Aconsejan los videojuegos activos como complemento al ejercicio tradicional en niños obesos
Aunque queman menos energía, se consigue más adherencia al deporte porque obtienen más satisfacción y menos sensación de esfuerzo. Especialistas pediátricos recomiendan los videojuegos activos como una herramienta complementaria al deporte en niños obesos.
Ya que al diseñarles un programa de ejercicio físico personalizado acorde a sus gustos y capacidades se siente más motivados y se consigue una mayor adherencia al tratamiento.
Estas son las conclusiones de un estudio multidisciplinar de la Universitat Politécnica de Valencia, la Universitat de Valencia, la Universitat Jaume I, el Hospital general de Valencia y el centro de Investigación Biomédica en red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn).
El doctor Julio Alvarez, pediatra de la Unidad de Riesgos Cardiovasculares del Hospital General de Valencia, ha explicado que los videojuegos activos se trata de una "herramienta más, nunca de un sustitutivo" del deporte.
Ha resaltado sus ventajas en casos como John Mario, un niño de 12 años, que al llegar a su unidad pesaba 75 kilos y que tras 10 meses ha conseguido perder ocho kilos junto a un cambio de alimentación y de estilo de vida.
Precisamente, es en la motivación por hacer deporte donde puede influir las llamadas plataformas ‘exergaming’. Así, ha narrado que aunque estos menores no están incapacitados para la práctica deportiva sus condiciones físicas les limitan.
Si se les pauta la práctica de un paseo ligero durante 10 minutos a 5 kilómetros por hora "acaban agotados y no lo quieren volver a hacer". En cambio, si se les pauta que jueguen 20 minutos a un videojuego "se sienten mejor y quieren repetir".
En otros casos, ha constatado no es que los niños "no quieran es que no pueden" ya que cuando se les dice que tienen que salir a hacer bicicleta o correr en el parque responden que su madre trabaja y que no se les deja ir solos a la calle.
En cambio, sí que pueden dedicar ese tiempo dentro de casa a estos videojuegos, que cada vez "se están desarrollando más y resultan más fidedignos al movimiento del cuerpo".
La jefa del servicio de pediatría de este centro, Empar Lurbe, ha constatado la necesidad encontrar nuevos tratamientos que aumenten la adherencia del menor al deporte ya que la obesidad es un patología que va en crecimiento progresivo.
Así, entre los 3 y los 16 años uno de cada tres niños tiene algún grado de obesidad y ha advertido que de no cortarse esta tendencia será la primera generación que vive menos que sus padres por las patologías asociadas que conlleva.
Actividades aeróbicas
Hasta el momento, en el estudio han participado 70 niños: 30 obesos atendidos en las consultas de la Unidad de Obesidad y Riesgo Cardiovascular de este servicio, y otros 40 con peso normal.
Los investigadores han comprobado que los escenarios virtuales reducen la sensación del esfuerzo del niño mientras hace ejercicio.
Están más entretenidos y son capaces de terminar el programa. De hecho, todos los menores a los que se les ha ofrecido participar han aceptado y todos los han terminado.
Se pueden considerar las nuevas tecnologías como un aliado en la práctica clínica para adecuar de forma personalizada con el fin de obtener los máximos beneficios.
Hay que tener en cuenta que en la actualidad sólo un pequeño número de videojuegos consigue que el niño realice una actividad física de intensidad moderada y dentro de la disparidad de resultados obtenidos hasta la fecha son menos aún los estudios que tratan de valorar los diferentes efectos del ‘exergaming’ en niños obesos.
Los investigadores han desarrollado un plan de trabajo, validado por médicos y fisioterapeutas, que incluye un breve cuestionario, actividades de tipo sedentario y finalmente se comparar actividades de tipo más aeróbico en plataformas ‘exergaming’.
Las pruebas se realizan en el laboratorio de Fisiología del Ejercido Físico del Hospital General para medir, a través de una camiseta calorimetría, su respuesta metabólica y con un pulsioxímetro el oxígeno que circula por la sangre y el ritmo cardíaco.
Debe responder una cuestionario para estudiar la motivación frente a la realización de actividad física antes de la prueba y su grado de satisfacción después de realizar cada uno de los ejercicios que la componen.