Los síntomas de un absceso son los signos generales de una inflamación.

Los síntomas que identifican abscesos superficiales incluyen: calor, enrojecimiento, hinchazón y dolor en la zona afectada.

Los abscesos en otros lugares sólo producen síntomas generalizados: fiebre y malestar.

Un absceso estéril puede presentarse como un bulto profundo y doloroso en el sitio de la inyección.

Una infección grave puede provocar: fiebre, fatiga, pérdida de peso y escalofríos.

Los abscesos recurrentes pueden indicar alergias o disminución de la función inmune.