Con la llegada del verano y las vacaciones, se multiplican las oportunidades para pasar tiempo al aire libre con los más pequeños de la casa. Sin embargo, este periodo trae también consigo temperaturas elevadas, a las cuales son más sensibles los niños.

Tal y como ha declarado a EFE Salud,  la doctora Pepa Mellado, jefa de pediatría del Hospital La Paz, “Al igual que los ancianos, los niños constituyen un segmento de la población especialmente vulnerable a los efectos del sol”, ha declarado la experta, quien hace hincapié en que son los menores de cuatro años y los lactantes los que están más expuestos.

Deshidratación

Las altas temperaturas afectan de manera distinta a mayores y pequeños. En este sentido, la pediatra señala que los niños necesitan mucha hidratación porque están constantemente en movimiento, lo que provoca que reciban mucho calor, sobre todo en la cabeza. Si los niños se encuentran al aire libre, la experta hace una serie de recomendaciones:

• Evitar que estén a pleno sol y organizar actividades en la sombra
• Darles líquido en poca cantidad pero de forma frecuente
• Proteger siempre la cabeza y refrescarla con agua
• Vestirlos con prendas ligeras, de colores claros y tejidos transpirables como el algodón. En cuanto al calzado, mejor optar por zapatos de lona o sandalias para prevenir las ampollas.
• Es necesario usar protección solar todos los días.
• La crema de protección solar se debe aplicar por toda la piel entre 20 y 30 minutos antes de la exposición al sol
• En los meses más calurosos, mejor no tomar platos muy calóricos y dar protagonismo a frutas y verduras

Golpes de calor

La especialista ha explicado que los golpes de calor pueden ser de intensidades distintas, desde los más leves en los que hay cansancio y dolor de cabeza, hasta un shock térmico que es uno de los casos más graves.

Sus principales síntomas en los niños son:

• Cansancio y astenia
• Dolor de cabeza
• Enrojecimiento de la cara
• Elevada temperatura corporal
• En los niños de más edad, calambres en las piernas

Ante un golpe de calor en un niño, la doctora aconseja bañar a los pequeños y mojar su cabeza dejando el cabello empapado. Asimismo, recomienda darles agua, y recostarlos en la sombra.Si el menor muestra signos de mucha debilidad, vomita o presenta cefalea, hay que llevarlo a un centro médico.

Quemaduras

La protección solar  se debe aplicar durante todo el año en los más pequeños y en verano se debe extremar la precaución para evitar quemaduras. La Dra. Mellado destaca que las pieles más pálidas y pecosas son las que presentan mayores riesgos.

En la playa o la piscina,  la doctora aconseja a los padres bañar a sus hijos a ratos en el mar y secarlos un poco al sol, para después ponerlos en la sombra. “En todo el día, que estén al sol una hora o dos, y siempre protegidos”, subraya la pediatra. Asimismo, advierte de que si el menor va a jugar en la arena, debe hacerlo con camiseta y gorra.

La medida más importante en una quemadura solar es prevenirla. En el caso de que se produzcan las quemaduras hay que hidratar mucho la piel de los niños con bálsamos calmantes y lociones after sun. La pediatra advierte que si aparece algún tipo de ampolla, hay que acudir a un centro médico porque requiera ser cubierta con algún apósito especial.

Fuente: DocNews