Se define como la interrupción del embarazo antes de que el feto sea viable o bien la salida prematura del embrión del útero materno antes de estar en condiciones de sobrevivir fuera del mismo. Existen dos tipos de aborto: aborto espontáneo y aborto provocado o inducido.

Una hemorragia genital con dolor en el hipogastrio (bajo vientre) pueden ser los primeros indicios de una amenaza de aborto. La expulsión del contenido uterino puede ser completa o incompleta. La retención de restos ovulares se acompaña de persistencia de la hemorragia genital. 

Alrededor del 75% de los abortos espontáneos se producen antes de la decimosexta semana del embarazo; en el 60% de los casos el aborto está provocado por alteraciones del feto, se trata de embriones con algún tipo de patología que son eliminados por la naturaleza; en el 15% de los casos el aborto se debe a causas de origen materno, en el resto de los casos los motivos son desconocidos.