Bulimia Diagnóstico
El diagnóstico de bulimia se establece cuando una persona ingiere cantidades ingentes de comida en forma de ataques y poco después adopta medidas que tratan de contrarrestar el efecto de la ingesta excesiva con medidas como la utilización de purgantes, diuréticos, vómito autoinducido. Se considera que esta alteración se debe repetir al menos dos veces por semana durante un par de meses, para establecer el diagnóstico. Los atracones de comida (ataques de bulimia) no son los que pueden darse en una fiesta, actividad realizada con una función social (aunque desequilibrada), más bien, por el contrario, tienen un carácter compulsivo con las características descritas en párrafos anteriores.
Las personas bulímicas ingieren grandes cantidades de comida (con frecuencia “comida basura”) de golpe y suelen hacerlo a escondidas. El paciente suele sentirse incapaz de dejar de comer y sólo logra detenerse cuando está demasiado lleno para continuar comiendo. La mayoría de las personas que padecen bulimia recurren después de darse una atracón, y como ya se ha explicado anteriormente, a vómitos autoinducidos, al uso de laxantes o diuréticos o realizan un ejercicio físico excesivo.
Si bien la anorexia y la bulimia tienen aspectos en común, presentan también diferencias significativas, las personas anoréxicas suelen ser muy delgadas y con peso inferior al normal, pero las que sufren de bulimia pueden encontrarse en un peso normal o incluso tener un leve sobrepeso.
La bulimia nerviosa, pese a presentar muchos signos en común con la anorexia nerviosa, es más difícil de detectar que esta última, porque generalmente los pacientes que la padecen sufren modificaciones significativas una vez transcurridos largos períodos de tiempo.