un uso diario del laxante.
– Se aconseja controlar con mayor cuidado los niveles de glucemia en pacientes diabéticos.
Interacciones
Los mucílagos tienen la capacidad de formar geles viscosos al hidratarse, geles que podrían retener a diferentes principios activos en su interior, retrasando o disminuyendo su absorción. Por lo tanto, existe un elevado riesgo potencial de interacción entre la zaragatona y cualquier otro fármaco que se administre conjuntamente por vía oral, entre los que podríamos incluir glucósidos cardíacos, anticoagulantes orales, carbamazepina o litio. Por lo tanto, se aconseja distanciar las tomas de zaragatona y otros principios activos, dejando pasar al menos 30-60 minutos entre ambos.
– Antidiabéticos, incluidos insulina y antidiabéticos orales. La zaragatona podría reducir la absorción de glúcidos, disminuyendo las necesidades de insulina, por lo que podría aumentar el riesgo de hipoglucemia. De igual manera, podría potenciar los efectos de los antidiabéticos orales, o reducirlos al disminuir su absorción. Se aconseja que los pacientes diabéticos controlen con mayor cuidado los niveles de glucemia al iniciar un tratamiento con zaragatona, y si se aprecia una pérdida del control de la glucemia, podría ser necesario un reajuste posológico.
– Fármacos que disminuyan el peristaltismo intestinal, como los opioides o fármacos anticolinérgicos (como ciertos antihistamínicos, antidepresivos, antipsicóticos). Estos medicamentos podrían oponerse a los efectos laxantes de la zaragatona, favoreciendo la aparición de obstrucciones intestinales. Se recomienda utilizar conjuntamente sólo en aquellos casos en los que sea estrictamente necesario, y siempre bajo control médico.
Embarazo
No se dispone de estudios adecuados y bien controlados en mujeres embarazadas. Sin embargo, es poco probable que los mucílagos de la zaragatona se absorban a nivel intestinal. Por regla general se recomienda la utilización de laxantes mecánicos en mujeres embarazadas antes que cualquier otro tipo de laxantes, aunque su uso sólo debería llevarse a cabo en el caso de que no existiendo alternativas terapéuticas más seguras, los beneficios superen a los posibles riesgos.
Lactancia
Se desconoce si los componentes de la zaragatona se excretan con la leche materna, y las posibles consecuencias que esto pudiera tener para el lactante. Sin embargo, y debido a que los mucílagos no se absorben a nivel intestinal, no es muy probable que aparezcan efectos laxantes en el lactante. Normalmente se aconseja emplear laxantes formadores de masa en mujeres embarazadas, antes de cualquier otro tipo de laxantes.
Niños
No se ha evaluado la seguridad y eficacia en niños menores de 6 años, por lo que se recomienda evitar su utilización. En general, la utilización de laxantes en niños debería llevarse a cabo con extrema precaución, ya que en muchas ocasiones los niños no son capaces de describir sus síntomas con claridad. Se recomienda por lo tanto utilizar la zaragatona sólo si fuera estrictamente necesario y bajo prescripción médica, y tras haber descartado la presencia de enfermedades más graves.
Ancianos
Si bien no se han descrito problemas específicos en ancianos, en este grupo de edad podría ser más habitual la aparición de obstrucciones esofágicas o intestinales, debidas a la mayor incidencia de trastornos de la deglución, a una disminución fisiológica del tránsito gastrointestinal así como a la disminución de la ingesta de agua y líquidos que suele observarse en estos pacientes.
Reacciones adversas
Las reacciones adversas de la zaragatona son leves y raras.
– Digestivas. Es común que el paciente presente flatulencia como consecuencia de la fermentación bacteriana de distintos productos de las semillas en el colon. En caso de una mala utilización, normalmente por ingesta insuficiente de líquido, podría aparecer obstrucción esofágica, con disfagia y dolor al tragar, sensación de opresión torácica, vómitos, u obstrucción intestinal, que cursa con dolor abdominal intenso, vómitos y ausencia de heces.
– Alérgicas/dermatológicas. La zaragatona posee un potencial bajo de sensibilidad, por lo que muy raramente podría producir reacciones alérgicas con rinitis, espasmo bronquial y urticaria. En los casos más graves podría producirse incluso anafilaxia.
Sobredosis
Síntomas: En caso de sobredosis, especialmente si la ingesta de zaragatona no se acompañase de una ingesta adecuada de líquido, podría esperarse que apareciese aerofagia, molestias gastrointestinales leves y en casos graves, obstrucción intestinal.
Tratamiento: En caso de sobredosis se aconseja beber una gran cantidad de agua, e instaurar un tratamiento sintomático.
En caso de sobredosis o ingestión accidental, acudir a un centro médico o consultar al Servicio de Información Toxicológica, indicando el producto y la cantidad ingerida.
Fecha de aprobación/revisión de la ficha
Mayo, 2008.