Más del 50% de la población española mayor de 60 años padece aterotrombosis
Más de la mitad de la población española mayor de 60 años padece aterotrombosis, una enfermedad que se debe a la coexistencia de arterioesclerosis y trombosis.
Impiden que la sangre circule bien en los vasos sanguíneos debido al aumento del grosor de las arterias producido por la grasa acumulada en ellas.
Así lo han puesto de manifiesto los expertos reunidos en el VII Curso de Aterotrombosis celebrado recientemente en Madrid.
Con la colaboración de AstraZeneca, donde han recordó que el 33% del total de las muertes que se producen en España son por motivos cardiovasculares.
"Los síndromes coronarios agudos causan el 50% de las muertes por enfermedad cardiovascular", afirma la directora del Centro de Investigación Cardiovascular del Hospital Sant Creu i Sant Pau de Barcelona, Lina Badimon.
La especialista insiste en que hay registros que muestran que "es tal la gravedad", que una tercera parte de los pacientes que tienen un infarto de miocardio mueren en las 24 horas siguientes de presentar la isquemia.
Y que el 15% de los pacientes que sufren una angina inestable mueren o tienen otro evento no fatal en los siguientes 30 días.
Entre las causas principales del estrechamiento de las arterias, los médicos enumeran los factores de riesgo cardiovascular, que se clasifican en no modificables y modificables.
"La edad, el sexo y los condicionantes genéticos individuales son factores que no se pueden cambiar.
Pero sí que se pueden tratar dietéticamente o farmacológicamente los niveles elevados de colesterol LDL, de presión arterial, triglicéridos, glucosa, los niveles bajos de colesterol HDL y la obesidad".
Hábitos de vida "poco saludables"
"Muchos de estos factores modificables son fruto de hábitos de vida poco saludables, como el hábito tabáquico, una dieta rica en grasas y la falta de ejercicio.
Por lo que en general se deben controlar todos para poder evitar las complicaciones que supone la aterotrombosis".
Recuerda la necesidad de mantener siempre unos hábitos saludables, puesto que el impacto se ve a corto y medio plazo y, al mismo tiempo, el envejecimiento será más sano.
"La meta es conseguir que se trate a los pacientes con aquellos fármacos que se ajusten más a las necesidades individuales de cada uno con el fin de reducir o evitar, en la medida de lo posible, el riesgo de sangrado que se suele producir durante un tratamiento que intenta inhibir la trombosis".