El médico probablemente va a escuchar a los pulmones del niño con un estetoscopio para comprobar si hay sibilancias y prolongada exhalación (espiración).

Estos pueden indicar obstrucción del flujo de aire en los bronquios. El médico puede considerar factores de riesgo específicos para la bronconeumonía también.

A veces se recomiendan otras pruebas, incluyendo:

• La radiografía de tórax: En los casos graves o inciertos, el médico puede solicitar que una radiografía de tórax deben adoptarse para comprobar visualmente para detectar cualquier signo de neumonía. El médico también puede verificar la presencia de un objeto extraño, como un fruto seco o una pequeña pieza de plástico, que el bebé o niño pequeño puede haber inhalado
• Moco de muestra de la prueba: Además, el médico puede tomar una muestra de mucosidad del niño, utilizando un hisopo nasal, la faringe o de un catéter de succión que es insertado al interior de la nariz, para detectar el virus que puede ser la causa de la bronconeumonía
• Exámenes de sangre: En ocasiones, los análisis de sangre pueden utilizarse para comprobar que el niño tiene un adecuado recuento de glóbulos blancos. Un aumento en las células blancas de la sangre suele ser una señal de que el cuerpo está luchando contra una infección. Un análisis de sangre también puede determinar si el nivel de oxígeno se ha reducido en el torrente sanguíneo del niño
• Una prueba alternativa para los niveles de oxígeno es un oxímetro que se coloca sobre el dedo. El oxígeno es necesario para el funcionamiento de los órganos del cuerpo, incluyendo el cerebro.

El médico también puede preguntarle acerca de los signos de deshidratación, especialmente si el niño se niega a beber ni comer o ha estado vomitando. Los signos de deshidratación incluyen los ojos hundidos, boca seca y la piel, la lentitud y poca o ninguna producción de orina.