Arteriosclerosis Síntomas
La arteriosclerosis no produce síntomas clínicos hasta que sobreviene una estrechez marcada de un vaso sanguíneo o su oclusión. Los síntomas son debidos al aporte insuficiente de sangre y oxígeno a los tejidos. Al principio los síntomas se producen sobre todo en aquellos momentos en los que el organismo realiza un esfuerzo, como andar, correr o practicar una actividad física, dado que algunos tejidos van a requerir un mayor aporte de sangre para realizar dicha actividad.
Los síntomas aumentarán de forma progresiva con el tiempo, a medida que las placas crecen y las arterias se estrechan más y más, y aparecerán cada vez con esfuerzos físicos más pequeños.
Sin embargo, si la placa de ateroma se desprende de forma brusca, formándose un trombo que ocluye de forma aguda toda la luz arterial, los síntomas son mucho más rápidos y severos, pudiendo llevar a la muerte.
Por ejemplo, cuando las placas de ateroma se localizan en los vasos sanguíneos que proveen el riego de sangre al corazón (las llamadas arterias coronarias), la persona notará un dolor en el pecho semejante a una opresión torácica o intensa sensación de ahogo, la angina de pecho.
La angina de pecho suele manifestarse al correr o al andar, es decir, al realizar un esfuerzo físico e indica que el tejido cardíaco sometido a un esfuerzo está sufriendo al no recibir suficiente oxígeno para realizar esa actividad, pudiendo ceder el dolor al descansar. A medida que las placas de ateroma crecen, y la luz de las arterias coronarias se estrecha más y más, el dolor irá apareciendo al realizar esfuerzos cada vez más pequeños, hasta llegar a aparecer incluso sin realizar ninguna actividad, en reposo.
La angina de pecho es una de las posibles manifestaciones de la cardiopatía isquémica. La palabra isquemia indica siempre un déficit en el aporte de sangre a los tejidos.
Otra posible manifestación de la cardiopatía isquémica de mayor gravedad es el infarto agudo de miocardio agudo de miocardio, que puede ser mortal. En más del 90% de los casos, el infarto agudo de miocardio se debe a la rotura de una placa de ateroma en las arterias coronarias, con la consiguiente formación de un trombo que se deposita sobre la placa y ocluye toda la luz del vaso, produciéndose un daño severo del tejido cardíaco regado por dicha arteria.
Cuando las placas de ateroma se desarrollan a nivel de las arterias que irrigan las piernas, suele aparecer un dolor en las pantorrillas, donde se nota una sensación de intensa pesadez o de dolor al realizar un esfuerzo como andar. Es la denominada claudicación intermitente e indica que existe una arteriosclerosis a nivel de las arterias periféricas.
La sensación obliga al paciente a dejar de caminar y pararse. A medida que progresan las placas de ateroma en las arterias periféricas de las piernas esta sensación ocurre con recorridos cada vez más pequeños. A esta enfermedad se le denomina arteriopatía periférica.
Cuando se afectan las arterias cerebrales el paciente puede experimentar episodios transitorios de aparición de síntomas neurológicos, que dependen de la zona cerebral cuyo riego esté comprometido. Son los denominados accidentes isquémicos transitorios (AIT). Los síntomas de aviso pueden ser muy vagos, incluyendo episodios de debilidad en una mitad del cuerpo de corta duración, pérdida transitoria de visión ocular en un ojo, etc.
Si la obstrucción de un vaso sanguíneo tiene lugar bruscamente debido a la formación de un trombo, tendrá lugar un accidente cerebrovascular agudo (ACVA), cuadro clínico de enorme gravedad que produce importantes daños en el funcionamiento neurológico del paciente, como la parálisis de medio cuerpo, la imposibilidad de pronunciar palabras o reconocer objetos, etc. o incluso la muerte.
Cuando se habla sobre enfermedad cardiovascular, nos referimos de forma conjunta a todas estas enfermedades:
- Angina de pecho e infarto agudo de miocardio agudo de miocardio
- Accidentes cerebrovasculares
- Arteriopatía periférica
Aunque no todas ellas tienen porque darse en el mismo individuo, si que hemos de considerar que la arteriosclerosis no es un daño que se limite exclusivamente a las arterias de un órgano. Por lo tanto, la aparición de una de estas enfermedades implica que algo “va mal” en todo el sistema vascular.