También llamado constipado, es una infección vírica que afecta a las vías respiratorias altas, desde la garganta hasta la nariz. Es una de las afecciones que más personas contraen y una de las mayores causas de absentismo laboral y escolar.

Los virus causantes del resfriado común se encuentran en cualquier país del mundo, por lo que nadie está a salvo de resfriarse. Eso se debe a la gran variedad de virus que lo pueden causar, pero también a que no existe una vacuna eficaz que permita su prevención. No obstante, existen personas que presentan un mayor riesgo: los niños, cuya inmadurez de los sistemas de defensa se suma a la asistencia diaria a centros con gran concentración de personas como colegios y guarderías, y las personas ancianas, que, en general, presentan una menor capacidad de resistencia frente a las infecciones.

Los resfriados son más frecuentes en otoño e invierno, pero existen los llamados resfriados de verano, que aparecen en épocas cálidas y que no suelen alcanzar dimensiones epidémicas.

Más de doscientos virus pueden causar un resfriado. Los más frecuentes son las variedades rinovirus y coronavirus. Como a su vez existen muchos tipos de cada una de las variedades, no es difícil que uno recaiga sin son virus distintos los que lo afectan, porque el sistema inmunitario aún no ha elaborado defensas específicas para cada uno de ellos.

Al tratarse de una infección de carácter vírico, los antibióticos resultan ineficaces, porque la función de estos es combatir otro tipo de microbios, como las bacterias, Así pues, es inútil tratar un resfriado común con antibióticos, y puede resultar contraproducente.

Existen cinco tipos de medicamentos básicos:

• Analgésicos y antitérmicos. Se utilizan para aliviar la fiebre, el dolor de cabeza, las molestias en la garganta y para mejorar el malestar general.

• Anticongestivos nasales. Reducen el exceso de mucosidad y la secreción acuosa, y disminuyen la congestión nasal.

• Antihistamínicos. Se trata de un grupo de fármacos que tienen como objetivo bloquear la liberación de histamina por parte de las células especificas que las producen. Son capaces de reducir los efectos naturales y farmacológicos de la histamina. Entre los diferentes grupos de antihistamínicos destacan los antagonistas de los receptores H-1, que se usan para los trastornos alérgicos. Como curiosidad indicamos que los antagonistas de los receptores H-2 bloquean la liberación por histamina de ácido gástrico y, en consecuencia, se usan para tratar la úlcera gastroduodenal.

• Antitusígenos. Indicados para el tratamiento de la tos.

• Expectorantes y mucolíticos. Se utilizan con la finalidad de aumentar la fluidez de las secreciones, facilitando así su drenaje y eliminación.