Aceite de hachís Definición
El término aceite de hachís es utilizado por consumidores y traficantes, pero es un término equivocado en lo que sugiere alguna semejanza con el hachís. El aceite de hachís se produce mediante la extracción de los cannabinoides del material vegetal con un disolvente. El color y el olor del extracto resultante pueden variar, dependiendo del tipo de disolvente utilizado. Ejemplos actuales del aceite de hachís, un líquido viscoso que va desde el color ámbar al marrón oscuro, tienen un promedio de 15% de tetrahidrocannabinol (THC), la principal sustancia psicoactiva encontrada en las plantas de la especie Cannabis sativa. En cuanto a su efecto psicoactivo, una o dos gotas de este líquido en un cigarrillo es igual a un solo “porro” de marihuana.
El aceite de hachís, también llamado aceite de cannabis, se produce mediante la extracción de resinas de las plantas de cannabis con un disolvente orgánico. El aceite de cannabis suele ser un líquido espeso y pegajoso que puede variar en color desde el dorado al rojo o al marrón oscuro. El aceite de cannabis generalmente se fuma. El contenido de THC del hachís suele ser mayor que el de la marihuana.
Con dos o tres bocanadas de aceite de hachís, el fumador alcanza un “colocón” que lo mantiene por encima de la estratosfera durante una hora aproximadamente.
El aceite de hachís es un subproducto manufacturado extraído del hachís o la marihuana, al hervir (el hachís o la marihuana) en un disolvente, por lo general alcohol o vodka, y luego filtrando los sedimentos o residuos. El aceite más potente actualmente en el mercado tiende a ser rojo amarillento.
La increíble potencia del aceite de hachís se debe a su alta concentración de THC, el ingrediente activo en las preparaciones del cannabis que “coloca”. Mientras la hierba tiene como promedio alrededor de 1% de este ingrediente y el hachís potente quizás de 8% a 14%, el aceite se carga con un 15%-30% de THC, lo que sin duda provoca en el fumador un serio desequilibrio.
Como era de esperar, produce 15 veces el efecto de un porro normal. Los sentimientos producidos por la marihuana se exageran más con el aceite, con posibilidades incluso de pequeñas alucinaciones. Como en algunas personas el grado de confusión sensorial que produce el hachís es bastante alto, deberían evitar el aceite.
Se puede aplicar en forma de gotas a los porros o los cigarrillos para aumentar la potencia. El aceite generalmente se extiende por el interior de papel de fumar, que se utiliza para liar el tabaco, mezclado o no con hachís. No desprende ningún olor distintivo. Con sólo unas gotas el efecto dura bastante. El método más económico de utilizar el aceite de hachís es fumándolo en una pipa de opio. Se unta una pequeña cantidad en el interior de la cazoleta de la pipa. Se enciende una cerilla unos centímetros por debajo de la cazoleta y se inhala cuando la mancha comienza a burbujear y emitir humo. La evaporación del aceite sería muy rápida si se aplica directamente la llama a la cazoleta de la pipa. Cuando se ingiere por vía oral se incrementa el potencial de sobredosis del aceite de hachís, por lo que se aconseja tener mucho cuidado cuando se mezcla con café o vino.
El resultado de una sobredosis es un ataque de pánico o delirio paranoico que por lo general suele mejorar y pasar a medida que se difumina el efecto. Las secuelas pueden ser un sueño profundo, parecido al coma, que puede durar hasta catorce horas. El fumador se levanta un poco atontado, pero sano y, esperemos, lo suficientemente sabio como para no excederse de nuevo.
El aceite de hachís no es una sustancia tóxica y no causa intolerancia ni dependencia. No se ha demostrado que tenga efectos físicos perjudiciales y lo peor que uno puede experimentar es lo que se ha descrito anteriormente como “sobredosis”, que no dejan un daño permanente. Antes de ser considerado ilegal se utilizaba, desde principios del siglo XIX, para el tratamiento de una serie de problemas como calambres menstruales, migrañas, etc. Actualmente todavía se utiliza terapéuticamente en Asia y el Medio Oriente.
Otras drogas: acido gamma aminobutirico, anandamida, dexanfetamina,…