Ventajas de prevenir la aparición de trastornos de salud
Podríamos poner un ejemplo sencillo para entender las ventajas que puede proporcionar la prevención de las enfermedades frente a la curación de las mismas.
Supongamos que realizamos el seguimiento de dos personas distintas que presentan condiciones y circunstancias personales y socio-familiares parecidas.
Una de ellas, la persona A, es cuidadosa con sus dientes, los asea con regularidad después de las comidas, utiliza además hilo dental y enjuague bucal para prevenir la aparición de caries y otros trastornos de los dientes y las encías.
La persona B, por el contrario, cepilla sus dientes de forma muy irregular, prácticamente nunca, y no utiliza hilo dental ni enjuague bucal. No suele visitar al dentista para revisar el estado de salud de su dentadura, al contrario de lo ocurre con la persona A, que acude a una revisión anual con el dentista de forma periódica.
La persona A, con el paso del tiempo no ha tenido apenas incidentes con sus dientes, en algún caso ha precisado realizar algún empaste y casi nunca ha padecido dolor en los diente o en las encías. Sin embargo, sí que ha tenido que dedicar alrededor de 15 a 30 minutos cada día al aseo y limpieza de su boca.
La persona B, al cabo de un tiempo ha notado que precisaba acudir con más frecuencia al dentista por problemas, no sólo de empastes, sino, por problemas más graves en su dentadura.
Además, ha presentado con frecuencia dolor en dientes o muelas, sangrado de las encías, mal olor del aliento y ha perdido varias piezas con el paso de los años, lo cual le ha obligado a realizar, en ocasiones, desembolsos importantes en el dentista.
A su vez, los problemas en los dientes han provocado, secundariamente, lesiones en una de sus válvulas del corazón, por lo cual ha tenido que ser operado en dos ocasiones y tiene que tomar medicamentos de por vida.
Este sencillo ejemplo, pone de manifiesto que el esfuerzo realizado en prevención en materia de salud exige una pequeña inversión diaria, que a la larga resulta más que rentable, pues ahorra no sólo sufrimiento físico, sino también recursos y dinero. Además, mejora notablemente nuestra calidad de vida.
La prevención en materia de salud cardiovascular, realizando ejercicio y tomando una dieta saludable, en materia de prevención de infecciones, utilizando vacunas o aplicando medidas higiénico-dietéticas apropiadas, en materia de prevención laboral, evitando situaciones y riesgos laborales, y en cualquier otro área de nuestra vida (niñez, adolescencia, embarazo, lactancia, tercera edad) va a facilitar que nuestra vida sea más gratificante.
Consulta con tu médico de familia y con el equipo médico de tu centro de salud cuáles son las medidas preventivas más apropiadas en tu situación personal, familiar y social; con el tiempo entenderás que es un tiempo muy bien empleado y cuyos beneficios no sólo se miden en dinero, también en calidad de vida y satisfacción y equilibrio personal, algo que no puede pagarse con dinero.