Un estudio alerta contra los trastornos de consumir cannabis
Uno de cada 25 adultos de entre 15 y 64 años consume cannabis, según las últimas estimaciones. Muchos de ellos creen que se trata de una sustancia poco dañina, cuyo uso sólo se asocia con un aumento de la euforia, el hambre o la somnolencia. Sin embargo, los porros también tienen sus riesgos. Una revisión que se publica esta semana en las páginas de ‘The Lancet’ repasa los más comunes.
Crisis de ansiedad, reacciones de pánico y aparición de síntomas psicóticos son los efectos adversos agudos que más a menudo se registran, sobre todo entre los consumidores recién iniciados.
"El consumo normalmente comienza en los años de la adolescencia, alcanza su pico a comienzos o mediados de la veintena y comienza a descender a medida que la gente obtiene un trabajo a tiempo completo, se casa y tiene hijos", comentan los autores del trabajo, Wayne Hall, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Queensland (Brisbane, Australia) y Louisa Degenhardt, del Centro de Investigación sobre Drogas y Alcohol (Sydney, Australia).
Cuando el consumo se hace regular, los problemas aumentan y pueden llegar a hacerse crónicos. Además del síndrome de dependencia que, según los datos de la revisión, "se produce en uno de cada 10 usuarios", los fumadores habituales de marihuana o hachís tienen un riesgo considerablemente más alto de sufrir problemas respiratorios -como bronquitis crónica- o trastornos psicóticos -especialmente si se han sufrido previamente o se tienen antecedentes familiares-. Los trastornos cardiovasculares también son frecuentes.
Posibles daños
Por otro lado, se han asociado con el uso de esta sustancia problemas como la depresión o la pérdida de capacidad cognitiva; sin embargo, no se ha podido establecer una relación causal entre ambas circunstancias.
"Déficits de atención, memoria y aprendizaje verbal se registran de forma más común entre las personas que abusan del cannabis", explican los investigadores, quienes remarcan que existe un gran debate sobre si estas carencias se deben a un efecto agudo, residual o acumulativo de la droga. "Tampoco está claro si la función cognitiva puede recuperarse tras dejar de consumir cannabis", explican.
Los adolescentes ‘enganchados’ tienen, por su parte, más probabilidades de sufrir problemas mentales en el futuro, además de ver cómo su historial académico desciende.
Por último, los autores de este trabajo citan el riesgo más alto de accidentes que tienen los consumidores de cannabis, con el consiguiente peligro de lesiones y traumatismos.
Según sus palabras, son necesarios más estudios que aclaren todos los riesgos asociados a esta droga cuyo uso "probablemente es modesto comparado con el del alcohol, el tabaco y otras sustancias ilegales".