Un estudio relaciona ejercicio físico intenso con arritmias cardíacas
Un estudio realizado en el Hospital Clínic de Barcelona ha logrado relacionar de forma directa el ejercicio físico intenso con un mayor riesgo de sufrir fibrosis y arritmias cardíacas, debido a los cambios estructurales que se producen en el ventrículo derecho y en las aurículas del corazón.
Aporta la suficiente evidencia científica como para precisar que los cambios que produce el deporte "prolongado y continuado" de alta intensidad son acumulativos, si bien también son "reversibles" cuando cesa esta práctica.
Los investigadores compararon la evolución del corazón en ratones sometidos a ejercicio físico intenso durante 4, 8 y 16 semanas con otro grupo de ratones sedentarios, y comprobaron cómo el 42% de los "ratones maratonianos" presentaban anomalías en la estructura del corazón al finalizar el experimento frente al 6% de los sedentarios.
El ejercicio sería el equivalente a realizar deporte de alta intensidad de forma diaria durante 10 años en humanos, y apunta por tanto a una mayor probabilidad de sufrir fibrilación auricular a largo plazo en atletas de resistencia.
Realizar deporte es bueno, "mejora la supervivencia y previene de enfermedades cardiovasculares", y reduce el riesgo de sufrir una muerte repentina.
Han precisado que los efectos negativos se observan tan solo en el caso de que el ejercicio sea especialmente intenso y prolongado en el tiempo.
El estudio, en el que también ha colaborado el Montreal Heart Institute y la Universidad de Montreal (Canadá), parte de la tesis doctoral de la investigadora Gemma Gay-Jordi.
Especifica que los ratones con ocho semanas de reposo tras el periodo de ejercicio intenso revierten la situación y disminuyen el riesgo, aunque los efectos son "acumulables" en el tiempo.
Pruebas preventivas
Brugada ha destacado la importancia de realizar "revisiones regulares" preventivas a los deportistas para cercionarse de que el corazón es absolutamente normal, tanto al inicio de su carrera como de forma periódica para comprobar su evolución.
Dicho control debería incluir un electrocardiograma en el caso de la población infantil que se inicia en el mundo del deporte, ya que ello descartaría el 99% de las malformaciones graves del músculo.
El cardiólogo ha reconocido que en la actualidad dichas pruebas no se realizan, aunque ha confiado en que la situación cambie con el despliegue en Cataluña de la nueva ley cdel deporte, que debería extender la difusión de los certificados de aptitud cardiológica.
La probabilidad de sufrir arritmias varía en función de la genética y otros factores, por lo que la investigación abre la puerta a profundizar en el límite admisible para los deportistas de élite, al tiempo que deja en el aire la posibilidad de utilizar algunos medicamentos para prevenir estas dolencias.