La tasa de fumadores aumenta un 7% con la actual ley antitabaco
Si uno de los objetivos de la ley antitabaco que entró en vigor el 1 de enero de 2006 era reducir el número de fumadores, ha fracasado. Los datos de la Encuesta Europea de Salud 2009 que ayer adelantó el Instituto Nacional de Estadística muestran que, desde que se prohibió consumir tabaco en los centros de trabajo, la proporción de personas que se declaran fumadoras (habituales u ocasionales) ha aumentado un 6,68% (ha pasado del 29,5% al 31,5% de los mayores de 16 años).
Los expertos tienen puestas sus esperanzas en la futura norma, que prohibirá fumar también en todos los lugares de ocio cerrados. Sanidad ya la ha debatido con los grupos parlamentarios. Fuentes de la negociación admiten que ha sido "en general muy bien recibida". Sanidad espera enviar el borrador al Congreso en febrero, para que se apruebe en junio, al final de la presidencia europea de la UE.
Porque lo que está claro es que limitar el consumo de tabaco no ha sido aliciente suficiente para que las personas dejaran de fumar. La ley de 2006 no era una prohibición total: se centraba en los lugares de trabajo, pero dejaba la mano abierta a los lugares de ocio.
Para Ángeles Planchuelo, presidenta de la Comisión Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), los datos no son una sorpresa. "Coincide con los nuestros, e indican que hay que avanzar en la ley", afirma. Planchuelo admite que un estudio de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) hecho al año de entrar en vigor la ley calculaba que un millón de personas había dejado de fumar. "Pero ese efecto parece que se ha pasado", admite.
Y cree que se debe a que, al no ser la restricción total, no es efectiva para desanimar a los nuevos fumadores. "Esto es especialmente importante en los niños y adolescentes. Si ven que en los lugares de ocio se puede fumar, lo asumen como algo normal; es un proceso especular", indica la médica.
"En cambio, si la prohibición fuera total (en todos los lugares públicos cerrados), el impacto sería mucho mayor. Es lo que se ha visto en otros países. Porque, además, ese efecto se notaría mucho en los hogares". Precisamente, éste es uno de los aspectos que destaca el INE en su avance de los datos: que un tercio de los niños están sometidos al humo del tabaco en su casa, porque sus propios padres fuman delante de ellos.
También José Miguel Sánchez Torres, secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón, manifiesta que es importante que las "medidas se apliquen estrictamente". "Los datos son preocupantes, sobre todo porque se ve que el porcentaje de ex fumadores se mantiene, y eso quiere decir que los nuevos fumadores son, sobre todo, jóvenes. Por eso digo que podemos hacer las cosas mejor".
Y el médico del Servicio de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, recalca que apoyan la ley anunciada, pero no sólo eso. "Hay que insistir en la publicidad y en la regulación de la venta", señala con la vista puesta en los más jóvenes.
Precisamente la semana pasada, el Senado aprobó, dentro de la ley ómnibus de prestación de servicios, una aclaración para que las máquinas expendedoras no estén al alcance de cualquiera. Ni en "áreas anexas o de acceso previo a los locales", afirma.
Lo que parece claro es que los bares, del tamaño que sean, podrán seguir vendiendo tabaco. Es la contrapartida del Gobierno a una prohibición que ha sentado muy mal al sector, que afirma que, en contra de lo que ha pasado en otros países, como Italia e Irlanda, donde la prohibición no ha afectado a los negocios, perderá 11.000 millones de euros.