Las enfermedades crónicas, la mayor amenaza de la salud
Un mundo en el que la gente sana será minoría, en el que los niños estarán tan obesos y enfermos que morirán antes que sus padres y en donde los sistemas de salud estarán al borde del colapso porque muchos ciudadanos sufrirán un trastorno.
Las cifras corresponden al escenario que preven los presidentes de las principales instituciones sanitarias internacionales para 2030, a no ser que los gobiernos se tomen en serio de una vez la grave amenaza que suponen las enfermedades crónicas.
Los tumores, las patologías cardiovasculares, la enfermedad respiratoria crónica y la diabetes son las cuatro enfermedades que causarán más muertes en una década, sobre todo en los países de medianos y bajos ingresos que no pueden hacer frente a los gastos que generan estos problemas.
Mientras en los países más desarrollados causarán el 69% de los decesos en 20 años, si no se adoptan medidas para prevenirlos, en los lugares menos favorecidos el porcentaje asciende al 80%.
Todos estos ‘enemigos’ para la salud tienen factores comunes de riesgo, como el consumo de tabaco, la mala alimentación, la inactividad física o el abuso de alcohol.
"Si la comunidad internacional continúa ignorando esta amenaza, que lleva propagándose en silencio demasiado tiempo, nos espera un futuro muy negro.
Estos trastornos se comportan como asesinos y no conocen fronteras ni economías, aumentan la pobreza y debilitan los sistemas de salud".
Los dirigentes de la Federación Internacional de Diabetes, de la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y la Enfermedad Pulmonar, de la Unión para el Control del Cáncer y de la Federación Mundial del Corazón, que juntas han formado la Alianza de Enfermedades No Transmisibles (NCD, según sus siglas en inglés).
Las estadísticas muestran que tan sólo un 2% ó 3% de la ayuda al desarrollo para programas de salud se destina a prevenir estas enfermedades, una cifra más baja que la que se dedica a la lucha contra el sida o la tuberculosis.
Los expertos piden que "el debate sobre la enfermedad crónica entre en la agenda de salud mundial y que, en los países pobres, no se separe esta lucha de la de otras enfermedades".
¿Cuánto cuesta salvar vidas?
Hay motivo para la esperanza. Se sabe qué medidas podrían mejorar el desolador escenario que preven los especialistas y, más aún, se conoce cuánto costarán.
Un investigador de Nueva Zelanda y el doctor Richard Horton, editor de ‘The Lancet’, dos de las estrategias más económicas y eficaces para prevenir estos trastornos son el control del tabaquismo y la reducción de la sal en las comidas.
Juntas podrían evitar casi 14 millones de fallecimientos en los próximos 10 años.
Si a éstas le añadimos proporcionar fármacos -como la aspirina- a aquellas personas que están en gran riesgo de padecer problemas del corazón, la cifra es aún mayor.
Estas tres intervenciones costarían 6.000 millones de dólares (unos 4.500 de euros). Parece mucho, pero si se compara con que la mitad de este dinero es lo que se requiere anualmente para financiar los medicamentos contra el sida.
En un estudio en 23 países -Argentina, Bangladesh, Brasil, Burma, China, Egipto, Etiopía, Filipinas, India, Indonesia, Irán, México, Nigeria, Pakistán, Polonia, República Democrática del Congo, Rusia, Sudáfrica, Tailandia, Turquía, Ukrania y Vietnam- más Reino Unido.
Un equipo internacional de distintas facultades de Salud Pública ha comprobado cómo la obesidad y el tabaco han ido causando estragos en los últimos años.
El 65% de la población rusa y el 57% de la china fuman más de una cajetilla al día. En cuanto al sobrepeso hay más diferencias ya que mientras Argentina y Egipto tienen una tasa del 74%, Etiopía no llega al 4%.
Estiman que en estas naciones, mientras la incidencia de las enfermedades infecciosas disminuirá a un ritmo del 2% anual durante las próximas cuatro décadas, las enfermedades no transmisibles aumentarán a un ritmo del 1,1% cada año.
Los números deprimen, pero pueden cambiarse con programas que fomenten la comida sana, que cuestan menos de un dólar por persona, aumentando la educación y la información sobre los riesgos de los malos hábitos y promoviendo el deporte.
Los dirigentes han decidido alertar de estos datos para ir concienciando de cara a la primera reunión sobre este tema que Naciones Unidas celebrará en Septiembre de 2011 en Nueva York.
"Es la única oportunidad que tendremos de dialogar con los líderes mundiales y de rogarles soluciones".