Reducir el consumo de sodio podría ser muy útil para bajar la tensión
Una de las medidas que primero se recomiendan a las personas que padecen hipertensión es que se despidan del salero. Numerosos estudios han demostrado que reducir el consumo de sodio ayuda a bajar los niveles de presión arterial.
Sin embargo, no todas las personas responden por igual a este control y, mientras que algunos consiguen mantener a raya su tensión a través de una dieta adecuada, otros se encuentran con más problemas.
Un reciente trabajo ha identificado a un grupo de pacientes que podría beneficiarse especialmente de una dieta baja en socio: aquellos que sufren síndrome metabólico. Según sus datos, estos enfermos tienen una sensibilidad más alta a la sal.
El síndrome metabólico se diagnostica si el paciente presenta una combinación de trastornos que incrementan el riesgo cardiovascular. Según las guías médicas, existe el síndrome si el enfermo presenta al menos tres de estos síntomas: obesidad abdominal, hipertensión, bajos niveles de HDL o ‘colesterol bueno’, altos niveles de LDL o ‘colesterol malo’, cifras elevadas de azúcar en sangre y una alta concentración de triglicéridos.
"Nuestros resultados sugieren que este síndrome aumenta la respuesta a la ingesta de sodio [que se refleja] en la tensión arterial", explican los autores en su trabajo, publicado en una entrega ‘on-line’ de la revista ‘The Lancet’.
Especial sensibilidad
Estos investigadores, dirigidos por Jing Chen, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Tulane (Nueva Orleans, EEUU) analizaron el caso de 1.906 voluntarios chinos no diabéticos a los que realizaron distintos análisis, como la medición de su tensión arterial, sus niveles de glucosa y colesterol en sangre o el control de su peso.
Tras estas mediciones, los participantes recibieron instrucciones para tomar, durante una semana, una dieta baja en sodio. Seguidamente, debían ingerir durante otros siete días una alimentación rica en sal. En este periodo, se analizó varias veces la tensión arterial de cada individuo.
Un total de 283 de los pacientes analizados (1881 individuos completaron finalmente la investigación) presentaban síndrome metabólico; un grupo que, tal como explican los investigadores, se mostró especialmente sensible a los cambios en la ingesta de sal.
Según sus datos, tanto en la fase de alimentación rica en sodio como en la baja, la tensión de estos pacientes variaba más que la del resto de participantes. "Es más, el riesgo de padecer una sensibilidad a la sal aumentaba a medida que se incrementaba el número de factores relacionados con el síndrome metabólico (que presentaba el paciente)", explican los autores en su trabajo.
"Una reducción en la ingesta de sal podría ser beneficiosa, por tanto, en individuos con síndrome metabólico", añaden estos autores, quienes no han podido determinar qué mecanismo exacto se esconde detrás de esta relación.
Precisamente, en un editorial que acompaña a este trabajo en ‘The Lancet’ se reclaman más estudios en este campo. El autor, miembro del Centro para el control y la prevención de enfermedades de China, señala que posteriores trabajos también deberían dilucidar si esta especial sensibilidad a la sal se da también en otras razas.
"Si la hipertensión sensible a la sal se registra entre los ciudadanos chinos de forma más frecuente que en otros países, la reducción de la ingesta de sodio debería convertirse en una campaña nacional, que incluyera informaciones sobre la asociación entre la sal y la hipertensión, el etiquetado correcto de los alimentos, la creación de nuevos platos y el cultivo de costumbres alimenticias que redujeran la preferencia de sabores salados entre los niños", concluye el documento.