Cuando se produce un aborto espontáneo, se examinará el tejido que sale por la vagina para determinar si se trataba de un feto o una mola hidatiforme (masa tumoral). También es importante determinar si queda algún tejido fetal en el útero.

Si el tejido no sale de forma natural, la mujer puede estar en observación unas 2 semanas. Puede que sea necesario realizar una cirugía o administrar medicamentos (como misoprostol) para extirpar el resto del contenido del útero.

Tras el tratamiento, la mujer generalmente reanuda su ciclo menstrual normal al cabo de unas pocas semanas. Cualquier sangrado vaginal posterior debe ser vigilado cuidadosamente. Suele ser frecuente que la mujer se quede embarazada inmediatamente, aunque se recomienda que la mujer espere un ciclo menstrual normal antes de intentar quedar embarazada de nuevo.