Las personas que dejan de fumar engordan de cinco a siete kilos
Las personas que dejan de fumar engordan una media de 5 a 7 kilos porque, abandonando la nicotina, "quitan el freno" que esa sustancia ejerce sobre la eliminación del hambre y la acumulación de grasa en el organismo.
Así afirma la doctora Susana Monereo, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición y coordinadora de la Unidad de Obesidad Mórbida del Hospital Universitario de Getafe.
Afirma la coordinadora del Grupo de Trabajo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la nicotina "quita el hambre".
También ejerce "un importante efecto sobre enzimas o mecanismos internos del tejido graso", evitando que la grasa se acumule en el organismo.
"Cuando tu quitas ese freno (dejando de fumar), aumenta el hambre y la capacidad de almacenar grasa", engordar tras dejar el tabaco es "un signo de salud". "Si dejas de fumar y no engordas es que algo te está pasando".
"En nuestra sociedad y en otras, como la americana, haya gente que no quiere dejar de fumar para no engordar, sobre todo en adolescentes y en adolescentes mujeres, donde el tabaquismo es un daño más, que podría hacerle daño a sus futuros hijos".
Por eso, pide una campaña que advierta de que, si se empieza a fumar, tener que dejarlo después acarrea también subir de peso.
Para enfrentar esta situación, recomienda "planificar" el proceso y no dejar de fumar en un "aquí te pillo y aquí te mato". Si se quiere dejar de fumar hay que cambiar los hábitos alimenticios.
Si aparece la ansiedad, buscar ayuda para canalizarla, con fármacos o terapias, para que no se canalice a la comida, y sobre todo practicar ejercicio, que reduce la ansiedad y evita que la grasa se acumule.