El tratamiento precoz es muy importante y que la bulimia puede llegar a ser crónica, con graves consecuencias para la salud. Se necesita un plan de tratamiento integral que abarque la compleja interacción de los problemas físicos y psicológicos en la bulimia. Por lo general se utiliza una combinación de terapias farmacológicas y de conducta.

El enfoque conductuales incluyen psicoterapia individual, terapia de grupo y terapia familiar. También se utiliza la terapia cognitiva-conductual, que enseña a las personas a cambiar la pauta de los pensamientos y el comportamiento anómalo. También son útiles los consejos sobre nutrición y los grupos de autoayuda.

Además del tratamiento profesional, el apoyo familiar juega un papel importante para ayudar a la persona bulímica. Animar y apoyar emocionalmente a l persona enferma puede convencerla para obtener ayuda, seguir con el tratamiento o intentarlo de nuevo después de una recaída. Los familiares pueden ayudar a localizar los recursos, como clínicas especializadas en trastornos alimentarios o programas de tratamiento diseñados para estudiantes.

Una terapia de luz (la exposición a luz brillante artificial) puede ser útil para reducir los episodios bulímicos, especialmente durante los meses oscuros de invierno. Algunos consideran que el masaje puede ser útil, poniendo a las personas en contacto con la realidad de su propio cuerpo y corrigiendo conceptos erróneos sobre la imagen corporal. La hipnoterapia puede ayudar a resolver cuestiones inconscientes que contribuyen a la conducta bulímica.